Domingo, 16 de marzo de 2008 | Hoy
OPINIóN › PANORAMA POLITICO
Por Pablo Feldman
En el gobierno provincial conviven diferentes posiciones en torno a cuál debe ser el vínculo con la oposición y los "tiempos" de la gestión. Esos no son los únicos puntos en cuestión pero sí los más importantes. Y a 100 días de asumir, "el período de gracia" va llegando a su fin no sólo por el paso del tiempo sino por la falta de actitud en algunas áreas del gobierno. Que le hayan arrebatado al oficialismo la presidencia de la estratégica Comisión de Acuerdo es una muestra de lo antedicho, y una señal que no debería ser desatendida, sobre todo si se tiene en cuenta que enfrente está el peronismo que gobernó casi un cuarto de siglo y que como los perros de caza "huele la sangre" ante la primera gota derramada.
En el gobierno están contentos porque una encuesta que hizo gente de su confianza sostiene que cerca del 80% de los santafesinos creen que este año será mejor que el que pasó y cifran en el gobierno de Hermes Binner la mayor expectativa. Esto que en principio puede ser un dato alentador, a poco de andar puede volverse en contra, y cuanto mayor es la esperanza más grande suele ser la decepeción.
Está a la vista la tenacidad del gobernador y de sus ministros, sin embargo en determinadas áreas del gobierno eso solo no alcanza. Hacen falta acciones concretas. El tema policial es uno de esos ejemplos. El tiempo que le lleve al Ministro Daniel Cuenca conocer a los mandos y sus eventuales reemplazos genera efectos tan nocivos en la fuerza como las "purgas" que Binner rechaza como metodología. Está claro que no "bancar" una cúpula policial es malo, pero no es mejor no producir cambios por no tener confianza en los relevos.
No es el caso del Ministro de Seguridad, pero algunos de sus colegas muestran un desaconsejable grado de sobrexposición mediática que no se corresponde con el perfil adoptado por Binner. De todos modos los indicadores de "imagen" siguen siendo positivos. Por eso mismo sigue siendo este un buen momento para redoblar esfuerzos y generar hechos políticos.
La inexperiencia puede ser un atenuante pero no una justificación.
Además el gabinete debería preservar al gobernador, que claramente es más que su partido. La deserción de Eduardo Di Pollina a la hora de definir la votación en la Asamblea Legislativa -que no fue explicada por el Presidente de la Cámara de Diputados- le originó al gobierno un quebranto que va más allá de no controlar nada menos que la comisión que trata los pliegos de quienes impartirán justicia. Se puso en evidencia la vulnerabilidad del gobierno, y la falta de cintura a la hora de negociar hacia adentro y hacia afuera.
Por ahora sigue "alcanzando" con Binner recorriendo todos los rincones de la provincia. Pero no va a ser siempre así. Donde llega el gobernador por primera vez después de la campaña es recibido con algarabía. Cuando repite la visita, sigue siendo bien tratado pero comienzan a aparecer las cartas entregadas en mano y los reclamos por lo que "hablamos la vez pasada".
Y por si hiciera falta, la ciudad de Santa Fe, donde se ha afincado Binner, muestra al intendente Mario Barletta con mayores dificultades que el gobierno provincial, ya que a las propias de la gestión le agrega "informes" como el de el grado de apoyo del poder político a la policía que hizo la Universidad del Litoral, que lo tuvo como Rector recientemente.
El comienzo del gobierno socialista pudo sortear la crisis energética estival con relativo éxito, y garantizó el inicio del ciclo lectivo. Los dos conflictos "estacionales" descriptos en esta misma columna antes de que el ex-intendente de Rosario ocupara el sillón del Brigadier. Pasado eso, que los mantuvo a la defensiva, el gobierno debe tomar la iniciativa y hacerlo ver. Hay ministerios de una intrascendencia propia del final de un ciclo y no del comienzo, y si hay funcionarios que la provincia les queda grande, que se vuelvan a Rosario. Los ministros y secetarios están para preservar al gobernador, y no al revés. La confianza y la credibilidad son bienes que se agotan y no se renuevan. Binner la tiene y por eso no sólo ganó las elecciones, sino que puede circular por donde quiera sin custodia y sin temores. Eso no sólo es bueno para él sino para Santa Fe. Pero para que eso siga siendo así, hay que gestionar activamente en cada una de las áreas. El "va Hermes y lo soluciona" no puede ser "la política" de Estado. Porque un día puede no ir, o no solucionarlo.
La idea de "fulano+10" puede servir para el aviso de un botín de fútbol pero no para gobernar. Además de esos "+10" no hay certeza de que pateen para el mismo lado. El Congreso del Socialismo de la semana pasada y la reunión de la asamblea legislativa permiten verlo con total claridad. Binner lo sabe, aunque todavía crea que no lo afecta.
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