Rosario tendrá que encontrar como pueda sus propias respuestas para afrontar la crisis desatada -no sólo con el campo﷓ sino a partir de un ciclo de crecimiento, acumulación de riquezas y consumo acelerado. Elementos que fueron guiando este proceso inflacionario y que los duros discursos lanzados de un lado y del otro, no hicieron más que disimular por casi cuatro meses. Como lo señaló el politólogo y ex funcionario local, Oscar Madoery, el entramado pyme rosarino hace que los vaivenes económicos de la Argentina impacten con mucha intensidad en esta ciudad.

Así es que fue Rosario, como centro urbano y cabecera de una gran región, una de las ciudades a las que más le costó recuperar empleo desde 2003 para acá. Pero, cuando entró en la senda, lo hizo a buen ritmo. Aunque también de manera acelerada asistió a una meseta importante desde el año pasado. Además, el tipo de empleo que se generó aquí -como en casi todo el país﷓ fue el de una recuperación en cantidad de asalariados pero con un marcado nivel de precariedad. Al punto que en la industria, por cada trabajador dentro del convenio de su sindicato; existe otro que no lo está y que tiene muchas menos garantías de estabilidad en su empleo.

Si bien algunas estadísticas hablaban de la recuperación de la construcción tras la derogación de la resolución 125 sobre retenciones móviles a las exportaciones; fue poco más que una sensación y sobre todo volcada a las operaciones inmobiliarias de compra﷓venta más que a las inversiones destinadas a nuevas propiedades. Precisamente, el de la vivienda es también, uno de los puntos más críticos aún para el asalariado con antigüedad, convencionado y con cierta posibilidad de recuperación de poder adquisitivo en las próximas negociaciones. Lo cual hace pensar en el negro panorama que espera a los asalariados nuevos, que tienen una debilidad mucho mayor a la hora no ya de recuperar poder adquisitivo, sino de conservar el actual.

La obra pública también será un reflejo de esta situación. El intendente Miguel Lifschitz lo dicho ya en varias oportunidades; es el único rubro por el que puede recortar ante la inminencia de tener que afrontar nuevos aumentos salariales. Sobre todo porque ya se recurrió al incremento de la Tasa General de Inmuebles y porque se deben mantener los servicios esenciales. Pero no hay manera de imaginar siquiera, que los agentes municipales no irán por un nuevo aumento de sueldo en los próximos meses. Como otros gremios, el Sindicato Municipal de Rosario había logrado ya incrementos desde marzo pasado. Son aumentos que se terminarán de cobrar en agosto, la última cuota. Una vez vencida esa última cuota que ya fue absorbida por la inflación, vendrán nuevos pedidos de incremento salarial y ese será el centro de las preocupaciones del intendente.

Lo mismo ya comenzó a pasar con los agentes públicos de la provincia que, una vez que dieron las gracias porque el gobierno les mostró la evolución de los números, harán lo que tienen la obligación de hacer: Plantear la discusión de la recuperación salarial de sus afiliados.

Quizás sea cierto que exista una sensación en la gente de que ha perdido más en estos meses de lo que en realidad perdió. Como sea, la realidad golpea todos los días desde las góndolas y eso es innegable, tanto como que esta ciudad será una de las que más sienta el impacto. Así como fue la encargada de recibir todas las buenas noticias que traía la economía en alza. El gobierno nacional comenzará, después del duro revés del Senado, a mostrar el arsenal con el que piensa hacer frente a las tormentas económicas que se avecinan. Hasta tanto, aquí también habrá que ver -con el nivel de responsabilidad del caso﷓ qué se hace para estar más protegidos.

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