Los funcionarios del gobierno provincial vieron desde la Casa Gris una de las más multitudinarias marchas de trabajadores del estado -especialmente docentes- de los últimos tiempos. Y para más, las consignas que presidieron la manifestación se parecieron bastante a las que hace prácticamente un año dieron forma a la propuesta electoral con la que el Socialismo se presentó para ganar los comicios por primera vez en su historia.

La magnitud de la movilización sumada al alto acatamiento de la huelga docente en todo el territorio provincial deben haber hecho recapacitar al gobierno de la propuesta salarial que se formalizará mañana y que el Gobernador se ocupó de desmentir que fuera del 10%. "No sé de dónde salió esa cifra", le dijo Hermes Binner a los mismos movileros a los que unos pocos días atrás, Angel Sciara les había anticipado el porcentaje del ajuste. Pero como ya se publicó en esta misma columna, parece que la estrategia del Socialismo en gestión está muy cercana al "ensayo/error" con que se manejó ya en otros temas. Sucede que esta vez, el "tanteo" ya ha tenido un costo más alto: 48 horas de paro docente la semana que pasó y 72 más para la semana que se inicia. A todo esto, durante los últimos días hubo tibios contactos entre las partes, después de los cuales la ministra Elida Racino intentó infructuosamente llevarle el tema al Gobernador antes y durante los días de huelga. Los colaboradores más cercanos a Binner se excusan diciendo que la crisis del norte provinicial, afectado por la peor sequía de los últimos 50 años, acaparó la atención del mandatario relegando el tema docente a la presentación de la propuesta que se dará a conocer mañana.

En ese sentido, y después de que Binner le "enmendara la plana", el Ministro Sicara se ha "guardado" y no habla ni siquiera para decir que no habla. A esta altura, es de suponer que después de lo que dijo Binner ("no sé de dónde salió esa cifra" sic) la oferta a los estatales será superior al 10%, especialmente para las categorías más bajas y los cargos iniciales. En cualquier caso, sería un hallazgo que la primera propuesta que se haga sea aceptada por los gremios, razón por la cual se hace más difícil de comprender la demora en darla a conocer y la falta de reacción frente a los paros que pasaron y los que no parece que puedan evitarse. Salvo que la propuesta sea realmente imposible de rechazar, la dinámica del conflicto hace prever mas protestas. Esto no parece afectar al gobierno -tal vez porque confía en la oferta que va a realizar- que no ha tendido puentes con los gremios que vayan a más allá de los vínculos preexistentes de algunos legisladores con los maestros, o con dirigentes de UPCN o ATE. Esto puede ser fruto de una decisión política del Gobernador, o de la ausencia de interlocutores válidos para esta contingencia. La ministra Racino está supeditada absolutamtne a los designios de Angel Sciara que no sólo llena su cargo sino que a veces parece rebalsar en otras carteras donde la falta de cintura política a esta altura es indisimulable. Esto se advierte también a la hora de establecer un camino de ida y vuelta con los representantes de la oposición. En un tema en el que necesariamente deberá haber negociaciones -ya que el PJ domina ampliamente el Senado- la operación política no está en manos de uno o dos ministros, sino que ha adquirido un inesperado protagonismo el Presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Di Pollina.

Y esto según la valoración de los Intendentes peronistas que encontraron en el legislador un interlocutor confiable a la hora de llevar adelante las conversaciones por la reforma impositiva -si es que cabe esa denominación- y la coparticipación a los municipios. No hace falta decir, a esta altura que más allá de la pertenencia partidaria, el Presidente de la Cámara baja no es precisamente un hombre del "riñón" de Binner y si en cambio se alínea con el Presidente del partido a nivel nacional, el Senador Rubén Giustiniani con quien la relación atraviesa por un buen momento, tal vez el mejor desde que Binner perdió las elecciones de 2003.

Es evidente que para poder avanzar en temas que el gobierno considera fundamentales -la reforma constitucional entre ellos- será necesario superar los escollos coyunturales. "Quien puede lo más puede lo menos" le dijo a este cronista un dirigente del socialismo confiado en que "la reforma va a salir". Tal vez tenga razón, pero por ahora no han podido "lo menos" salvo que mañana haya una sorpresa que salde definitivamente el problema salarial y por arrastre el conflicto docente para que "Santa Fe tenga 180 días de clases" como todos quieren y prometieron.

Los otros temas, como la obra pública, los planes de vivienda, de infraestructura, están "atados" al presupuesto nacional y a una utópica reforma en los montos de la coparticipación federal. Como muestra basta ver que Binner solicitó 30 millones de pesos para paliar la situación desesperante por la sequía en el norte y le dijeron que le enviarían la quinta parte, es decir apenas 6 millones. Y eso que este no es un año electoral, que todavía no hay un acuerdo cerrado -aunque si avanzado- con Carlos Reutemann para las elecciones futuras, y que más allá de la posición clara que asumió Binner durante la crisis del campo, no se profundizaron las "sanciones económicas" sino que desde la Nación mandan poco y nada como desde el primer dia de gestión.

Seguramente es por esto que Angel Sciara se muestra remiso a abrir la caja y proyectar con un poco más de vuelo. Binner parece aferrado a la austeridad que pregona su ministro, que en algunos casos podrá tener "efectos no deseados".

"Es muy poco el margen que hay con los recursos propios, hay que afinar bien la puntería a la hora de tomar decisiones que afecten el presupuesto" le dijo a Rosario/12 un ministro cuya cartera depende más que ninguna de que haya fondos.

No parece desatinado, pero sí insuficiente para una gestión que fue ofrecida a la sociedad santafesina como una propuesta de "cambio".

Los principios de la "partida doble" -piedra basal de la contabilidad- deben respetarse, está bien. Pero se hace difícil imaginar que se puedan transformar en la gema de un gobierno.