Domingo, 28 de septiembre de 2008 | Hoy
OPINIóN › 18 AÑOS
Por Ernesto Tiffenberg*
El que no leyó un libro, vio una película, y el que no, por lo menos alguna vez en su vida se encontró en la televisión con una serie donde una pequeña patrulla cumple su rol, su epopéyico rol, lejos del cuerpo general de un ejército, ocultos tras las líneas enemigas, en todo caso separados del resto, conociendo el libreto como los demás pero condenados a ejecutarlo por propia decisión y elecciones autónomas.
Yo sé que a esta altura todos tienen alguna imagen en la cabeza y creen que saben lo suficiente sobre lo que es hacer el trabajo día a día a 300 kilómetros de la nave madre. Se equivocan. Sólo los que hicieron y hacen durante estos 18 años Rosario/12 saben realmente de lo que estoy hablando.
Página/12 nació hace poco más de 21 años. No era una apuesta sencilla y no resultó sencillo mantenerla. Ahora casi no se nota, la prensa escrita cambió mucho desde entonces, pero en ese momento desafiaba casi todo lo que se conocía como sentido común del periodismo. Que no se malinterprete. No era mejor, era diferente. Y buena parte de la diferencia, como siempre, estaba basada en la ignorancia. Es más fácil no hacer lo lógico si no se lo conoce.
Pero, a poco de andar, en Buenos Aires éramos unos cuantos para darnos ánimos y compartir los éxitos y los traspiés con pretendida hidalguía. Tanto lo hicimos que apenas tres años después creímos que había llegado el momento de que el crecimiento se concretara en ediciones locales en aquellas ciudades, pobres ciudades, donde parecían más interesados en sumarse a la aventura.
Rosario claro, y nadie sabrá nunca si esto es un elogio o una condena, fue la primera. Al principio una vez por semana, no mucho después todos los días. Rosario/12 nació así, de parto natural, y se las arregló para sobrevivir con una madre adolescente y abandónica, más preparada a mirarse el ombligo que a atender las inevitables demandas de un recién nacido.
Visto el resultado después de tanto tiempo, el método no parece haber sido tan malo. La experimentación se convirtió en travesía conjunta a pesar de las distancias y el ida y vuelta del trabajo común sirvió para descubrir con sorpresa que el crecimiento podía ser acompasado.
Con la mayoría de edad que hoy alcanza Rosario/12, ha llegado el momento de los agradecimientos. En primer lugar, a los miles y miles de rosarinos y santafecinos que lo hicieron posible compartiendo cada mañana esta particular manera de entender el periodismo. Después, a esa patrulla perdida de amigos y profesionales, o de profesionales amigos encabezados por Pablo Feldman, que hace 18 años dio el primer paso y hoy sigue con solidez el ritmo de cualquier carrera.
*Director de Página/12.
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