Domingo, 2 de noviembre de 2008 | Hoy
OPINIóN › PANORAMA POLíTICO
Por Pablo Feldman
Otra semana signada por la incertidumbre que sigue siendo alimentada por los títulos de los diarios, los pronósticos agoreros de gurúes fracasados, y también por el gobierno que no deja de aportar sus ya "clásicos" errores a la confusión general. Ni siquiera las conversaciones con el presidente del gobierno español, y las posteriores declaraciones de José Luis Rodríguez Zapatero sosteniendo que "confía en la relación que mantiene con el gobierno argentino", fueron capitalizadas por Cristina de Kirchner cuya imagen continua siendo baja, y con pocas chances de recuperación. Desde el coloquio de IDEA, parten los "disparos" de algunos francotiradores que "trabajaron" para el mejor postor en tiempos pasados, y sin la más mínima autocrítica ni remordimientos pronostican el dólar a 4 pesos para el 2009 y otros cataclismos como los que ellos mismos provocaron al frente de la economía del país. Pero más grave que esto, es que desde sectores "progresistas" del arco político no surjan proyectos superadores al presentado por el gobierno y se propicie el rechazo liso y llano favoreciendo a los sectores financieros que se enriquecieron con la timba de los aportes de los fondos de retiro. Hay quienes esperan que esta crisis "se lleve puesto al gobierno" en un arrebato incompatible con el supuesto respeto por la institucionalidad. En ese sentido cada una de las intervenciones de Elisa Carrió, -quien pretende cada vez con menos chances liderar la oposición- terminan en el exabrupto o la descalificación pero hasta hora, la ex-diputada radical ha sido funcional con sus posturas a la defensa de los intereses de la Sociedad Rural -en el conflicto del campo- y a las AFJP en esta oportunidad, para no entrar en otros territorios como la despenalización del aborto -a lo cual se opone junto a Monseñor Bergoglio- y otros temas cuyas posiciones son difíciles de asimilar al "progresismo".
Pero el problema lejos está de las predicciones de Carrió o de otros opositores, sino en el propio gobierno, donde las determinaciones que se toman estan siempre sospechadas por su origen y protagonistas. Sigue sin haber un Ministro de Economía con peso especifico, sigue Julio De Vido dando "clases" de justicia social, siguen apareciendo algunos impresentables, aunque en la vereda de enfrente le dan oxígeno con interlocutores a los que el pasado los condenan. Una muestra de lo dicho fue el cruce entre Hugo Moyano y la diputada Patricia Bulrich que ha cambiado de partido como de pulseras, y aún así se mostraba como "la primera espada" de la oposición en el debate por la reestatización del sistema jubilatorio.
Salvo los más irracionales exponentes del neoliberalismo, no hay nadie que no acepte que el nivel de reservas del Banco Central puede controlar la suba del dólar. En la calle la sensación es que va a seguir subiendo, nadie sabe cuánto ni por qué, y ni siquiera si hay razones técnicas financieras. Pero por ahora los precios no han reflejado la devaluación del peso, sí en cambio hay un principio de recesión que algunos asocian al fin de mes. Pero como fuera, el escenario está lejos de ser el de comienzo del milenio cuando se devaluó y se estableció la paridad 3-1. No sólo por el nivel de reservas, el crecimiento acumulado cercano al 60% desde entonces, sino también por la posibilidad de cumplir sin mayores sobresaltos con los compromisos del 2009. Sin embargo el clima social esta enrarecido, y el gobierno no sabe cómo aclararlo. Esa idea instalada de "Kirchners vs. Resto del Mundo" es alimentada por el propio gobierno y amplificada por medios que titulan catástrofe caída de actividad económica, y otros fenómenos más propios de los ciclos económicos -nadie crece al 8% diez años seguidos- más que prolegómenos de catástrofes. Es como la sensación térmica que no siempre se compadece con los valores de temperatura, humedad y presión, y que da lugar a los "alertas meteorológicos" que siempre advierten sobre la "ocasional caída de granizo" y el día que cayeron piedras del tamaño de una naranja nadie había avisado nada.
En este contexto nacional, las provincias padecen en buena medida las arbitrariedades del gobierno federal. El gobernador Hermes Binner no se cansa de reclamar los que le corresponde a la provincia, y la semana que se inicia volverá a Capital Federal a reunirse con Julio De Vido que hasta ahora no ha cumplido ni una de las promesas formuladas en anteriores encuentros. Ni la presencia conjunta de los tres gobernadores de la Región Centro conmueve al ministro que toma nota y pasa de largo. A esto se agregan los problemas propios de la provincia, en la que ahora el peronismo parece dispuesto a "dar una mano", al menos así se lo hizo saber el Presidente del partido, Ricardo Spinozzi a Antonio Bonfatti en el primer encuentro formal entre gobierno y oposición. En esa reunión el Senador reutemista que lideró junto a Juan Carlos Mercier el rechazo a la reforma tributaria propuesta por el socialismo, se mostró preocupado por la situación de municipios y comunas -la mayoría, aunque no las más grandes- gobernadas por el PJ. La preocupación la comparte el gobierno de Binner, solo que fueron los propios legisladores peronistas los que bloquearon el acceso a fondos extras a los municipios, para no darle la chance a la administración provincial de recaudar a su vez un monto similar, pero que en términos relativos no significaba ni remotamente lo que hubiera representado para los intendentes.
Para la coyuntura -el fin de este período- una alternativa recaudatoria podría ser una cuota extra de la patente automotor, pero la negociación de fondo pasara por un nuevo esquema tributario que no va a ser muy diferente a lo que el socialismo intento que se aprobara sin éxito hace un par de meses.
Pero las "buenas intenciones" expresadas en la primera reunión, tendrán que superar entre otros escollos los que presente la elección de legisladores nacionales, senadores y diputados. Ahí volverá a entrar en el juego -si es que alguna vez estuvo afuera- Carlos Alberto Reutemann, quien tiene mucho más trato del que se conoce públicamente con el matrimonio presidencial. Más allá de algunas sobreactuaciones de equidistancia, Lole conversa con Néstor Kirchner y hasta ensayan estrategias a futuro. En algunos despachos oficiales se presume que la jugada del rechazo de la reforma tributaria fue pergeñada en una quinta de Pilar, y que participaron Kirchner, Reutemann y el nunca bien ponderado "Chueco" Mazzón. Si bien ningún legislador de los consultados por Rosario/12 llegó a confirmarlo, a ninguno le resultó extraña la especie, más aún hasta les parecía pertinente. Pero esas son otras historias, y ya habrá tiempo para contarlas.
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