Domingo, 26 de julio de 2009 | Hoy
OPINIóN › PANORAMA POLíTICO
Por Pablo Feldman
A un mes de los comicios nacionales de renovación parlamentaria, el Gobierno de Cristina de Kirchner intenta recuperar la iniciativa política con una receta contradictoria con lo que fue su accionar en el tiempo que lleva de mandato, y en el período completo de su marido Néstor. La convocatoria al diálogo político y social -un reclamo reiterado de la oposición desde hace más de un lustro- ha comenzado a dar sus frutos, no sólo para la administración federal, castigada por un contundente revés electoral, sino para los diferentes sectores de la oposición, en especial para aquellos que tienen responsabilidades gubernamentales. Después de metabolizar los resultados del 28 de junio, el gobierno se tomó su tiempo y lanzó un programa de encuentros y entrevistas que fueron bien recibidos por la oposición con la excepción de Elisa Carrió -quien evidentemente tiene un metabolismo aún más lento que el del gobierno para asimilar su tercer puesto en la Ciudad de Buenos Aires- y por Eduardo Buzzi, cuyo rol de page de la Sociedad Rural pretende ser restañado con una sobreactuación de opositor que no aparece muy creíble dado sus antecedentes políticos y mutaciones recientes. Lo cierto es que la totalidad del arco político -incluidos gobernadores kirchneristas o ex kirchneristas, según el dia- respondieron a la convocatoria y con diferentes análisis después de los respectivos encuentros, coincidieron en destacar lo oportuno del diálogo y el mejoramiento del clima político y social tras los comicios.
Tanto es así que la "estrella" -tal vez fugaz pero refulgente aún Francisco De Narváez no volvió a decir que "van por los medios y por los bancos" como pronosticó antes del comicio, ni el Presidente del Banco Central del Gobierno de Kirchner, Alfonso Prat Gay insistió con que "están preparando una devaluación", y ni siquiera Carrió vaticino un cataclismo. Tampoco se volvió "al pasado" ni al "caos" que presagiaba el gobierno si perdía. Digamos que casi nada ha pasado, sólo un recambio en el gabinete, que debería profundizarse aún más o la salida de Locomotora Jaime, quien probablemente sea procesado y tal vez, porque no, preso tras su paso por la Secretaría de Transporte.
Más allá de estos movimientos -previsibles y típicos tras las elecciones de mitad de mandato- no hubo grandes novedades, y tal vez la más importante sea la convocatoria al diálogo. Lo que debería ser una constante se transformó en excepción y aún cuando sea por necesidad más que por convicción, el convite del gobierno merece una cuota de confianza que será ampliada en la medida en que no sea un mera formalidad y una puesta en escena para luego seguir con lo mismo.
Un paso gigantesco
El jueves le tocó el turno a Hermes Binner, quien se reunió por poco más de media hora con la Presidente, el jefe de Gabinete Aníbal Fernández y el Ministro del Interior Florencio Randazzo. Cumplidas las formas -foto y regalo incluidos- la Presidenta invitó al gobernador a exponer sus demandas. Allí, "de memoria y sin repetir", Binner enumeró las cuentas pendientes del Estado Nacional con la provincia, que cuantificó en algo así como 4 mil millones de pesos. "Si nos pagan el 20% tiramos manteca al techo", dijo eufórico Antonio Bonfatti, que está pensando en comer la liebre antes de cazarla. Su colega de Gabinete, Angel Sciara fue más cauto, no obstante se mostró gratamente sorprendido por la velocidad en la que Carlos Pesoa (funcionario de economía de la nación) se puso en contacto para ajustar números y poner en marcha una metodología que se supone le permitirá al gobierno provincial cumplir sus compromisos, continuar con el plan de obras trazado y no acrecentar el déficit.
Antes de la reunión, y cuando ni siquiera se sabía que podía tener estos resultados -por ahora el compromiso de saldar las cuentas- desde la Casa Gris se hablaba de continuar con los programas en ejecución aún en medio de una situación económico/financiera complicada para las arcas provinciales. En esta nueva etapa, se supone que el aporte del gobierno nacional -que hasta ahora fue retaceado- permitirá al gobierno socialista afrontar su relación con la oposición en otros términos. Y si bien se cruza la interna del PJ (desde el reutemismo se vislumbra el vínculo con Binner con la Rosada como una conspiración contra el Lole) los reclamos de Santa Fe al gobierno nacional no pueden menos que ser acompañados por todo el espectro político, más después del juramento del ex piloto de fórmula uno de "defender a Santa Fe a capa y espada".
En Santa Fe
En ese marco, no estaría mal que instruyera a su tropa para encarar el diálogo a nivel provincial sin el puñal bajo el poncho. La reforma tributaria no sólo es justa sino que es necesaria, y ya sin elecciones por delante, se hace difícil pensar en argumentos sustentables para seguir evitándola. "Los temas nacionales los hablará Reutemann, los provinciales nosotros", dijo Ricardo Spinozzi, beneficiario reutemista a cargo de la presidencia del PJ de Santa Fe. En rigor, ni Spinozzi ni sus colegas senadores harán nada que no le diga Reutemann y los que conocen al Senador saben que su característica es tirar la piedra y esconder la mano, aunque para sus exégetas se trata de un "tiempista de perfil bajo".
Para subrogar al Lole ya se mostró en escena el ex gobernador Jorge Obeid, a quien desde el reutemismo varietal consideran "el mariscal de la derrota" por haber "entregado" la Ley de Lemas. "Los grandes derrotados del 28 de junio fueron Kirchner y Binner", dijo el ex gobernador en un exceso que nadie le pidió y que para muchos fue su lanzamiento para un tercer período en la Casa Gris, una tentación difícil de resistir, posible si el Lole es candidato a Presidente. No es el tema de hoy el cambiante humor de Obeid, pero seguramente habrá que ocuparse en la medida en que su anunciado retiro -cuando cumpliera su período de diputado- no sea tal.
Reutemann sumó sus votos a los de Agustín Rossi, exactamente como dijo Binner que sucedería después de los comicios. "Sacamos más del 50%", dijo el Lole como si nunca hubiera negado ese escenario y pensando en el 2011. Su momentánea "vuelta a boxes" es la confirmación de que está trabajando como nunca antes para intentar ser candidato a Presidente por el PJ. Sus reuniones con colegas, con gobernadores, y con empresarios -especialmente de medios- son constantes y cada uno deja satisfecho, mostrándose confiable y previsible. "Quiere ser, eso está claro, no qué quiere hacer, pero eso no parece demasiado importante por ahora", confió a Rosario/12 un contertulio de esas rondas que imagina una fórmula con Mauricio Macri para delirio de la derecha fashion y sin pasado procesista.
Si bien es muy pronto para imaginar escenarios de cara al 2011 es elemental que tanto el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires como el Senador santafesino son dos candidatos de buena talla. La ventaja -que podría ser un inconveniente si no supera la interna la tiene Reutemann que nunca se fue del peronismo, más aún hasta el tema del campo votó todos y cada unos de los proyectos de su compañero Néstor y su compañera Cristina. Ya hay gobernadores y legisladores que creen que "al Lole no hay con que darle". Sólo les preocupa lo que puedan hacer los bonaerenses, en sus diferentes versiones: Daniel Scioli, Felipe Solá, Francisco De Narváez, y principalmente Eduardo Duhalde. "El próximo presidente no va a ser por el PJ ni por la UCR", dicen que dijo el ex presidente provisional. También dijo "al que depositó dólares le devolveremos dólares", pero después de eso su palabra sigue teniendo peso, y parece que ahora más desde la derrota de su "creación" en los últimos comicios. Allegados al ex vice de Carlos Menem sostienen que nunca le perdonó al Lole que desertara cuando el PJ le pidió que fuera candidato a Presidente. Otros, en cambio, dicen que la relación es buena y que si no dijo nada todavía es porque eso es lo que acordaron con el Lole. En cualquier caso es cuestión de tiempo, y cuando salga a la luz el "armado" de los candidatos se sabrá dónde está Duhalde y si sus fichas van para el Lole o para Macri. Una formula conjunta obligaría a Macri ser número dos del Lole, y Macri no se ve en ese lugar, como no se vió nunca el Lole aún conociendo ese sitio de sus días de la fórmula uno. "A favor de Macri está la gestión", dice un empresario que ve seguido a ambos. "Salvo que se caiga en la ciudad, cosa que es difícil", abre el paraguas.
Lo cierto es que Reutemann no se ha vuelto a mostrar en Santa Fe, ni siquiera en reuniones con los candidatos a concejal, que la semana que viene tienen sus internas abiertas. No volvió a hablar después de la torpeza que cometió cuando minimizó la pandemia y dijo que las elecciones se postergaban por "miedo a perder de Binner en un 70%". No lo hizo ni siquiera para pedir disculpas, "seguramente la gente se olvidará", habrá pensado. Y con ese esquema mal no le ha ido, sin ir más lejos ganó las últimas elecciones, después de todo lo que hizo y dejó de hacer.
Se abre una nueva etapa, la del diálogo. Al menos eso es lo que insinuan los primeros encuentros. Habrá que ver cómo sigue, pero al menos hay una instancia novedosa, tal vez se traslade a Santa Fe donde el reutemismo puede demostrar que puede hacer algo más que llevar en andas a su mentor.
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