Domingo, 6 de septiembre de 2009 | Hoy
OPINIóN › PANORAMA POLíTICO
Por Pablo Feldman
El interés de los sectores directamente afectados por el negocio de las telecomunicaciones, desplazó del centro de la atención informativa a otro tema, en el que dominó las páginas de diarios y espacios radiales y televisivos hasta que éste último la nueva ley de radiofifusión impactó de lleno sobre quienes diversificaron sus negocios a partir de las ganancias de la "empresa madre" que ahora se ve atacada. Es por eso que los medios que pertenecen a formaciones monopólicas o con pretensiones de serlo, han reaccionado al unísono, con más potencia que cuando acompañaron los reclamos "del campo", que siguen siendo los mismos, que llevan más tiempo, abarcan a más productores, pero que sin embargo se han quedado con menos cobertura que el microclimático debate de la ley de medios.
Sin ir más lejos, las jornadas del paro agropecuario que pasó casi desapercibido en las grandes ciudades no tuvieron la cobertura de móviles desde las rutas o actos, porque la mayoría de los equipos de exteriores estaban en el Congreso, foros o reuniones donde alguien levantara la voz contra "esta ley que le copia a Chávez", según dijo el ex precandidato presidencial Carlos Reutemann haciendo gala de una gran intuición ya que no leyó ni una sola línea del proyecto, y difícilemente lo haga. Otra fue la posición del diputado electo Martín Sabatella, quien de visita en Rosario no sólo reivindicó la facultad del actual Congreso para tratar la ley lo contrario sería proscribir a los legisladores y acortar su mandato sino que anticipó que su opinión era favorable a la aprobación.
Esto en principio revela que Sabatella leyó el proyecto, que no es breve ni sencillo, que propondría algunos cambios en el caso de que le tocara participar del debate asume su banca el 10 de diciembre pero sobre todo demuestra que la pretensión de dividir entre buenos y malos, oficialistas y opositores, es un recurso funcional a los sectores en pugna y para nada favorable a la mayoría de los argentinos. "Si las leyes son buenas hay que apoyarlas, si son malas no", simplificó Sabatella que agregó que "votar una ley que desarma los monopolios y democratiza las comunicaciones no me hace a mi aceptar el Indec, el tren bala u otras calamidades del gobierno", sostuvo el intendente de Morón y constructor de un nuevo espacio, distante del kirchnerismo y sin caer en la Coalisión Cívica u otras formas del radicalismo residual como el que encabeza Julio Cleto Cobos.
El vicepresidente, paradójicamente el dirigente mejor posicionado de "la oposición", es capaz de cualquier cosa para consolidar sus chances presidenciales. La prueba la tuvimos el día de su voto "no positivo" cuando se discutió la 125, y de ahí en más lo que razonablemente podría haber significado su sepultura política, los errores del gobierno y la ausencia de liderazgos sensatos los erigió en una alternativa para muchos sectores que nunca antes le había prestado atencion.precisamente por su gelatinosa textura política capaz de tomar la forma del molde que lo contenga. Así Cleto no tiene problemas de operar con Alberto Fernández, ex hombre fuerte del kirchnerismo, o evitar pelearse con Lilita Carrió que le dijo de todo y no logró ofenderlo y hasta de hacerle un guiño a Hermes Binner para que lo secunde en la fórmula presidencial.
Por ahora el gobernador ni siquiera le contestó, dijo estar "ocupado y compenetrado con la gestión del gobierno de Santa Fe", lo cual no es poco, y es bastante más que ser segundo de un personaje como Cobos. Sin embaro, cerca del gobernador hay algunos dirigentes que se entusiasman con la idea, probablemente sean los mismos que le arrimaron a María del Carmen Alarcón al gobierno. Sostienen que al día de hoy Cobos es el mejor posicionado para suceder a Cristina de Kirchner, y sin quererlo, o sin importarles lo que es peor repiten el discurso de Eduardo Duhalde, pleno de lógica peronista, necesariamente anclada en el bipartidismo. Es de esperar que la gestión lo siga manteniendo ocupado a Binner, y si le queda un ratito que no sucumba ante la tentación de bipartidismo.
Por ahora sus diputados nacionales están de acuerdo con discutir la ley de radiodifusión, incluso en el parlamento y no esperar hasta el 10 de diciembre. Más aún, en su momento los encargados del área comunicaciones respaldaron la iniciativa de la nueva ley que reemplaza al decreto de la dictadura, ensalzado últimamente por los dueños de los multimedios que están un rato con el gobierno y un rato en contra, o que "utilizan" figuras históricamente denostadas por sus empleados como arietes contra el gobierno por le meten la mano en el bolsillo.
Esa postura le valió al gobierno provincial un "castigo" en los medios que no pasó desapercibido, al menos para aquellos que prestan atención al comportamiento de las corporaciones. Pero la mayoría de la gente lo pasó de largo, como pasa también los "debates" que transmite TN o las "audiencias" que televisaba el canal público. No porque no exista la necesidad de tener una ley en lugar del mamarracho de la dictadura, sino porque no es un tema central en la vida de los argentinos.
Sin embargo, el modo en que divide las aguas lo ha transformado en un hecho valioso, no en si mismo sino por lo que representa. En ese sentido, lo que decía Sabatella es más difícil, lento y costoso: Hace lo que corresponde antes que lo que conviene. Tanto el gobierno como la oposición sobre todo la que el gobierno quiere que sea han hecho lo contrario. Así les fue, y así nos va.
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