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Lunes, 12 de julio de 2010

OPINIóN › SIETE DIAS EN LA CIUDAD

Un camino diario hacia el año 2011

No hay novedades en las candidaturas, dice el intendente Lifschitz, pero ese mismo día encabeza un almuerzo político con cinco mil personas. Nada pasa pero la Coalición Cívica designa precandidatos a gobernador e intendente de Rosario. Todo parece quieto pero los radicales se agitan porque cada vez resisten más la conducción socialista del Frente Progresista.

 Por Leo Ricciardino

Si bien el intendente Miguel Lifschitz en el acto oficial del 9 de Julio dijo -en tono de broma que no habría novedades en torno a las candidaturas "por lo menos hasta el 9 de julio que viene"; esa misma tarde fue el protagonista indiscutido de una suerte de lanzamiento político que reunió a unas cinco mil personas en los galpones de la ex Sociedad Rural de Rosario. Es que con la excusa de celebrar el 9 de Julio del Bicentenario con organizaciones sociales cercanas al gobierno del intendente, Lifschitz les mostró a sus opositores locales y provinciales que las ramificaciones territoriales de sus aspiraciones tienen las raíces bien hundidas también la periferia rosarina.

"Cinco mil personas que vinieron solitas, ni un colectivo se pagó y además todos pusieron para la tarjeta", se pavoneó un estrecho colaborador de Lifschitz a la hora de mostrar el poderío político social que conserva el intendente. Incluso el secretario de Gobierno Fernando Asegurado se animó a disparar que "esto demuestra que muchas veces hay una visión errónea de la gestión que tienen los opositores cuando sostienen que estamos lejos de los barrios. Toda esta gente aquí presente demuestra lo contrario", dijo el funcionario disparando un dardo que apunta al corazón del peronismo rosarino que hace rato no junta ni la cuarta parte para ningún evento político local.

Lifchitz ha encontrado el corredor correspondiente para caminar hacia su candidatura a gobernador en 2011, pasados los primeros escarceos donde creyó que solo podía y que no necesitaba a nadie más. Hermes Binner se encargó de marcar claramente que no sólo no piensa volverse a su casa sino que sigue siendo un jefe político con renovadas aspiraciones nacionales. Después de esto, el intendente comprendió que lo más conveniente era seguir caminando al lado del gobernador que no por carecer de reelección estaba necesariamente a un paso del retiro.

Incluso, viéndolo detenidamente, hasta los radicales le están haciendo un favor agitando la alternancia dentro del Frente Progresista. Mientras más intranquilo ponga la UCR al PS, más chances internas tendrá Lifschitz para imponer su candidatura sobre la de otros posibles competidores internos. Y es que sigue siendo uno de los hombres más votados del socialismo y esos son los galones que cuentan a la hora de enfrentar a los adversarios internos y externos. De todas las "amenazas", la del intendente Mario Barletta parece las más seria, pero en el Palacio de los Leones calculan que el ex rector de la UNL tiene un mandato más por delante en la ciudad y que no tendría garantizado el triunfo en la capital provincial dejando a alguno de sus protegidos como candidato.

En los últimos días la Coalición Cívica creyó conveniente marcar también las diferencias y por eso impulsa Lilita Carrió en Santa Fe la candidatura a gobernador del diputado nacional Carlos Comi y a intendente de Rosario la del diputado provincial Pablo Javkin. Los dos saben cuáles son sus posibilidades reales pero la idea es presionar en el Frente Progresista desde adentro para después tener voz y voto a la hora del armado de las listas provinciales y municipales.

Lifschitz mantiene un ojo en sus adversarios y otro en la gestión de todos los días a la que sabe que no puede descuidar ni en lo más mínimo para que no decaiga su figura para año próximo. Tiene razón cuando dice que no ha habido grandes novedades en materia de candidaturas, pero pequeños pasos se van dando todos los días en esa dirección. Sobre todo en lo que tiene que ver con la relación entre socialistas y radicales, que se ve amenazada desde la zalamería política permanente de Ricardo Alfonsín hacía Binner por un lado; y desde las informaciones del gobierno provincial que no bajan a sus aliados en la Cámara de Diputados de Santa Fe. El ejemplo más claro sigue siendo el reclamo del diputado radical Darío Boscarol que salió a decir públicamente que el ministro de Servicios Públicos Antonio Ciancio les había mentido cuando les mencionó que la provincia se haría cargo por 180 días de la autopista Rosario Santa Fe antes de volver a concesionarla por 10 años. Una vez que los radicales se enteraron por los diarios que se había hecho una adjudicación directa a una UTE privada, tuvo que ser el ministro de Gobierno Antonio Bonfatti el encargado de llevar tranquilidad a los ofendidos socios radicales. Los mismos que a su vez son permanentemente aguijoneados por sus correligionarios que cada vez resisten más la conducción socialista del Frente Progresista.

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