OPINIóN › SIETE DIAS EN LA CIUDAD
Hasta ahora, todos se preocupaban por establecer los nombres de las candidaturas provinciales. Pero el intendente Lifschitz marcó en la semana que preferiría que su sucesor "saliera del gabinete", y disparó las especulaciones. La interna socialista, el ímpetu radical y el eclecticismo peronista.
› Por Leo Ricciardino
El intendente Miguel Lifschitz abrió la boca esta semana y la histeria por conocer nombres de candidatos que era patrimonio de los cargos provinciales, se trasladó a Rosario. Es que al jefe comunal le dieron ganas de imitarlo a Binner y se despachó con que "mi sucesor saldrá del gabinete". Tal como dijo el gobernador en una frase que ungió al ministro Antonio Bonfatti a la categoría de precandidato a la Casa Gris y frenó en seco las aspiraciones del intendente rosarino que, sin embargo, aún no quiere sepultar sus expectativas.
La danza de nombres empezó a girar y fue el propio Lifschitz quien debió salir a parar las especulaciones. "Yo no nombré a nadie en particular, ya se verá", dijo generando más ansiedad en la prensa. Cuando dijo "mi gabinete" todos pensaron en el secretario de Gobierno Fernando Asegurado, un cuadro joven del socialismo que no tiene mucho conocimiento hacia afuera pero que ha demostrado tener capacidades para llenar el cargo y articular política con el Concejo, entre otras virtudes. Pero inmediatamente, y hablando de preferencias del intendente, volvió a emerger el nombre de Clara García. La misma que encabezó la lista de concejales en 2009 y que no pudo garantizarle al socialismo una buena elección. La ex secretaria de Servicios Públicos prácticamente se diluyó en el Concejo Municipal y será difícil que pueda mantener sus expectativas electorales en alto.
Claro que para que tener certezas sobre el candidato a intendente de Rosario del Frente Progresista y del socialismo en particular, hace falta reunir más información de nivel provincial. Una tarea difícil porque ni los protagonistas son capaces hoy de saber cómo termina esta historia. De ellos mismos se escucha "hasta la interna no paramos, estamos dispuestos a ir esta vez hasta el final". Para más tarde oirlos pregonar que "aún queda una última charla dentro del partido para ver si hay alguna posibilidad de consenso". Son escenarios diametralmente opuestos pero perfectamente posibles. Así pasa en la política: Las alquimias más diversas pueden suceder. No sólo son necesarias cualidades y virtudes para ser candidato, además los planetas deben alinearse y a último momento cualquiera se puede encontrar con un comodín que lo lleve a ganar la partida.
Los acuerdos de "arriba" van a determinar quién pone el candidato a intendente y si es uno solo dentro del PS. A las posibilidades que se barajan en el caso de que Miguel Lifschitz decida poner al candidato, habrá que sumarle los nombres de Raúl Lamberto si es el binnerismo y Bonfatti los que tomarán finalmente esa decisión, o Miguel Zamarini si es el sector del senador Rubén Giustiniani el que decide el nombre del postulante local. También se sabe que lo han "medido" al ministro de Salud, Miguel Cappiello.
Cualquiera de los candidatos socialistas arranca de muy abajo. Por cierto, de más abajo que uno de los candidatos que pondrá en cancha el radicalismo: Jorge Boasso, con mucho conocimiento en la sociedad, una última elección de buen resultado aunque limitado en el recorte electoral que puede conquistar. Se diría, casi el mismo que puede disputarle el seguro candidato del peronismo federal Diego Giuliano.
Hacia otro lado apuntará la postulación de Héctor Cavallero que sigue siendo el más votado dentro de cualquier alianza con el peronismo, en este caso con el kirchnerismo. Pero, en este mismo espacio, hoy el Movimiento Evita con María Eugenia Bielsa, Fernando Rosúa , Eduardo Toniolli y Gerardo Rico, anunciará que apoya oficialmente la candidatura a gobernador de Agustín Rossi. Después de esa conferencia de prensa podría conocerse algún otro candidato a intendente por ese mismo sector.
El diputado provincial Pablo Javkin -que está de parabienes con la aprobación de su proyecto de ley de Boleta Unica mantiene su candidatura a intendente por la Coalición Cívica, tratando de caminar por la delgada cornisa que le deja Elisa Carrió para cerrar las alianzas provinciales y locales. Sabido es que Carlos Comi tiene serias posibilidades de acompañar a Mario Barletta en una fórmula de gobernador y vice; pero al parecer la orden de Lilita para Santa Fe fue una sola "hacer el mayor daño posible al socialismo". Claro que eso no deja mucho margen a la negociación, ¿verdad?.
Mañana también se lanza como candidata a intendente por el GEN de Margarita Stolbizer, la diputada provincial Mónica Peralta. Una mujer joven que confía en la militancia que la acompaña y apuesta a abrir una brecha para su partido en el electorado local.
De aquí a febrero que es el tope para la presentación de listas, se sumarán muchos más nombres que harán crecer esa boleta única que debutará como sistema electoral en la provincia. Claro que el electorado recién empezará a tomar nota de nombres, caras y trayectorias para las internas abiertas de mayo. En los meses que faltan la ansiedad será toda de los dirigentes y los periodistas.
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