Lunes, 3 de octubre de 2005 | Hoy
OPINIóN › 7 DÍAS EN LA CIUDAD
El jueves se anunciará la creación en Rosario de la Facultad Libre, experiencia liderada por el pensador Horacio González, que apunta a convertirse en un amplio y plurar espacio para algo tan necesario como la valoración de la intelectualidad y la reflexión. Un aporte al generoso momento cultural que viven la ciudad y su región.
Por Leo Ricciardino
Un ciclo de charlas en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia, que conduce Rafael Ielpi, sirvieron de disparador para que el escritor se conectara con Fernando Peirone, que ahora dirige la revista Lola en Rosario, pero que diez años atrás fue el impulsor de una idea que transformaría a la ciudad de Venado Tuerto en algo totalmente distinto: La Facultad Libre que se desarrolló y creció alrededor de la biblioteca Ameghino. El pensador y ensayista Horacio González se entusiasmó de inmediato y ahí se terminó de concebir el proyecto. Tal como lo anunciara en su edición de ayer Rosario/12, la idea se trasladará ahora a Rosario: El intendente Lifschitz se reunió con Peirone a instancias de Ielpi y esta semana se hará el gran anuncio.
Además de González, Beatriz Sarlo, Tomás Abraham, Luis Felipe Noé, León Rozichtner, Hebe Clementi, Miguel Brascó, Eduardo Grüner, David Viñas, Ronald Shakespeare, Arnaldo Bocco, Mora y Araujo, muchos otros serán parte del plantel de primera línea de intelectuales argentinos que los rosarinos podrán disfrutar en materias como: Las cosas del querer, ecología política, el arte de amar, temor y temblor, juguetes y jugadores, Responsabilidad social empresaria, ojo y mirada crítica, crítica de la razón mediática, etcétera. Como se ve, el plantel de profesores será de lo más diverso, y como le dijo Peirone a la periodista de este diario Sonia Tessa, "no habrá ninguna premisa ideológica o política" que limite el espectro docente.
Si en Venado Tuerto esta idea generó una revolución cultural que mereció informes especiales hasta de la cadena norteamericana CNN, ¿qué no podría disparar en una ciudad como Rosario? La mayoría de los intelectuales que se menciona formó parte alguna vez o aún ejerce en alguna cátedra formal de la Universidad Nacional de Rosario, lo que muestra a las claras la "infraestructura" académica de la que ya dispone la ciudad a pesar de las sucesivas crisis por las que han atravesado -y todavía lo hacen- las casas de altos estudios con sede en Rosario.
A todo el boom rosarino generado en distintos sectores, debe sumarse éste, una especie boom cultural e intelectual que puede llegar a marcar una verdadera diferencia en esta ciudad y la región. Hay localidades productivas desparramadas por toda la provincia, y son esos polos los que buscan casi con desesperación -y aunque no se vea a simple vista- ofrecer alternativas de conocimiento para las que sí hay demanda. De alguna manera, lo dijo días pasados aquí Mempo Giardinelli, cuando destacó que a pesar de que son tiempos caracterizados por el vértigo, el consumo y la búsqueda del "éxito"; los golpes que recibió esta sociedad en el "sendero dorado" hacia a una vida sin penurias durante los '90; hacen que hoy se busque la reflexión y se reivindique a los intelectuales para pensar en serio un país distinto. Ya se vió de sobra que el pragmatismo ha traído, casi siempre, una carísima ilusión nacional.
Por el lado de la política, Lifschitz demostró no sólo amplitud de criterios sino también una visión integral de la ciudad al "comprar" la idea de inmediato. No faltará aquél que insista en esto de "las dos ciudades", pero debe comprenderse que no se puede detener a la más avanzada para equipararla con la que viene detrás. Si una se despega mucho de la otra, el esfuerzo será empujar a la rezagada hacia arriba y no a la inversa. El desarrollo, la ciencia, el urbanismo, la infraestructura, no se detienenen en pos de las necesidades básicas; sino por el contrario deben servir para el denodado esfuerzo de satisfacerlas.
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