Lunes, 6 de mayo de 2013 | Hoy
OPINIóN › SIETE DíAS EN LA CIUDAD
La relación entre el Ejecutivo Municipal y el Concejo vivió esta semana su punto más tenso. Las acusaciones mutuas de falta de diálogo, las amenazas de uno y otro sector acerca de lo que pasará en la comisión investigadora de las conceciones municipales; anticipan un escenario preelectoral movido. Cómo influirá en el armado de las listas.
Por Leo Ricciardino
Esta semana volvió a quedar en claro que el Ejecutivo Municipal descuidó en extremo su relación política con el Concejo. Pasó algo muy sencillo: Perdió a sus aliados circunstanciales. Esos pocos votos que le habían permitido la pequeña diferencia matemática como para poder imponer su agenda y evitar encerronas como las que ahora está viviendo con la creación de una comisión investigadora de las concesiones municipales, el freno a una importante licitación en el área costanera central y el gasto político de poner a la intendenta Mónica Fein a vetar los resultados de una sesión autoconvocada en la que se trató -nada más sensible- que un resarcimiento económico para los damnificados por las inundaciones de diciembre pasado en Rosario.
También está claro, a esta altura, para Fein y sus principales secretarios que no pueden "descansar" en las estrategias de sus concejales porque sencillamente éstas no existen o están destinadas al fracaso antes de ponerse en práctica. Que la concejala radical Daniela León sea hoy la principal espada oficialista en el Palacio Vasallo dice muchas cosas de los ediles socialistas. Por eso, a la hora de pensar en las futuras listas de concejales de cara a los comicios de octubre, ya se habla de gente con experiencia, peso político y hasta -por qué no decirlo- un poco de "alma".
Pero no toda la culpa puede buscarse en quienes tienen la tarea -como todo bloque oficialista- de defender las políticas del Ejecutivo en la labor parlamentaria. También se pueden repartir responsabilidades en la propia intendenta y el secretario de Gobierno Fernando Asegurado, la principal pieza de la gestión municipal. Ambos debían saber que en un año electoral no sólo se endurecen las posiciones de los opositores, sino que también aquellos que generalmente hacen buenas migas con el oficialismo, necesariamente tienen que salir a desmarcarse para levantar el perfil propio y buscar los votos que los conserven en sus bancas o incluso agreguen algún otro asiento.
Es el caso muy claro del PRO y su joven presidente de bloque Roy López Molina que hizo delicados equilibrios en los últimos tiempos, señalando fuertes críticas a la gestión Fein; pero acompañando con votos algunos expedientes fundamentales. Ni más ni menos que el juego habitual que hace parte de la oposición para sobrevivir. Pero estos matices necesariamente desaparecen en épocas electorales. O, ¿alguien cree realmente, por ejemplo, que Hermes Binner tiene la imperiosa e íntima necesidad de criticar las políticas del gobierno nacional en absolutamente todos los planos?. La necesidad que tiene es la de recortarse más nítidamente como opositor para presentarse ante el electorado.
Ante estos escenarios los gobiernos tienen dos posibilidades con resultados variados: O se meten de lleno en la pelea y aprovechan también ellos para marcar sus límites ante la oposición de cara a los comicios; o aflojan un poco la cuerda para evitar exponerse a derrotas parciales que muestren públicamente sus debilidades. Si a la oposición se le hace permanentemente el juego del "enfriamiento" -esto es, actuar como si no existiera- su reacción será cada vez más altisonante porque instintivamente evita ser invisibilizada. La política no es distinta a las personas. Si comprendiéramos esto, entenderíamos muchas más cosas acerca del poder.
No es verdad que la ciudad vaya a sufrir graves consecuencias por esta disputa. Hay que dejar de temerle a las peleas en la política. Mientras éstas se desenvuelvan en un ámbito democrático, son una parte intrínseca de la actividad propiamente dicha. Es más, los rosarinos podemos encontrar ciertos beneficios en medio de esta disputa. Si no, ¿quién se hubiera fijado detenidamente en los detalles de la licitación de la guardería naútica en el área costanera central?; acaso ¿alguien hubiera preguntado por las concesiones municipales, cuánto pagan de canon los bares, si cumplen con todos los requisitos?, para mencionar algunos de los ejes concretos de la disputa. La oposición está haciendo su juego y para eso extrema su rol de contralor sobre el Ejecutivo. El gobierno también sabe cómo se juega y se cuida de poner todo en orden para no ofrecer flancos débiles. Y es más, ya hay promesas de que algunos funcionarios de Mónica Fein tienen preparadas más de una sorpresa para algunos de los concejales opositores. También de eso nos vamos a enterar. No hay que asustarse de las peleas en política, la política no es un liceo de señoritas ni acá ni en ninguna parte del mundo. No es para justificar nada, pero sí para comprender más.
Por el contrario, hay que observar que en Rosario y en la provincia de Santa Fe en general; se parte de un piso muy alto en la disputa política. Hay aquí un marco de racionalidad política que costó muchos años conseguir y que en muchos temas supera ampliamente el nivel de las disputas nacionales. Eso deberíamos estar viendo los santafesinos, los peronistas, los socialistas, los radicales y todos aquellos que están dispuestos a defender la política como la más formidable herramienta de transformación social. Y esto es importante, porque elección tras elección aparecen los campeones del discurso de la antipolítica, los que le dicen a la gente que le van a solucionar los problemas pero nunca le dicen cómo. Aquellos que subidos nada más que al conocimiento que tienen dentro de la sociedad se creen con derechos de ensuciar a los militantes, a la política real, a lo que se construye en el territorio todos los días. De esos hay que cuidarse, no de las peleas políticas.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.