OPINIóN › SIETE DíAS EN LA CIUDAD
Entre rara, pobre y amañada; la campaña política en la provincia empieza a transitar su tramo final. Con mensajes vacíos, imágenes cercanas a lo bizarro y nulo debate se desarrolló la propaganda para diputados. En la ciudad, y a pesar de las prohibiciones, por lo menos se pudo ver algo de la acción política que se espera.
› Por Leo Ricciardino
Las campañas políticas para las PASO se acercan a su fin de cara a la contienda del 11 de agosto. Se diría que sin pena ni gloria por lo que se ha visto hasta aquí: Un nutrido grupo de precandidatos con más slogans que ideas y otro grupo -más nutrido aún- sintiendo el rigor de un acuerdo político provincial que no resistiría el más mínimo test de transparencia electoral y/o democrática. De las 32 listas que aspiran a las 11 bancas del Concejo Municipal sólo pudieron tener promoción las de mayor poderío económico que coparon las cartelerías oficiales, dejando relegados a los otros a las pegatinas furtivas sobre esos mismos afiches o incluso arruninando el mobiliario urbano. Encima de pobres y semiproscriptos, por ende, terminaron acusados de infractores y amenazados con multas abultadas. Pero, ¿quién tilda de infractor a aquellos que no cumplen ni hacen cumplir la ordenanza sancionada en 2008 que distribuye un 25 por ciento de la cartelería gratuita de la ciudad?. ¿Quiénes son los que levantan el dedo acusador y después trafican un candidato local en una publicidad televisiva de otra categoría?. La respuesta es conocida.
El vacío legal que dejó la decisión de hacer las elecciones nacionales conjuntas con las provinciales -combinando incluso dos sistemas electorales distintos-; impulsó un acuerdo político entre el gobierno de Antonio Bonfatti y un sector mayoritario del peronismo santafesino. Ese vacío se llenó con un pacto que incluyó la prohibición de pautar campaña política en los medios electrónicos para los candidatos locales. Algo que, ya se anunció, será subsanado para las generales de octubre. Pero desde aquí nos atrevemos a decir que no se repetirá en la historia la aberración que implicó aquel acuerdo entre quienes creyeron que corrían con alguna ventaja por ser los sectores con los candidatos más "conocidos". Se verá si esa ventaja termina siendo tal.
Los efectos que ese acuerdo político generó son varios y más que perjudiciales. Se volatilizaron las tarifas por publicidad en los medios y empezaron a cotizar las llamadas "publinotas" a los candidatos. Las radios y canales que no pudieron controlar desde sus gerencias la venta en negro de estos espacios, se inclinaron por la prohibición de los reportajes a los candidatos locales para cerrar la puerta a los pactos directos con los periodistas. Todo eso derivó además en el encarecimiento de la publicidad en los diarios y páginas web y también se triplicó el valor de la cartelería oficial. Un mamarracho que todos intentaron burlar con distinta suerte y que a futuro no debería repetirse si de verdad se está pensando en la información con la que debería contar un votante antes de concurrir a sufragar.
Para muchos todo esto que aquí se cuenta no tiene demasiada importancia, incluso para algunos precandidatos de escaso conocimiento fue relativamente sencillo lograr algunos reportajes en medios de distinto peso y gravitación. Pero es claro que si se tomó la decisión de avanzar en un sistema electoral cada vez más participativo como lo son las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias -a las que en Santa Fe se suma la Boleta Unica- no se puede aplaudir la decisión de recortar la promoción de los candidatos y sus proyectos para una instancia decisiva de esta elección doble para las categorías de diputados nacionales y concejales, además de presidentes Comunales e Intendentes en unas pocas localidades santafesinas.
Se podrá argumentar, aunque sin mucha convicción, que no se conocía muy bien cómo iba a resultar la decisión. Unas pocas reuniones entre editores y gerentes de distintos medios les dió una respuesta inmediata. Lo más importante ahora es que todos estén pensando en que lo que sucedió no puede volver a pasar.
Los mensajes.
La verdad es que entre chorizos desapareciendo, gestiones pasadas revisitadas aunque se trate de una compulsa para otra categoría y una breve biopic de la vida de un comediante; los mensajes que ha estado recibiendo el elector en esta campaña son sencillamente para el olvido. Muchos candidatos se quejan de la falta de interés por la política que muchas veces evidencia gran parte de la ciudadanía, pero está claro que hay quienes alimentan eso impulsados por los asesores de marketing cuya principal función parece ser la de vaciar de contenido a los postulantes. Para nadie es nuevo que desde la aparición de los medios masivos de comuniciación los candidatos se venden como un jabón. Pero por lo menos uno espera que hagan algo de espuma.
Para dar un ejemplo por fuera de este distrito y no herir la suceptibilidad de nadie; fue un espectáculo digno de ver el "debate" televisivo entre los competidores en la interna para Senador por la Capital Federal a Pino Solanas, Alfonso Prat Gay y Rodolfo Terragno. El primero y el último son dos personalidades insoslayables de la vida cultural argentina de los últimos años. Solanas fundador del movimiento Cine Liberación en los '70, un creador nato y un revolucionario convencido de las mejores causas. Terragno un intelectual de fuste que dió vuelta la historia de San Martín con sus hallazgos en el Informe Maitland, fundador de diarios en Venezuela durante su exilio; notable polemista y ensayista durante el alfonsinismo. Sin embargo, no desentonaron para nada al lado del pensamiento frívolo de un economista volcado a la política como Prat Gay. Los tres -más aún Solanas y Terragno- parecían caricaturas rápidas de lo que en realidad fueron. Qué creen que la gente quiere de ellos distinto a lo que fueron en la historia reciente. Con otros nombres, sería posible hallar comparaciones para esta provincia. No lo duden. Un día los dirigentes despertarán y despedirán a los que les pagan para que les digan "hacete el bobo que es lo que junta votos". Pero deberían apurarse porque la gente se está dando cuenta.
Aquí por lo menos, en Rosario, hubo cruces políticos entre los candidatos del oficialismo y de la oposición. Acá por lo menos la intendenta Mónica Fein debe levantarse todos los días para defender su gestión si quiere contar con más concejales que la defiendan e interpreten sus proyectos para la ciudad futura. Lo mismo los opositores, advierten en serio que parte del debate del 2015 en Rosario se da en estas elecciones y tratan de hacer trascender sus propuestas concretas. Claro, no fue fácil con la mordaza echada a los precandidatos locales. Pero por lo menos, algo de acción se vió.
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