Lunes, 23 de marzo de 2015 | Hoy
OPINIóN › SIETE DíAS EN LA CIUDAD.
Los Verdes anunciaron esta semana su apoyo al PRO también en Rosario. Así se ponen más amarillos en su idea de defender al medioambiente. Las ideologías han muerto, un poquito. Las encuestas que muestran poco y nada y los enigmas que crecen en los distintos escenarios electorales de Santa Fe.
Por Leo Ricciardino
Este sábado se ratificó una noticia que ya se había adelantado en la semana. Para muchos será una novedad política más, para otros, ni siquiera una novedad; pero para muchos constituirá una verdadera sorpresa: El partido Los Verdes ha decidido dar su apoyo al PRO en todo el país - y aquí a Anita Martínez- de cara a las próximas elecciones. Que su líder Juan Carlos Villalonga sea funcionario de Mauricio Macri en Buenos Aires, puede ser un detalle más o, por el contrario quizás fue excluyente a la hora de tomar la decisión.
Los "verdes" en el mundo son partidos a veces poderosos y generalmente transversales. Es decir, atraviesan de izquierda a derecha todo el arco político en beneficio de los postulados del cuidado del medioambiente a nivel global. Ahora bien, por caso, qué hubiese hecho un concejal "verde" de Rosario en la votación de esta semana sobre las cocheras subterráneas que implican un negocio para privados con una inversión de casi 80 millones de pesos. ¿Habría acompañado al PRO en su voto afirmativo? O ¿habría votado en contra como lo sugirieron todas las organizaciones ambientalistas que fueron consultadas en la Comisión de Medioambiente del Concejo Municipal de Rosario? Pero resulta que el Frente Progresista también votó a favor de soterrar estos estacionamientos privados debajo de la Plaza del Foro y del Distrito Centro. Bueno, ahí está la transversalidad en la que tan bien se mueven los "verdes" del mundo, ¿no? Es una cuestión de matices después de todo, un poco menos verdes quizás y un poco más amarillos.
Como sea, no se pretende aquí un análisis ideológico de la matriz política de Los Verdes. Pero sí constituyen un ejemplo concreto de esa tendencia actual a borrar límites que parecen superficiales a la hora de los armados electorales; pero que después terminan siendo definitivos a la hora de gestionar un gobierno. Al respecto es absolutamente recomendable la lectura de la contratapa de este domingo en Rosario/12. En "Carta de un progresista a otro", el escritor Javier Chiabrando desborda de humor e ideología en un análisis descarnado de los electores bienintencionados. "Somos inocentes a la manera de Graham Greene: 'El inocente es como un leproso mudo que ha perdido su campana y que se pasea por el mundo, siempre con buenas intenciones'", citó de memoria el narrador.
Todo está en la concepción del Estado. Cómo creerán los verdes - e insisto, es un ejemplo- que se cuida mejor el medioambiente. ¿Con un Estado poderoso y eficiente o con uno pequeño y lábil para los controles?
A veces es sólo una cuestión de matices cómo se presenta el asunto. Pero con el correr de los años, esos matices terminan siendo números concretos, y después nombres y apellidos que pierden su trabajo, que entran en la desesperación y que no paran de caer en una sociedad que los expulsa, en un Estado que no los contiene, que no hace política para ellos ni entra en tensión con los poderes fácticos que terminan imponiendo sus criterios. Claro, esto último es demasiado ideólogico para lo que hoy se impone como criterio.
Ultimas semanas
Faltan pocas semanas para las primarias del 19 de abril en Santa Fe y las encuestas siguen mostrando no sólo un elevado número de indecisos, sino también pocos elementos contundentes como para señalar rumbos de candidatos y partidos en la ciudad y la provincia.
En comparación, las fórmulas en disputa para el Ejecutivo provincial se muestran más activas que los precandidatos a intendentes en la ciudad de Rosario. Tanto a Miguel Lifschitz Carlos Fascendini, como Omar Perotti Alejandro Ramos y Miguel del Sel Jorge Boasso; se los puede ver casi a diario en entrevistas, declaraciones, actos y presentaciones públicas diversas. Claro, es la categoría donde hay más en juego y también más incertidumbre en lo que muchos ven a priori como un cabeza a cabeza entre el socialismo y el PRO. Pero el binomio del justicialismo no desentona porque no ha parado de crecer en consideración desde la consolidación de la fórmula. Y también se rodea de enigmas tales como saber a qué distancia se encuentran hacia arriba o hacia abajo del piso histórico del peronismo en Santa Fe. Y si esa situación los acerca mucho o no a la pelea con las otras fórmulas provinciales. El final abierto le da un sabor que con el correr de los días irá interesando un poco más al electorado que recién sale de la modorra del verano.
En la ciudad, estas semanas la intendenta Mónica Fein comenzará a acelerar en la carrera que comenzará en breve y en la que se pone en juego el principal sillón del Palacio de los Leones. En ese sentido, la intendenta se apega a la receta que el socialismo decidió poner como idea central: "Más unidos que nunca". Con la foto de todos los candidatos y dando una idea de fortaleza y blindaje que no despega a Rosario de lo realizado a nivel provincial.
Esa idea de cerrar filas y poner a esa acción como un valor en sí mismo tiene sentido si se tiene en cuenta que, en definitiva, tanto Lifschitz como Fein tienen un solo propósito: defender una gestión de gobierno en la provincia y en Rosario.
En la oposición, Anita Martínez del PRO esquiva la crítica directa y abunda en los proyectos a futuros dejando en boca de los vecinos las diferencias principales con la administración del FPCyS.
Por su lado, Roberto Sukerman del Frente Justicialista para la Victoria -con más elementos por su desempeño en el Concejo- separa bien los temas y apunta con contundencia a los déficits con centro en la inseguridad.
Pablo Javkin es el que más perfila su figura y hace equilibrios más logrados para diferenciarse del oficialismo y crecer en la interna del Frente. Pero ahí el principal acicate es el presidente del Concejo Miguel Zamarini que apuntó de lleno a los servicios públicos - principalmente el transporte- y la situación de los barrios de la ciudad para mostrar su enfrentamiento y desacuerdo con las politicas púbicas del Ejecutivo local.
Por su lado, Alejandro Grandinetti se centró más en la inseguridad como referente del Frente Renovador en ciudad. Así destaca las políticas de Sergio Massa en Tigre y personaliza el combate frontal contra el narcotráfico y la acción ciudadana para enfrentar el delito en general. Es el que más sugiere que hace falta mayor poder en la cabeza del Ejecutivo local para encarar estos menesteres tan delicados.
Aquí también hay enigmas en la escena. La duda pasa por saber si Fein con lo que tiene, podrá dar cuenta de adversarios que por el momento no parecen alterar la grilla por sí solos. En el entorno de Anita Martínez han comenzado a mirar de reojo la situación de Grandinetti que, se presume, disputará un electorado compartido en algunas franjas. Y Sukerman aspira a reunir lo que más pueda de un peronismo disperso desde hace mucho en la ciudad. Hay otro dato que le agrega interés a los comicios de esta categoría: Ni Héctor Cavallero ni Jorge Boasso estarán en cancha esta vez. Ambos disputan en otra categoría pero habían resultado los más votados detrás de Fein en los comicios de 2011. ¿Dónde irán a parar esos miles y miles de votos?
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