A diferencia de lo que pasa a nivel provincial, para la intendencia de Rosario la danza de nombres, especulaciones, aventuras personales y otras variantes de la parafernalia preelectoral aún no han comenzado. Lo único que se sabe con certeza es que Miguel Lifschitz -incluso a pesar suyo- irá por la reelección el año próximo.

Tibiamente, Héctor Cavallero esbozó sus aspiraciones de disputar nuevamente el sillón de Lord Mayor de la ciudad, pero esas afirmaciones quedaron sepultadas por el escándalo de sus denuncias por supuestos contratos irregulares en el Servicio Público de la Vivienda con dineros del Banco Interamericano de Desarrollo, y la andanada de desmentidas que le sucedieron.

El peronismo que espera señas, gestos, encuestas y respaldos para algún candidato a gobernador que pueda luchar mano a mano con Hermes Binner; difícilmente pueda determinar su incierto futuro en Rosario. Aunque ya nadie lo recuerde, con Ley de Lemas mediante, el PJ estuvo en 2003 a sólo cinco mil votos de recuperar la intendencia de esta ciudad a exactos 30 años de la experiencia del profesor Ruggeri.

Eso fue así porque Lifschitz, para esa época empezó su carrera hacia el Palacio de los Leones con sólo un cinco por ciento de conocimiento entre los rosarinos. Norberto Nicotra -el peronista más votado para intendente- tuvo allí su mayor oportunidad de rescatar al partido en una ciudad que viene dándole la espalda desde hace décadas.

Claro, ahora nadie quiere dar un paso en falso. ¿Cómo definir abajo si subsisten tantas dudas arriba?. Si el candidato a gobernador del peronismo termina siendo -por ejemplo- Rafael Bielsa, su hermana María Eugenia quedaría descartada en la pelea rosarina. Por eso esta semana, cuando parecía que ya nada podría sorprender a nadie, apareció como posible postulante a la intendencia de la mano de Bielsa, el Tata Martino. "Gerardo es callado en casa, imagínenselo actuando en política", dijo a un productor radial de LT8 la esposa del ídolo leproso y actual técnico en Paraguay. El ex volante rojinegro ya tiene demasiado con las especulaciones que hay en torno de su nombre que suena con la misma intensidad como conductor de la selección paraguaya que como reemplazante del Coco Basile en Boca.

Por el contrario, si Agustín Rossi termina encabezando una fórmula provincial del peronismo, crecerían las posibilidades de María Eugenia Bielsa como candidata en Rosario. La vicegobernadora pasó una de las semanas más incómodas desde que su hermano decidió lanzar su precandidatura en Santa Fe. Ella ya venía trabajando con Rossi, pero se enojó con los periodistas cuando le preguntaron si iría o no al plenario del Instituto de Políticas Públicas que ambos conducen. Primero contestó que no sabía si podría llegar. Finalmente admitió que "por razones obvias" dejaría de participar del armado político en torno del diputado Rossi. Esas obvias razones son de parentezco y son entendibles, lo cual hace mucho más difícil de explicar el enojo de la arquitecta que es tan lúcida como su hermano, pero -se ve- poco tolerante a enfrentar las preguntas de la prensa cuando éstas la incomodan.

Por el lado del radicalismo, la nebulosa relación con el socialismo y los tironeos K a nivel nacional, hacen mucho más difícil todavía la posibilidad de que emerja una candidatura sólida en Rosario o, también, una fuerte convicción de que el mejor proyecto sería ir detrás de la candidatura a intendente de Lifschitz.

Por supuesto, no faltan aquellos que pretenden aparecer como sea en el ruedo, aunque más no sea con económicas "fajitas" para los postes de luz recordando que ellos también están disponibles para el 2007.

Con todo, lo llamativo es que a una ciudad como Rosario con tantos hombres y mujeres destacados en múltiples actividades, tenga -en todos los partidos- tantas dificultades para hallar un hombre con expectativas de enfrentar al actual mandatario socialista.