A una semana de las primarias, subsiste en el Frente para la Victoria un clima de euforia desconocido hasta antes del comicio. En el socialismo, en cambio, ha comenzado una etapa de menor exposición pública y revisión de la estrategia. Para el PJ, que Hermes Binner no haya superado a la suma de votos de los candidatos oficialistas es una victoria casi tan importante como haber instalado en buena parte de la opinión publica la idea del "triunfo electoral". Pero lo cierto es que Binner le lleva una ventaja de 200 mil votos a Rafael Bielsa, y que su objetivo central hasta el 2 de setiembre no es demostrar que le ganó sino volver a derrotarlo en el "mano a mano" del mes de la primavera, cuando se sepa entonces no sólo lo que habrá pasado con los 220 mil votos de Agustín Rossi, sino con los cientos de miles de santafesinos que no fueron a votar o el cuarto de millón que lo hizo en blanco.

Si hubo una "victoria" del Frente para la Victoria; fue mediática. La reunión en El Cairo -el lunes por la mañana- y las sucesivas apariciones de los candidatos generaron un efecto palpable frente a la opinión pública. Inclusive la victimización que actúa el diputado -a medio mandato- por la Capital Federal llegó a conmover a sectores bien definidos de la prensa. Más aún, a esa estrategia se sumó algún diputado provincial cuya inutilidad legislativa intenta ser suplida con la alcahuetería militante, al menos hasta el 2 de setiembre.

A eso se suma, según los anuncios del candidato, la presencia del Jefe de Estado y la candidata Cristina en no menos de tres oportunidades. Que se sepa ninguna de ellas sería un acto partidario, sino "agenda de gobierno" -como ocurrió el 20 de junio- que el candidato del FPV tratará de volcar a su favor. Sin embargo, Carlos Kunkel -primera espada del matrimonio presidencial- declaró a mitad de semana que "en las elecciones en las provincias, tienen que jugar los candidatos, más que el Presidente o Cristina", sostuvo el diptuado K.

En cualquier caso -y sin que haya habido ni una sola declaración pública de Néstor ni Cristina sobre Santa Fe-, desde el FPV se adelanta que no sólo la pareja presidencial sino Carlos Reutemann acompañarán a Bielsa durante la campaña. Más importante que eso, sin dudas ha sido el aporte de los referentes territoriales que como Omar Perotti -para citar el más relevante- sacaron más votos que Bielsa en sus departamentos "arastrando" el voto a Gobernador.

En el Socialismo, después del desconcierto de los números que no coincidieron con las encuestas previas, sobrevino una etapa de análisis en la que la primera conclusión a la que se arribó es que para obtener los 5 puntos que faltan para la mayoría absoluta, Hermes Binner deberá redoblar esfuerzos sobre sectores que no participaron de la primaria o los que votaron en blanco. Los dirigentes socialistas están convencidos que con eso sería suficiente, "de yapa -sostienen- vendrán por los menos un tercio de los votos que sacó Rossi". Si así fuera "la diferencia se mantendría cerca de los 200 mil votos que sacamos en la primaria", sostienen.

De todos modos, salvo en Rosario -donde pasó lo que esperaban que pasara- en casi todo el resto de la provincia, la cosecha fue menor de lo esperada, aún con el atenuante de que "no se jugaba nada" hubo falencias que de repetirse comprometerían seriamente el triunfo que vaticinan para setiembre. Los reproches de Binner a los dirigentes partidarios existieron, y los próximos días serán de revisión en el armado de cada uno de los departamentos, y recuperar el "centro del ring" que, al menos en los medios, cedió Binner desde el 1 de julio.

"No queremos circo", dijo el candidato socialista al rechazar el desafío que al mejor estilo de Don King lanzó el Gobernador Obeid que "imagino a Bielsa y a Binner debatiendo en televisión sobre los temas de Santa Fe".

Una pena, no tanto por los temas que quedarán sin tratar, sino porque no se podrá disfrutar del histrionismo de un candidato que si hubiera tenido el talento literario de Juan Ramón Jiménez, hubiera escrito "Yo y Platero".