Domingo, 3 de junio de 2012 | Hoy
ECONOMíA › DANIEL GUIDA EXPLICA POR QUé NO HAY NINGúN PELIGRO DE HIPERINFLACIóN
El consultor y economista rosarino consideró que el ex gobernador "tendrá sus equipos, pero no hay razones objetivas para pensar que la Argentina está al borde de un proceso" como el vivido en 1989. Las variables que lo hacen imposible.
Por Leo Ricciardino
El economista y consultor rosarino Daniel Guida cree que para Argentina y, por ende para Santa Fe, este "será un año duro". Pero aleja del horizonte la mayoría de las profecías -muchas de ellas interesadas- sobre las perspectivas económicas. "Para nada se puede hablar de una recesión, no es objetivamente posible en este contexto", dice el experto y asegura que "si bien hay una desaceleración, no es evidente un freno en la actividad económica". Por eso cree que los vaticinios de Hermes Binner sobre que se avecina "un proceso de hiperinflación", fueron "un concepto muy grave. Me merece mucho respeto Binner, pero lo que ha dicho no es de una opinión calificada en materia económica". El principal bajón en actividad por ahora en la provincia, lo encabeza la construcción. Cómo afectan los controles cambiarios a la industria.
Para Guida, lo que ocurre en general con el panorama actual de la industria a nivel nacional, y también por supuesto para las industrias santafesinas, es que debido a la forma y el entramado de la organización productiva "la mayoría tienen algún componente importado en la elaboración de sus productos. Aunque sean industrias nacionales que producen bienes nacionales que no sólo se consumen en el país sino que también se exportan".
A partir de esa situación, lo que sucede es que estos componentes importados en la medida que no tengan fluidez en la llegada a las fábricas, "para las industrias puede llegar a generar algunas trabas en el proceso de producción. Y de ahí que muchas empresas puedan verse afectadas hoy".
"El concepto general de la política argentina en cuanto a que el país sustituya importaciones y desarrolle su industria local, yo creo que es correcto. Y además me da la sensación de que son políticas públicas que gozan de un amplio consenso social en ese sentido. Pero después la instrumentación de estas políticas va teniendo perfiles diferentes", afirmó el economista.
En ese marco, "no se puede decir hoy ni de cerca que la economía argentina es una 'economía cerrada'. Una economía cerrada es aquella que tiene una muy ínfima participación de su comercio exterior en su producto bruto interno. Y en Argentina, en el año pasado anduvimos en el orden de los 160 mil millones de dólares: Argentina exportó por 64 mil millones de dólares aproximadamente, e importó por 74 mil millones de dólares. De manera que hay que decir correctamente que lo que hay es una administración del comercio exterior".
-¿Cómo afectan a la industria las restricciones cambiarias que impuso el gobierno?
-No la afecta demasiado porque las restricciones impuestas no están mayormente destinadas a los procesos de importación. Porque los procesos de importación de todos los bienes en Argentina se controlan a través del Banco Central. Por eso todo lo que es la importación en el país va por un camino totalmente diferente a lo que es la obtención de divisas. Si usted es un importador que importa insumos o bienes de capital, el dólar que usted va a utilizar es el dólar oficial. Y no hay ninguna restricción a eso. Nadie va a pagar un insumo importado al dólar paralelo.
-Entonces, la situación con el dólar paralelo, ¿no debería influir en los precios?
-Por supuesto que no. No hay en la economía precios que se manejen al dólar paralelo. Cuando alguien está pensando que sus precios internos en Argentina los va a ajustar al ritmo de los precios internacionales valuados a un dólar "blue", no sólo que es un error, sino que puede ser una trampa, una especulación o puede ser un manejo monopólico. Porque no hay razones técnicas para que esto ocurra.
Guida observa que en Santa Fe, como ocurre hoy en el país, "está claro que el conjunto de la actividad económica ha sufrido una desaceleración. El proceso de la dinámica de crecimiento que se tuvo en 2010 y 2011 se ha frenado. Pero para nada se puede pensar en un stop, en una recesión, ni siquiera en un estado estacionario. Si veníamos creciendo a un ritmo del 5 o 6 por ciento, hoy lo estaremos haciendo al 2 o al 3 por ciento. Y en algunos casos es posible que haya un crecimiento cero respecto del mismo mes del año anterior. Esto es objetivo, en Santa Fe uno de los sectores en los que se está notando mucho es en la construcción".
Para el economista, esta es una situación de coyuntura que "pensamos que puede durar este año, pero de ninguna manera es una situación que pueda permanecer mucho en el tiempo, toda vez que las variables objetivas de la economía puedan -con medidas que el gobierno deberá ir tomando- retomar el ritmo de crecimiento normal".
-¿Qué opinión le merece lo que dijo Hermes Binner respecto de que estas decisiones del gobierno pueden desembocar en un proceso de hiperinflación?
-Mire con todo el respeto que me merece, no creo que la suya sea una opinión calificada en términos económicos. El tendrá sus equipos supongo, pero no hay razones objetivas para pensar que la Argentina está al borde de un proceso de hiperinflación. Las razones son bien técnicas: Se sabe que los motores principales de los procesos de hiperinflación en Argentina son por un lado un abultado déficit fiscal, un abultado endeudamiento externo y una abultada emisión monetaria. Estos componentes hoy no están en Argentina. El país tiene superávit fiscal primario, puede estar muy bajo, pero nunca para generar una hiperinflación. Realmente, es muy serio lo que ha dicho Binner. Más allá de que la inflación en Argentina hoy es un problema a atender porque es un problema que vino para quedarse. Si usted me pregunta hoy cuáles son los problemas a resolver en economía, para mí la inflación es uno importante. Pero va a llevar un tiempo importante.
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