UNIVERSIDAD › CLAUDIA ROSENSTEIN COMPARA PROYECTOS URBANOS DE RECONVERSIóN COSTERA
La docente e investigadora de la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño de la UNR, junto a su equipo, analiza e investiga la capacidad de la arquitectura de lograr integración urbana y aportar para revalorizar el espacio público.
› Por Silvana Di Stefano*
Un proyecto de investigación de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) analiza el rol de la arquitectura en la valoración del espacio público y cómo impactan los proyectos urbanos de renovación de frentes costeros en dos grandes ciudades, como Rosario y Buenos Aires, con los proyectos de Puerto Norte y Puerto Madero. Claudia Rosenstein es docente e investigadora de la Facultad de Arquitectura Planeamiento y Diseño de la UNR, y junto a su equipo analiza e investiga la relación entre proyecto de arquitectura y proyecto urbano, la capacidad de la arquitectura de lograr integración urbana y aportar a revalorizar el espacio público. "Nos interesa ver hasta dónde la arquitectura es capaz de construir lo público, entendido como la esencia de la ciudad, como el espacio democrático, de construcción de identidades colectivas, el ágora", precisó Rosenstein.
La investigación se encuadra dentro de los procesos de cambio que se vienen produciendo en las últimas décadas y el impacto que estos han tenido en el territorio tanto en términos físicos como sociales. Para Rosenstein, titular de la cátedra Proyecto Arquitectura 2, esto tiene que ver con el proceso de globalización que a partir de los años 70 fue cambiando las formas de producción y las formas de habitar, impactando fuertemente en el territorio urbano. "Aparecen fenómenos como la fragmentación urbana, segregación forzada por los mecanismos del mercado de las clases bajas en asentamientos y autosegregacion de las altas en barrios privados, la invasión del automóvil, y la privatización del espacio público", indicó la investigadora.
Rosenstein sostuvo que en las últimas décadas las grandes ciudades del mundo desarrollaron proyectos urbanos a gran escala, en particular la renovación de frentes costeros que se constituyó en un factor estratégico para la regeneración urbana. Según la investigadora, se trata de "grandes reconversiones urbanas en áreas en desuso, puertos, instalaciones industriales, de alto valor urbanopaisajístico, que han dejado vacancia urbana y que están ubicadas estratégicamente en la ciudad".
Para la investigación se compararon dos casos. Puerto Norte en Rosario, que se enmarca en el Programa de Recuperación del Espacio Público Ribereño en la ciudad, y Puerto Madero en Buenos Aires, sector ubicado entre los barrios de Retiro y La Boca, próximo al centro cívicofinanciero de la Capital Federal. El proyecto de Puerto Norte en Rosario abarca una zona extensa de la costa rosarina. De los proyectos que se ubican en esta renovación se encuentran Forum, Ciudad Ribera, entre otros, y tiene como objetivo conformar un continuo entre el límite del municipio al norte y el inicio de la zona portuaria al sur. Una de las principales características de este proyecto es que propone la apertura de la ciudad al río y permite la continuidad de la ciudad al Norte. "Esto forma parte de un anhelo que está presente en el imaginario de todos los habitantes de Rosario, en la historia propia de la ciudad, desde el Plan Guido de la década del 30", apuntó la investigadora.
Otro punto sobresaliente de Puerto Norte es que la gestión y la planificación urbana se producen desde el Estado, y esto tiende a preservar el bien común. "Hay instrumentos novedosos para este fin, uno de ellos es un convenio que se realizó con Nación a través del cual cede un 40 por ciento de sus terrenos para espacio abierto público, y otro es que se frenaron los proyectos de los inversionistas privados, llamando a un concurso de ideas para un Master Plan que guiaría la acción privada", agregó Rosenstein.
En el caso de Puerto Madero, la investigadora consideró que "si bien hubo un Master Plan, la concepción fue la de un uso exclusivamente económico del suelo, el enriquecimiento de unos pocos, la necesidad de volver a dotar al centro de actividades con una serie de edificios, locales gastronómicos, hoteles, puente, equipamiento urbano, sin relación entre si. Aunque hay espacio abierto esto no equivale a espacio público", argumentó Rosenstein. "En el espacio público la gente se apropia del mismo, lo hace suyo, lo adapta, es el lugar del encuentro, propiedad de los ciudadanos. Por Puerto Madero la gente que camina es la gente que trabaja o vive allí, pero en principio no aparece como un espacio para `toda la ciudad`. La presencia de la Prefectura custodiando el lugar constituye una barrera simbólica que hace que el ciudadano no lo sienta como suyo. En cambio, en el proyecto de Ciudad Ribera hay un sector de paseo pensado como público, abierto, de acceso a la ciudadanía", agregó.
Rosenstein es optimista con respecto al rol que debe cumplir el Estado municipal para garantizar que lo establecido en el proyecto se cumpla. "Es importante la presencia de un Estado municipal que tome decisiones, que sea negociador de conflictos sociales en aras del bien común. Consideramos que dar respuestas desde la arquitectura en el contexto actual significa reconocer a la ciudad con toda su complejidad y desorden, que es sobre este caos que se debe trabajar y recuperar los elementos urbanos determinantes de la calidad de vida de sus habitantes", concluyó la investigadora.
*Dirección de Comunicación de la Ciencia UNR
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