La rotura de caño maestro de gas y la consiguiente pérdida de fluido produjo ayer temor y momentos de preocupación entre los vecinos de Balcarce y Rivadavia. El accidente ocurrió cuando una empresa constructora rompió el caño maestro de Litoral Gas de la zona dejando a toda una cuadra con el temor de explosiones y de evacuación. Sin embargo, la situación estuvo controlada y los trabajos se extendieron hasta última hora de la tarde de ayer.

El hecho se produjo aproximadamente a las 14, en una obra que está en manos de la constructora "Luis Luciani Arquitectura" donde trabajaba una retroexcavadora de la empresa "Hernán Cabrera demoliciones". El fluido comenzó a salir violentamente, lo que hizo que la gente huyera hacia el parque Norte, ubicado frente al lugar.

Se hizo presente entonces un camión de bomberos que en forma preventiva cortó el tránsito. Por precaución, los autos debieron detener su marcha y la parrilla La Pérgola, que funciona en la esquina, debió dejar de hacer fuego, según dijeron testigos del hecho.

Alfonso Attardo fue a la obra como responsable de Defensa Civil y señaló que los autos estacionados en la zona no podían arrancar por peligro de explosiones. Además debió pedir paciencia a los vecinos y aclaró que se cortó la luz porque de esa manera se evitan explosiones al igual que los semáforos que también funcionan con energía eléctrica.

Al grupo se sumaron operarios de Litoral Gas y efectivos policiales, quienes junto a bomberos se encargaron de llevar tranquilidad al realizar las primeras reparaciones y monitorear los edificios de la cuadra que no debieron ser evacuados porque la pérdida fue contenida.

El accidente fue aprovechada por los vecinos del lugar para hacer oír sus quejas. Osvaldo, uno de los casi treinta vecinos del barrio que salieron alarmados de sus domicilios, dijo enojadísimo que "no es la primera vez que hay problemas con esa obra en construcción". A saber, muchos de ellos estuvieron casi un día sin luz, veinte sin teléfono y casi diez sin cable porque la empresa los cortaba mientras realizaba las construcciones.

También se hizo presente en el lugar Susana Maximino, referente del grupo de rosarinos afectados por las construcciones. Desde el movimiento vecinal se quejaron porque ante los sucesivos problemas por las obras en construcción, no tienen a quién recurrir. Y detallaron que actualmente son más de tres mil las construcciones que se llevan adelante en la ciudad pero que dudan que todas tengan los permisos correspondientes.

Maximino también se quejó porque "el municipio no exige que sean constructoras las que piden el permiso, va cualquier arquitecto y le dan la autorización y si clausuran la obra, a los 15 días empiezan otra vez a trabajar".