Horas después de haber llegado a un acuerdo en torno a la suba salarial para los próximos meses, el Sindicato de Empleados Municipales de Rosario y el gobierno de Miguel Lifschitz volvieron a cruzarse. El secretario de Hacienda, Gustavo Asegurado advirtió ayer que a raíz del incremento de la masa salarial, estimado en 46 millones de pesos, el municipio se verá obligado a recortar parte de las obras públicas que había proyectado realizar para el año en curso. "En una ciudad como Rosario no pueden resentirse los servicios pero algunos trabajos van a verse afectados", sostuvo el funcionario. De inmediato, el secretario adjunto del gremio, Antonio Ratner recogió el guante y rechazó el planteo. "No será que las obras que van a recortar no estaban previstas y ahora lo justifican de esta forma", se preguntó.

El miércoles último, tras arduas negociaciones los gremios municipales de toda la provincia nucleados en la Festram habían acordado en paritaria con los intendentes y presidentes comunales una suba salarial del 20,4 por ciento en dos cuotas (abril y julio). En ese marco el sindicato rosarino suspendió las medidas de fuerza previstas (24 horas ayer, 48 horas la semana próxima y 72 la otra).

La tregua duró poco. Si bien no se efectivizará el plan de lucha que se había anunciado, el enfrentamiento mediático volvió a tomar fuerza en la jornada de ayer a raíz de las declaraciones de Asegurado cuando vinculó el aumento de los sueldos con las prestaciones que brinda la comuna.

"Deberíamos hacer unos cálculos finales pero el impacto podría llegar a unos 46 millones de pesos. Los aportes que hace la provincia (incremento en la coparticipación y la suba en el financiamiento de la educación) no alcanzan porque no es ese el único concepto de gasto del municipio que se ha visto incrementado en este tiempo. Tenemos una serie de cuestiones que presionan sobre el presupuesto municipal que no se resuelven", sostuvo el funcionario en declaraciones a LT8.

"La verdad -agregó- es que es una situación difícil. Los próximos días analizaremos la situación y ojalá tengamos oportunidad de conversar con la provincia acerca de qué perspectivas tenemos para el resto del año".

En ese marco, Asegurado admitió que entre las alternativas que maneja la administración municipal se encuentra "replantear los programas y las actividades que estamos realizando. No digo restricciones de servicio. En una ciudad con la complejidad de Rosario es difícil pensar en eso. Deberemos reprogramar pagos y analizar la continuidad en el tiempo de esta situación y analizar también nuevas fuentes de ingreso. Lo que sí creo, si bien es un poco prematuro, es que algunas obras que puso en marcha la Municipalidad se verán afectadas".

Al respecto, precisó que en el Presupuesto 2008 el municipio destinó cerca de 70 millones de pesos para obras públicas. "Algunas obras tienen un financiamiento especial, pero otras es probable que se vean afectadas. Los municipios tenemos muy pocas posibilidades de corregir los ingresos y la velocidad en que se corrigen éstos tiene disparidad con la velocidad en que se van a ajustando los gastos", planteó para después descartar nuevos retoques en las tasas en lo que resta del año mientras se espera más fondos provinciales.

Ratner rechazó el argumento esgrimido por Asegurado. "En la negociación la Municipalidad nunca planteó que iba a ser necesario recortar obras para pagar la suba. No será que las obras que van a recortar no estaban previstas y ahora lo justifican de esta forma", se preguntó.