Lunes, 2 de junio de 2008 | Hoy
CIUDAD › EL CENTRO DE COMERCIO SOLIDARIO MINK'A BUSCA EL TRATO JUSTO
Todos los días se compran productos que no se sabe de dónde vienen ni quien los hizo, ni por qué manos pasaron hasta llegar a las del comprador. Por lo tanto, tampoco se sabe cómo se forman los precios y a cuánta gente da de comer esa venta. El Centro de Comercio Solidario Mink'a -que en Quechua significa trabajo colectivo- busca generar un mercado donde se brinde la posibilidad de establecer una relación directa entre productor y comprador que promueva un diálogo para acordar un trato justo y transparente estos mecanismos.
Uno de los asociados del Centro de Comercio Solidario, Diego Roth, puntualizó los objetivos principales del proyecto: "Participar del mercado en condiciones favorables, generar reglas más ecuánimes, y trabajar sobre el consumo".
Para lograrlo, el Centro recorrió un largo camino desde que formó la cooperativa de muebles de algarrobo en 2003, pasando por la incorporación de algunos alimentos en 2005 y la suma de las artesanías en 2006 hasta llegar los locales Mink'a de calle San Juan 4085, La Toma de Tucumán 1349, y La Enramada de Santiago 656 en Capitán Bermúdez.
En esos tres lugares se pueden adquirir muebles o artesanías -étnicas, culturales o urbanas- a partir de conocer quién las confeccionó y en qué lugar. Incluso, el comprador puede encontrarse con el productor que hizo ese objeto.
Además, cuentan con una red de 50 almacenes y 15 promotores que ofrecen alimentos elaborados artesanalmente en distintos puntos del país por 500 pequeños y medianos productores agrupados en alrededor de 16 cooperativas y emprendimientos comunitarios.
Sin embargo, no todos los objetivos están cumplidos. Los impulsores de este mercado consideran que "si el dinero va a los productores ya se ha cambiado el mercado, ya que si el mercado no es democrático no hay democracia". Por eso, aunque lograron generar un mercado transparente, subsiste la falta de democracia. "Hay una sola marca de botellas de vidrio, entonces para poder sostener un trato justo con el consumidor tuvimos que hacer una campaña de recolección de estas botellas para enviarlas a Mendoza, adonde se fabrica el tomate triturado que vendemos. Mandamos más de 15.000 botellas. Aunque el número es grande, no lo es tanto para el consumo que tiene este producto, pero sí fue suficiente para sostener los tomates a un precio justo para el consumidor. Sin embargo el mercado de botellas de vidrio no es democrático, no hay opción".
La idea de un "trato justo" implica así la democratización del mercado. Es decir, la real opción para el consumidor de elegir y conocer qué es lo que va a comprar, quién lo hizo y en qué lugar.
Roth consideró que otra forma de democratizar el mercado es generar conciencia de lo innecesarios que son algunos pasos intermedios entre productores y consumidores. Es por eso que en Mink'a se realizan actividades culturales que van desde talleres a charlas y pequeños recitales que promueven la modificación de las pautas de consumo anónimo y alientan la comercialización directa, que pone en pie de igualdad a productores y consumidores.
Justamente, esta relación directa es uno de los pilares que sostiene el comercio solidario. Más allá de los asociados, el Centro invita a todo aquel productor dispuesto a generar un trato justo y directo con el consumidor a participar de esta red, que surgió como respuesta a la crisis que vivió el país a comienzos de este siglo, y que provocó la modificación de relaciones comerciales tanto como de pautas de consumo.
Los interesados en contactarse con Mink'a pueden hacerlo a través de www.comerciosolidario.org.ar.
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