Veinticuatro horas después de haber generado el primer contrapunto con el gobierno de Hermes Binner al cuestionar eventuales subas en impuestos a la producción, el intendente Miguel Lifschitz negó ayer tener discrepancias con la Casa Gris en torno a la reforma tributaria que impulsa la gestión provincial. "Esto surgió, no sé, a raíz de una apreciación mía, algún periodista en Santa Fe interpretó que hubiera alguna diferencia. La verdad es que es un tema que venimos trabajando en conjunto, y que por otro lado es de sumo interés, tanto para el gobierno de la provincia como para los gobiernos municipales", aclaró el jefe comunal en diálogo con Rosario/12. "No hay en esto ninguna diferencia de opinión -continuó-. Al contrario, estamos trabajando en conjunto en la Comisión de Coordinación Fiscal que ha convocado el gobernador y donde participan varios intendentes y presidentes de comunas de la provincia, en un análisis integral de todo el esquema tributario; tanto nacional, provincial, como municipal, de tal manera de pensar en algunas reformas que en primer lugar no produzcan superposiciones; que hagan cargar al contribuyente con un exceso de tributación".

Lifschitz había planteado en la Casa Gris ciertos reparos al contenido de la reforma tributaria que promueve el gobierno de Binner, protagonizando así el primer cortocircuito con su antecesor en la intendencia de Rosario y mentor político. A la idea de Sciara de eliminar la exención de Ingresos Brutos a la industria, la construcción y el campo, el intendente la cuestionó por su impacto en la actividad productiva. "No soy partidario de los impuestos a la producción, prefiero los impuestos a la renta y al capital que son más justos desde el punto de vista distributivo y no impactan sobre la actividad económica como ha ocurrido con las retenciones (al agro), que también es un impuesto a la producción", había argumentado en Santa Fe.

Ayer, en Rosario dio otra versión de los acontecimientos. "Esa fue alguna conclusión que sacó alguno de los periodistas cuando me preguntaron mi opinión sobre el incremento de alícuotas de Ingresos Brutos o el gravamen a actividades industriales que hoy están exentas. Yo dije que creía que había que hacer un análisis integral de los tributos para tratar de que, por un lado, no se produzcan doble imposiciones sobre los contribuyentes y los ciudadanos y por otro lado procurar cumplir con el objetivo de que el estado provincial y los municipales tengan los recursos necesarios para poder cumplir con sus competencias y llevar adelante los servicios que le competen pero que al mismo tiempo que esto no signifique un obstáculo o un freno a la actividad económica de la provincia".

En diálogo con este diario agregó: "Hay que buscar un esquema lo más equilibrado posible, para garantizarle a la prvincia y a los municipios los recursos que necesitan para atender los servicios y las responsabilidades que le competen. Y además, tratar de no poner obstáculos al desarrollo de la actividad económica".

En tren de generar mayor confusión, a primera hora del día, su secretario de Hacienda, Gustavo Asegurado dijo a LT8 que "a nadie se le escapa que no todos los impuestos son iguales y por ende no todos tienen el mismo impacto. De todas formas la reforma tributaria la está manejando la provincia pero en consulta con los municipios en busca del mayor consenso posible".

Consultado sobre los giros de la gobernación en materia de coparticipación, Lifchitz remarcó que en ese sentido "la provincia está cumpliendo. Desde el principio de la gestión de Binner se ha normalizado lo referido a los desembolsos por coparticipación e incluso se ha vuelto atrás con los descuentos del fondo de financiamiento educativo que se habían comenzado a realizar durante la gestión anterior. Se está cumpliendo estrictamente con la ley lo que no es obstáculo para que los municipios planteemos la posibilidad de modificar algunos de esos índices de distribución".