Dos meses después de haber fracasado su tratamiento, el Concejo aprobó ayer por abrumadora mayoría una declaración vinculada con la despenalización del aborto. A diferencia del proyecto original que adhería a su legalización, la iniciativa que cosechó ayer 17 votos positivos y sólo 3 negativos ﷓un radical y dos peronistas﷓ solicita al Congreso el tratamiento de las propuestas legislativas que lo promueven. También se insta a los legisladores para que agoten todas las instancias tendientes a garantizar la plena implementación de las leyes nacionales de Salud Sexual y Procreación Responsable, de Anticoncepción Quirúrgica y de Educación Sexual y que las mismas tengan alcance universal en todo el país. "Modificamos el texto original para conseguir el mayor consenso posible en un tema que no es sencillo. Teniendo en cuenta que no es competencia del Concejo sancionar la despenalización del aborto, logramos nuestro objetivo: instalar el tema en la agenda pública de la ciudad y promover su tratamiento a nivel nacional", sostuvo la impulsora de la propuesta, la concejala socialista Marisa Pugliani

El texto aprobado se terminó de consensuar ayer mismo cuando se acordó incluir el apartado vinculado con el cumplimiento de las normas vigentes en materia de educación sexual y procreación responsable. En el debate en comisión el oficialismo había cedido al planteo de algunos concejales opositores quienes reclamaron disminuir la intensidad de la declaración original a la que consideraban algo extrema.

El debate insumió casi cuatro horas. Nuevamente la barra del Palacio Vasallo estuvo casi colmada. A la izquierda había un nutrido grupo de mujeres militantes de organizaciones que exigen la despenalización del aborto y a la derecha unos pocos jóvenes católicos que se oponían al proyecto y que rezaron en público antes de iniciar la discusión.

Pugliani justificó el proyecto con una sólida argumentación vinculada al derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, los peligros de los abortos clandestinos que se practican fundamentalmente muchachas de bajos recursos y puso énfasis en situar la temática en la órbita de la salud pública y no del derecho penal.

El radical Jorge Boasso fue el más duro de los opositores. Rechazó la iniciativa del PS, basándose en estadísticas internacionales que demostraban que en los países donde se despenalizó la práctica aumentó la cantidad de abortos realizados.

Los justicialistas Osvaldo Miatello y Luisa Donni tampoco avalaron la propuesta socialista pero lo hicieron con fundamentos considerados "atendibles" por el sector que impulsó la propuesta. Boasso en cambio fue tildado de "demagogo, populista y mentiroso", por el concejal oficialista Edgardo Falcón quien mencionó cifras totalmente opuestas.

A excepción del PS, la mayoría de las bancadas admitió que el tema divide aguas al interior de sus partidos. "Por mi experiencia personal, por haber visto morir a una compañera que se practicó un aborto clandestino, apoyo el proyecto", sostuvo en un emotivo discurso el también justicialista Arturo Gandolla. La radical Daniela León aclaró que no era "abortista", pero terminó apoyando el proyecto para no "desconocer la realidad, para sacar el tema de la clandestinidad".

Llegó el momento de la votación y el resultado fue abrumador: 17 por la afirmativa contra sólo tres votos negativos. Un cerrado aplauso se escuchó de inmediato. "Anticonceptivo legal para no abortar, aborto legal para no morir", cantaron. "Ana María Acevedo, presente", se escuchó en homenaje a la santafesina que falleció de cáncer mientras aguardaba el aval judicial para abortar y así somterse a quimioterapia, siendo su caso uno de los tres no punibles según el Código Penal.