Lunes, 29 de diciembre de 2008 | Hoy
CIUDAD › TRES ADOLESCENTES NIGERIANOS LLEGARON AYER A SAN LORENZO COMO POLIZONES EN UN BARCO
En 2008 arribaron a la provincia 70 personas provenientes de
Africa, en busca de refugio. Suman un 75 por ciento más que
el año anterior. Muy pocos se quedan, el resto es repatriado.
Por Evelyn Arach
Un barco de origen africano, Centaurus, llegó ayer al complejo portuario de Timbúes con tres adolescentes nigerianos indocumentados, de 15 y 16 años. Ya suman siete los menores de ese continente que llegan como polizones a Rosario. De hecho, durante este 2008 arribó a la provincia un 75 por ciento más de inmigrantes africanos buscando un futuro mejor. Fueron unas 70 personas en total, pero apenas 10 pudieron quedarse, por ser menores de 18 años o mayores de edad perseguidos en su lugar de origen por razones religiosas, ideológicas o políticas. El resto fue repatriado, es decir, volvió en la misma nave que lo trajo. El titular de la delegación local de la Dirección Nacional de Migraciones, Daniel Zárate, esgrime que el incremento se debe a un mayor movimiento portuario. Pero desde el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) argumentan que el cierre de las fronteras en Europa fue clave para que busquen asilo en estas costas y vaticinan que la cifra irá en aumento.
Los inmigrantes provienen de Nigeria, Costa de Marfil y Nueva Guinea. La mayoría son jóvenes que viajan solos, tienen un pasado doloroso y un futuro incierto. "El viaje dura entre 18 y 20 días cuenta Zárate y por lo general a mitad de la travesía los polizones se dan a conocer a la tripulación. Suben escondidos al barco en busca de un futuro mejor pero no saben adonde se dirigen. Cuando atraviesan por la jurisdicción nacional de La Plata, Prefectura Naval lo informa y nos preparamos para recibirlos". Los navíos que arriban desde Africa están vacíos y vienen en busca de cereales.
En el último mes llegaron tres barcos con unos 13 africanos, incluidos dos chicos menores de edad oriundos de Nueva Guinea. Los dos adolescentes arribaron el 20 de diciembre pasado y están alojados en uno de los hogares Ho.pro.me del sacerdote Tomás Santidrián, ubicado en Cullen al 700. "Hablan francés y es difícil entenderles, no saben leer ni escribir, dicen que no pudieron ir a la escuela porque allá eran esclavos... Son chicos tranquilos que nos ayudan en el hogar", cuenta una de las voluntarias. Allí también viven John Opara de 13 años y John Friday de 15, oriundos de Nigeria. Ambos anclaron el 12 de noviembre en el Puerto de San Lorenzo. Unos de ellos perdió a sus padres en la guerra y a media lengua argumenta que escapó, simplemente, porque temía morir. Hoy la institución les dará la bienvenida a tres chicos provenientes de esa Nación, en lo que parece convertirse en un fenómeno. "Esto en diciembre de 2007 no pasaba, hay que estar atentos para entender por qué está sucediendo. Por lo pronto vamos a cuidar y proteger a los niños que lleguen", promete Monica Varetto, directora provincial de Niñez.
Por otra parte, Edmund Jac es el único menor que permanece en la ciudad en calidad de refugiado. Tiene 17 años y también es nigeriano, está alojado en un hogar evangélico ubicado en calle Iriondo al 1000. Según se pudo confirmar, un grupo armado que se alzaba contra el Gobierno intentó reclutarlo por la fuerza y él pudo escapar a duras penas. "Tiene dos balas alojadas en la espalda cuenta Julio Agnoli, representante legal de ACNUR por lo que está recibiendo asistencia médica. Hasta los 19 años percibirá el subsidio que le corresponde como refugiado y que otorga Naciones Unidas. En total, son diez los menores de 18 años en esas condiciones que dependen de la justicia rosarina.
El primer africano en llegar a Rosario fue un chiquito de 12 años que en 2004 causó verdadera conmoción. Fue adoptado por una familia y actualmente está integrado en la sociedad rosarina. Pero el resto de los inmigrantes no tuvieron el mismo destino. La mayoría de los niños han sido alojados en hogares transitorios mientras que muchos adultos viven en habitaciones rentadas y se ganan la vida en la venta ambulante. Algunos han podido formar su familia y establecerse. Otros cayeron en las redes del delito.
Según informó la dirección de migraciones, durante todo el 2007 ingresaron a Rosario unos 40 inmigrantes africanos indocumentados. Pero este año la cifra ascendió a 70 personas. La mayoría de ellas fueron conducidas a su lugar de destino. Los que quedaron intentarán forjar un futuro diferente lejos de casa y de un pasado difícil de olvidar.
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