Vie 09.01.2009
rosario

CIUDAD › MARIO SEGOVIA ELIGIó LOS MEDIOS PARA DEFENDER SU INOCENCIA

"Sólo soy el rey del trabajo"

El acusado de exportar más de 8 mil kilos de efedrina a México negó todos los cargos, afirmó que puede demostrar su enriquecimiento lícito y dijo que fue injustamente acusado por la "envidia de la sociedad". Declarará ante el juez.

Procesado por el juez federal Federico Faggionato Márquez como jefe de una banda que se dedicaba al tráfico de efedrina, el rosarino Mario Segovia rompió el silencio. Y eligió hacerlo en un medio local, Radio 2. Desde la cárcel de Ezeiza, donde se encuentra detenido desde hace más de 50 días, Segovia se defendió: "No soy el rey de la efedrina, como se dijo, soy el rey del trabajo". En esa línea, negó todo tipo de relación con el tráfico del precursor químico, así como los cargos que se le imputan y manifestó que puede justificar todos los bienes que posee. Segovia fue detenido el domingo 23 de noviembre, en Aeroparque, acusado de haber exportado más de 8.000 kilos de la sustancia que se utiliza para fabricar drogas. Por eso, el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, lo consideró el "mayor proveedor de efedrina hacia México".

Aunque Segovia no declaró ante la Justicia, ayer decidió hacerlo en los medios de comunicación, para dar su versión ante la opinión pública. Y adelantó que hablará ante el juez. "Se mancilló mi buen nombre y ahora tengo que empezar de vuelta. Lo que quiero es contar mi verdad, por respeto a mi familia. No soy ni narco ni terrorista, soy simplemente un laburante. Un laburante de toda la vida", se defendió Segovia. Y añadió: "Esto me sucedió por la envidia y la malicia de la gente. Vivir en una sociedad retrógada como la rosarina, sobre todo cuando uno es joven y se hace de muy abajo y progresa, genera estas cosas. Rosario es una ciudad que juzga a la gente por lo que tiene".

Segovia fue detenido en aeroparque, cuando estaba a punto de embarcar hacia Misiones junto con su primo, Sebastián. Al mismo tiempo, el juez había ordenado el allanamiento de la casa de Alvarez Condarco 972 bis, en Fisherton, donde además de dinero en efectivo, encontraron lingotes de oro, dos camionetas Hummer, un Rolls Royce, relojes Rólex y un pequeño arsenal. En el mismo marco, se hicieron otros 13 allanamientos, en Rosario y Villa Gobernador Gálvez. Uno de los procedimientos fue en Entre Ríos 1031, donde funcionaba una oficina desde la cual Segovia importaba la sustancia, aunque lo hacía con un nombre falso, el de Héctor Germán Benítez, detenido en Sierra Chica.

Pese a las evidencias, ayer Segovia minimizó algunas de sus posesiones y señaló que la casa donde vivía no era una mansión y que el Rolls Royce que le encontraron no le pertenecía. "Ese vehículo es de una persona que vive en Buenos Aires y me lo dieron para que lo venda", dijo y añadió: "Se me imputan una serie de cosas en las cuales soy inocente, se me violó el derecho a la inocencia (sic por la presunción de inocencia). Absolutamente todos mis bienes están declarados, puedo mostrar el origen lícito de todo lo que tengo".

Sin embargo, la única argumentación de Segovia fue que en 2003 obtuvo su carnet de aviador y gracias a ello pudo realizar actividades que le permitieron mejorar su situación económica. Pero su descripción sobre la forma de obtener los bienes resultó pueril. "Tiene que ver mucho con suerte y con posibilidades. El que quiere hacer dinero lo hace. Hay un mundo de posibilidades sobre todo en el exterior", dijo. Son muchos los puntos oscuros que dejó su defensa pública, ya que Segovia negó que se haya dedicado a exportar golosinas y bananas, como aparecía inscripto en la Afip. "Estaba montando una fábrica de discos ópticos en la planta de Alvear. Se trataba de una planta con tecnología de punta y una inversión inédita, iba a crear 100 puestos de trabajo de mano de obra calificada", relató.

Empeñado en mostrar una imagen de normalidad, Segovia también arguyó: "Soy un padre de familia, vivo para mi mujer y mis hijos. No tengo vida social, voy de mi casa al trabajo y del trabajo a mi casa. Lo único que quiero es un papel para mostrarle a mis hijos que diga que su padre es inocente y que todo esto responde a oscuros intereses".

Como parte de su ofensiva mediática, Segovia se comunicó después de la nota con la jueza federal Laura Inés Cosidoy, quien afirmó que se había limitado a escuchar lo que el detenido tenía para decirle.

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