CIUDAD › LAS MERETRICES RECLAMAN POR SUS DERECHOS A CUATRO AñOS DEL ASESINATO DE SANDRA CABRERA.
Sandra era la secretaria general de Ammar, el gremio de las meretrices en Rosario cuando fue asesinada. Su sucesora y amiga Claudia Lucero la recuerda y describe la situación actual de las trabajadoras sexuales en Rosario y la provincia.
› Por Alicia Simeoni
Las trabajadoras sexuales nucleadas en la Asociación de Mujeres Meretrices, filial Rosario; juntarán firmas durante todo el año para insistir en el esclarecimiento del asesinato de quien fue secretaria general de la organización, Sandra Cabrera, el 27 de enero de 2004. Las mismas irán también por la derogación de los artículos del Código de Faltas que penalizan la prostitución callejera y el travestismo, y que distintas voces calificaron como inconstitucionales y discriminatorios. Cabrera era una luchadora incansable por los derechos de las meretrices y cuando se cumplirán cinco años del crimen, la impunidad fue la única respuesta desde una investigación judicial que terminó con la libertad del principal imputado, el ex policía federal Diego Parvluckzyk. Una parte de esa investigación se atrevió, además, a descalificar testimonios de trabajadoras sexuales por su condición de personas 'errantes', recuerda a modo de denuncia la actual secretaria general del gremio, Claudia Lucero.
La derogación de los artículos del Código siguen siendo una deuda que todavía nadie se atrevió a saldar, a pesar de muchas promesas. "Teníamos gran expectativa en esta gestión de gobierno y en la renovación de la Legislatura pero hasta ahora nada se cumplió", dijo Lucero a Rosario/12. El martes, se recordará a "La Sanjua", como la llamaban porque había nacido en la provincia cuyana, y se proyectará, en el local de la CTA Rosario, San Lorenzo 1849, el documental "Si te callás te matan" en el que se la ve cuando habla de la persecución policial provincial y federal.
Claudia Lucero es comadre de Sandra. La relación establecida hace muchos años la enorgullece y cuenta que pocos días atrás llevó a Macarena, la hija de Cabrera, una de las nuevas remeras que tiene el rostro de la dirigente asesinada, y en la espalda anuncia la campaña de firmas. Como comadres se cuidaban los hijos mutuamente, sobre todo cuando alguna caía detenida, una situación más que frecuente en las épocas de la Dirección de Moralidad Pública. "En realidad nos llevaban por estar paradas en las esquinas y por ser caras conocidas", afirma Lucero al tiempo que recuerda que "ahora no nos detienen", esto es tras la disolución de la falsamente mojigata y corrupta Dirección de Moralidad Pública, pero también señala que los artículos 83, 87 y 93 del Código de Faltas de la provincia de Santa Fe continúan vigentes penalizando la prostitución callejera y el travestismo. "No está Moralidad pero sí las seccionales y la policía siempre inventa alguna causa, paran los autos en las esquinas, siguen a los clientes y les sacan plata. La represión, la persecución sigue igual". Desde el 27 de enero de 2004, cuando asesinaron a Sandra Cabrera, el entonces gobernador Jorge Obeid se comprometió con la derogación de los artículos, un hecho que nunca se concretó. Tampoco pasó los filtros de la Legislatura donde muchos proyectos perdieron estado parlamentario por falta de consenso.
Sandra Cabrera tenía una fuerza especial. Su amiga Claudia, sucesora en la responsabilidad gremial, exhibe un perfil muchísimo más bajo pero quien la conoció en los días del asesinato y se encuentra con ella ahora, asistirá al crecimiento y desarrollo como dirigente, ése que Cabrera no pudo tener. "A veces hablo con ella y le digo, 'gorda como me abrochaste', pero me hizo muy bien y aprendí que no sólo tenemos que luchar por nuestros derechos sino que hay mucha otra gente que sufre...Al principio cuando Sandra nos invitaba a las marchas yo me preguntaba '¿qué tengo que hacer aquí, con los trabajadores?".
La secretaria general de AMMAR nacional Elena Reinaga definió hace tiempo el objetivo del sindicato a largo plazo y la propia vocación política de la Central de Trabajadores de la Argentina que le dio impulso. "Este es un sindicato que nació para morir", dijo y explicó que ése será el día en que las trabajadoras sexuales puedan elegir qué hacer en sus vidas. "Que tengamos la oportunidad de decidir qué hacer", comenta Lucero quien luego del crimen de Cabrera formó pareja y dejó de trabajar como meretriz pero, como antes lo hacía Sandra, ella recorre las esquinas, habla con sus pares, reparte preservativos y cuando puede, se extiende en el cuidado integral de la salud y explica qué es y qué significa acercarse a AMMAR. "Ahora tengo dos familias que llevo adelante, la propia y la de la organización".
-¿Cómo es el trabajo gremial con las meretrices?. ¿Es fácil llegar a ellas?
-Nada fácil y el asesinato de Sandra dejó mucho miedo. Yo creo que ese miedo sigue existiendo. Nos cuesta mucho hacerlas participar y llevar adelante los talleres. Nos reconocen y tenemos llegada pero les cuesta mucho.
-¿Cuál es su mirada y percepción en cuanto al número de mujeres, adolescentes y niñas que trabajan sexualmente. ¿Creció o disminuyó en los últimos años?
-Yo creo que hay más y que cada vez comienzan siendo más chicas. Hay adolescentes, algunas están en las calles y de lo contrario en las casas de trabajo. Así ocurre con los avisos clasificados y yo me preguntó, ahora que se habla tanto de la trata de personas. ¿Nadie se da cuenta que eso es trata de personas?. Y que además le hacen publicidad. Puede haber casos de chicas que saquen los avisos, que sean mayores y tomen sus propias decisiones, pero creo que en la mayoría de los casos se trata de mujeres explotadas. En general son especies de agencias que les cobran por todo. Estamos seguras que son explotadas y que hay organizaciones que las regentean, aunque los dueños verdaderos nunca se ven.
-¿Cuál es en general el nivel de estudio al que llegaron las trabajadoras sexuales con las que están en las calles?
-La mayoría no terminó los estudios primarios y en algunos casos hay algunas que han hecho algo del secundario, las menos. De ahí lo que siempre dice Elena Reinaga. Que la sociedad nos brinde las oportunidades que nunca tuvimos. Por otra parte creo que el trabajo sexual terminará el día en que no haya tanto tabú respecto del sexo.
-¿Se refiere a la tradicional construcción en cuanto a que algunos hombres encuentran mayor placer si tienen que pagar para tener sexo?
-Sí, justamente eso de los prejuicios hace que haya clientes, si hubiese una buena educación sexual hombres y mujeres podrían mirar el sexo sin tantos problemas y sin pensar qué.
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