Martes, 26 de mayo de 2009 | Hoy
CIUDAD › ADA GUZóN CAMPORREDONDO CUENTA EL FORTALECIMIENTO MUNICIPAL EN CUBA
La funcionaria del Ministerio de Tecnología, Ciencia y Medioambiente diferenció la experiencia de desarrollo local de su país con el concepto neoliberal que promovía el Estado ausente. Por el contrario, acá el eje es autoabastecerse.
Por Sonia Tessa
A medida que Ada Guzón Camporredondo va contando las experiencias de desarrollo local de Cuba se entusiasma al relatar los mecanismos de participación popular en su país, que son desconocidos fronteras afuera. Allí, los presidentes comunales deben ser primero delegados de base, y recién ahí pueden ser elegidos para estar al frente del municipio. "Es la escala de relación más directa entre la gente y el gobierno", consideró la directora del Centro de Desarrollo Local y Comunitario del Ministerio de Tecnología, Ciencia y Medio Ambiente de Cuba. Al menos 20 municipios tienen sus propios planes de desarrollo local, que les permite diseñar una estrategia para conseguir sus objetivos. Uno de los principales es la soberanía alimentaria, y por eso en los últimos años, se repartieron 1,2 millón de hectáreas a nuevos productores, que asumen el compromiso de producir alimentos para el municipio.
Ada lleva años trabajando en estrategias de desarrollo local, que en su país se reelaboró. "El concepto fue muy promovido por el neoliberalismo con el criterio de un estado desentendido. El municipio tenía que intervenir en todas las áreas que quedaban desprotegidas", puntualizó la funcionaria cubana, quien subrayó: "Nosotros lo aplicamos con el criterio de articulación entre escalas, con el Estado como garante del desarrollo equilibrado en sus proporciones territoriales. Hasta ahora, el municipio tenía un rol más pasivo, ya que el Estado nacional planifica basado en un modelo de justicia social y equidad. Con este planteo de desarrollo local, se activa el municipio".
Los primeros pasos del desarrollo local nacieron con la crisis del bloque socialista, tras la caída del muro de Berlín, en 1989. "Entonces, Cuba quedó desprovista de sus mayores socios de intercambio comercial, y sufrió la crisis más importante de su historia. Al mismo tiempo se agudizó el bloqueo. La sociedad cubana se estremeció, y la escala que lo sintió de manera más dramática fue el municipio", indicó Guzón Camporredondo.
Claro que los municipios cubanos no deben enfrentar desafíos en términos de salud o educación. "El país tiene garantizado un grupo de derechos, esa es una de las fortalezas", afirmó la funcionaria. Cuando iniciaron el camino del desarrollo local, hicieron un diagnóstico que enumeró los puntos fuertes del modelo. "La institucionalidad de los municipios fue una de las fortalezas. La asamblea del poder popular funciona con delegados de base elegidos en el barrio. De allí salen las autoridades municipales, que se renuevan cada dos años y medio", explicó Guzón Camporredondo. Muy lejos de las visiones estereotipadas sobre el sistema político cubano, la funcionaria recordó también que cada 5 años se eligen los diputados municipales, y los delegados provinciales. Claro que no es un sistema representativo. Por el contrario, se basa en los delegados. "Eso no falla. Si la gente no lo quiere como delegado, no tiene forma de salir como presidente del municipio", subrayó. La funcionaria sabe que el entramado institucional cubano "no se conoce, pero es un sistema muy interesante, con un diseño perfecto". De hecho, los delegados afrontan periódicamente un proceso de rendición de cuentas, donde además reciben criterios y planteamientos, que deben ser respondidos. "El elector debe tener una respuesta sobre cuándo le van a solucionar la demanda. Y al mismo tiempo, esas críticas significan una fuente única de información sobre su gestión", indicó Guzón Camporredondo. Al mismo tiempo, la escala municipal también tiene la posibilidad de cuestionar el presupuesto. "No se puede modificar el monto porque es finito. En eso hay que ser muy claros. En un país bloqueado, lo que existe se distribuye por sectores. En septiembre, el país define el techo de los recursos con que el país puede enfrentar el año siguiente. La primera distribución es por sectores, y luego esas cifras van a las provincias, donde se hace todo un análisis que llega a los municipios, que pueden cuestionar asignaciones", describió el funcionamiento del sistema. La clave es la planificación. "Mientras tenga su desarrollo estratégico, puede cuestionar con mayores argumentos", indicó. Desde el punto de vista de la funcionaria, ese es el paso previo para llegar a una experiencia de presupuesto participativo.
Claro que el primer ítem para hablar de desarrollo es "atender a la producción en primer lugar", pero eso significa un "cambio en la mentalidad, estilos y métodos de trabajo".
Guzón Camporredondo no se olvida de una ventaja comparativa de su país, que es "la cultura de la participación", así como "el nivel de instrucción de la población. Los municipios están llenos de profesionales".
Para ella, la clave está en el diseño organizativo del municipio. "Cuando empieza a implementar planes locales, se crea un ambiente de innovación que es el caldo de cultivo para que todas las inteligencias se conecten. Salen niveles de solución increíbles", afirmó. Por ejemplo, un municipio, en sólo dos meses, con sólo organizar la producción y comercialización lechera, comenzó a autoabastecerse. Como el objetivo es lograr la soberanía alimentaria, ya que a través de su historia Cuba fue productora de alimentos para la exportación, el gobierno impulsa "un proceso de descentralización". Para eso, la clave es que el municipio haga "un programa de abastecimiento local. En este minuto, Cuba compra el 70 por ciento de los alimentos que consume, y ese porcentaje era mayor hace unos años". La funcionaria relató que el proceso comenzó con la redimensión de la economía azucarera y la optimización de tierras para la agricultura. Para eso, la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales, brazo técnico del ministerio de Agricultura, elaboró el "programa de autoabastecimiento municipal". Guzón Camporredondo estuvo a Rosario invitada por la profesora Ana María Trotini, de la Facultad de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Rosario y también de la UAI. Durante su visita a la ciudad también fue recibida por el gobernador Hermes Binner, al que calificó como "un amigo".
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