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Josefina Luzuriaga y Oscar "Chiche" Hernández del Partido de Trabajadores Socialistas (PTS), integrante del Frente de Izquierda y los Trabajadores, Anticapitalista y Socialista; Carlos Blanco, del Partido Obrero (PO); y Norma Gabrielli y Alejandro "Cacho" Parlante, del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), más allá de sus diferencias puntuales, coincidieron en destacar que el panorama social y político actual constituye una gran oportunidad para buscar la unidad de la izquierda. Como ejemplo, Blanco sostuvo que el acto realizado el 1º de Mayo en Mahle, que para Parlante fue "el más importante de los últimos 25 años", demuestra que se plantea "una posibilidad real de actuar en conjunto".

¿Cómo ven el panorama de la izquierda ante un nuevo acto electoral?

Blanco: Se le presenta posibilidades importantes. La crisis que acá se está desarrollando, una crisis de alcance general, que tiene fundamentalmente en la provincia de Santa Fe el epicentro porque se combina una crisis industrial muy profunda con la crisis agraria; y frente a la incapacidad que están demostrando los partidos y los candidatos patronales en dar una salida, conforman un cuadro donde se presentan en el medio del proceso electoral luchas muy fuertes de los trabajadores, como los casos de General Motors, Paraná Metal, Mahle; el caso de Cotar, de los aceiteros, donde la prédica de la izquierda, con programas que plantean una salida más de conjunto, da una posibilidad a los trabajadores para que consideren una salida diferente a las tradicionales.

Parlante: La crisis abre un espacio político para que la izquierda lo pueda capitalizar, para que nuestras propuestas puedan ser más escuchadas; sobre todo los sectores a los que hacía referencia Blanco, que salen a la lucha y ven que desde el arco político tradicional no se les da ninguna respuesta. Son conflictos encabezados por nuevas direcciones sindicales, nuevos cuerpos de delegados, nuevas comisiones internas, que el conjunto de los trabajadores de los sectores populares ven con mucha simpatía. Vimos que el acto del 1º de mayo en Mahle fue el más importante de los últimos 25 años.

Hernández: Frente a la crisis, donde arrecian los despidos, las suspensiones, los cierres de establecimientos, hay que entrar en la discusión con qué políticas los trabajadores no solamente nos defendemos de los ataques sino con qué políticas planteamos alternativas que nos permitan pensar cómo podemos salir de esta situación sin pagar el costo de la crisis.

¿Cómo se están dando las discusiones ante un escenario marcado por la gran crisis del capitalismo?

Blanco: Desde hace bastante tiempo venimos señalando en congresos y en materiales de trabajo teórico, donde planteábamos que se estaba dando una crisis de carácter histórico. Esta no es una crisis más, y que no tiene como dicen muchos, un alcance pasajero; no es cierto, esto tiene cuerda para rato. En ese sentido, a nosotros no nos toma desprevenidos, por eso hemos apostado nuestras consignas y planteos al desarrollo de esta crisis.

Luzuriaga: Nosotros también veníamos planteando claramente que el capitalismo venía acumulando contradicciones, intentando con distintas políticas patear la crisis para adelante, pero que eso iba a generar una crisis de mayor magnitud. La crisis económica mundial demuestra que ese discurso neoliberal está liquidado; por eso es necesaria una salida propia de los trabajadores y el pueblo.

Parlante: La crisis tampoco nos sorprendió, pero también creemos que esto abre nuevas perspectivas y desafíos, porque se da una etapa donde vemos un imperialismo débil, política y militarmente; y vemos a un movimiento obrero que responde y sale a luchar. Está abierta esa pelea para ver quién paga esa crisis, pero a nosotros nos queda claro que el mundo será distinto, y por eso la importancia de apoyar las luchas en la región y de construir alternativas políticas para que esta crisis tenga una salida favorable para los sectores populares.

¿De esta crisis puede avizorarse la unidad de la izquierda para la construcción de un proyecto común?

Blanco: Acá hay que diferenciar la cuestión electoral, que es un episodio en el medio de esta crisis, y el problema del desarrollo real que está teniendo la crisis y la lucha de clases. Hay algunos hechos que están demostrando que se plantea una tendencia y una posibilidad real de actuar en conjunto. El 1º de Mayo, en Mahle, fue una movilización multitudinaria de las organizaciones de izquierda, los sindicatos y comisiones internas combativas, defendiendo la ocupación de una fábrica. Quiere decir que efectivamente hay un terreno común para intervenir, y por eso planteamos desde el PO la necesidad de construir una coalición anticapitalista.

Luzuriaga: Frente a la magnitud de la crisis hace falta algo más que la unidad de la izquierda. Desde el PTS venimos planteando la necesidad de construir e impulsar un gran partido de la clase trabajadora. De todas maneras; creemos, y en esto disiento con Blanco, que esto también deberíamos haberlo aprovechado para plantearlo en el terreno electoral. Nosotros integramos un frente de izquierda en diferentes provincias, y le planteamos al PO la necesidad de formar un frente común, y lamentamos que no lo pudimos concretar por ellos. Pero sí hay otra discusión, ya que a veces no se puede concretar la unidad de la izquierda por posiciones muy claras; en este caso, con los compañeros del MST o del PCR, que van en las marchas con la Sociedad Rural, defendiendo el lockout agrario, no podemos tener unidad en ese punto.

Parlante: En un punto compartimos que la unidad que se expresa en las luchas no tenga un correlato en lo político y también en lo electoral. Cuando hablamos de una nueva izquierda, creemos que hace falta mucho más que la unidad de las organizaciones, y que tenemos que sacar conclusiones de las cosas que hicimos mal, priorizando las coincidencias sobre las diferencias. Indudablemente tuvimos posiciones distintas en el conflicto agrario, y de paso lo aclaro; porque partimos de una caracterización distinta. No fue el conflicto de los terratenientes, sino que hablamos de un conflicto de los pequeños productores que desbordaron a sus direcciones. Por eso resolvimos intervenir al lado de los pequeños productores.

Ante un momento político histórico, con gobiernos en América Latina encabezados por dirigentes populares, ¿son conscientes de lo que puede significar la unidad de la izquierda?

Blanco: Somos conscientes y actuamos sobre eso con un planteo de conjunto. Pero coincido en el que el reagrupamiento debería ser más grande que la propia izquierda. Nosotros hemos tratado de dar toda la batalla para presentar listas para las elecciones provinciales en todo el cordón industrial, y en esas listas no son todos militantes del PO. Hemos tenido esa política, que es más amplia de lo que puede ser un Frente de izquierda. Nuestra propuesta es la de armar una coalición anticapitalista. Sin tener un programa completo, tenemos un conjunto de cuestiones para enfrentar la crisis, donde intervienen sectores que no vienen de la izquierda.

Luzuriaga: Insisto con la idea de plantear la necesidad de crear un gran partido de la clase trabajadora. Apoyándonos en la fuerza de millones de trabajadores puede pensarse una alternativa distinta a la crisis capitalista. Los sindicatos tienen hoy una actuación muy activa en la vida política nacional. Hay que pelear una corriente dentro de los sindicatos y de las organizaciones sociales, porque en el debate de base se puede discutir cómo esas fuerzas intervienen en el terreno de la política.

Gabrielli: Hay que poner la fuerza en que haya muchos partidos de izquierda. Coincido a que vayamos construyendo una propuesta para este sistema decadente, pero no me preocupa que todavía no la tengamos. Ojalá que el voto se diversique mucho para poder pensar en una discusión pluralista en el ámbito del Estado, y esta es una posibilidad de que haya más participación. No hay por qué votar a los partidos mayoritarios para tener estabilidad democrática.

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Polarización y después

La polarización del electorado santafesino entre el socialismo y el justicialismo, y la incertidumbre del día después, ante un escenario futuro signado por conflictos laborales en el marco de una economía en recesión, no quedaron al margen del análisis efectuados por los candidatos de la izquierda. "El 28 de junio vamos a la consumación de una nueva estafa para el pueblo trabajador y los sectores populares, que son los que vienen sufriendo los ataques sistemáticos de las políticas aplicadas durante los 24 años de justicialismo, y este tiempo del socialismo", sostuvo Hernández, para quien la izquierda debe estar al lado de los trabajadores en conflicto, "en el comienzo de un proceso de resistencia más profundo". "Debemos a apostar que esos conflictos, con los trabajadores organizados y preparados para la pelea, se desarrollen, triunfen, se extiendan para que no sean llevados a derrota por las direcciones burocráticas", precisó Hernández.

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Buscando una figura nacional

Analizando el panorama de América Latina, con la presidencias de Lula, Evo Morales, Rafael Correa y Hugo Chávez; la consulta sobre la posibilidad que emerja en el país una figura que pueda captar una importante cantidad de votos, generó el último debate entre los candidatos de la izquierda local. Según Blanco, "por encuestas que tenemos, que no son nuestras, el caso de Néstor Pitrola aparece con una posibilidad importante de votación, por lo menos en determinados sectores de la provincia de Buenos Aires, le daban un porcentaje bastante alto. Para nosotros sería un dato, después hay que ver cómo concluye todo". Parlante, luego de expresar entre risas que "seguramente Vilma Ripoll mide más que Pitrola", entiende que lo que "reflejan los candidatos es importante, pero lo que define la posibilidad es la construcción que hay por detrás, y que garanticen que un programa se lleve a cabo y no por proyectos personales".