Jueves, 29 de abril de 2010 | Hoy
CIUDAD › OPERATIVO DE LA POLICíA FEDERAL Y TROPAS DE OPERACIONES ESPECIALES
Se incautaron 500 dosis de paco, tres kilos de cocaína compactada y 500 envoltorios de la misma droga. Por el hecho detuvieron a cuatro personas, una de ellas menor de edad.
Por Claudio Socolsky
En un operativo realizado ayer en Empalme Graneros, por orden del Juzgado Federal N 3, la Policía Federal secuestró por primera vez en Rosario 500 dosis de paco. En los allanamientos efectuados en dos viviendas ubicadas en La República S/N y en Cullen y Campbell, incautaron además tres kilos de cocaína compactada y 500 envoltorios de la misma droga. Por el hecho detuvieron a cuatro personas, una de ellas menor de edad, que tenían en su poder 500 pesos en efectivo, en su mayoría billetes de dos y cinco pesos, cifra por la cual las autoridades policiales estiman que se comercializaba cada dosis de paco. "Para nosotros no es ninguna novedad, sabemos hace tiempo que está instalado en la ciudad", dijo a Rosario/12, Mabel Ríos, de Madres en Lucha contra el Paco, quien recordó que en 2005 denunciaron la existencia de la droga en la ciudad, cuando descubrieron la primera cocina casualmente en la misma zona donde ayer se realizó el espectacular procedimiento.
Ayer, a las 8 de la mañana, efectivos de la división Drogas de la Policía Federal junto a personal de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) allanaron las viviendas y secuestraron por primera vez la mayor cantidad de dosis de paco en Rosario. El subcomisario Claudio Di Nucci informó que están investigando el origen de la droga.
En una de las viviendas, los efectivos se sorprendieron al encontrar una puerta electrificada. En el lugar también se estaba construyendo una especie de búnker hermético. Como consecuencia de los allanamientos detuvieron a Luis Igar, de 44 años; Daniel Aquino, de 33; Ezequiel Rodríguez de 19; y a J.C., un menor de 16 años, mientras que otra persona logró escapar. Fuentes de la investigación indicaron a este diario que las personas detenidas no serían los cabecillas del negocio, si no los repartidores de la denominada droga de los pobres.
Para la referente de Madres en Lucha contra el Paco en la ciudad, el secuestro de paco es "altamente positivo para todos los que estamos peleando por la vida de nuestros chicos; tenemos que pararlo entre todos, con algunas actividades preventivas porque la lucha está planteada". Ríos dijo que hace cuatro años habían descubierto la primera cocina y hablaron de la existencia de la droga en la ciudad. "A pesar que tanto las autoridades provinciales como municipales nos dijeron que estábamos locas, esa cocina fue desarticulada en febrero del 2008", recordó la mujer que es docente y trabaja en los barrios más carenciados.
"En este caso hay paco y no hay cocina, es la nueva modalidad de extensión de esta red de comercio. Primero les dan el paco, y como es terriblemente adictivo, luego tienen que instalar una cocina para poder cubrir la demanda, y así se convierten en empleados del dealer para el cual están vendiendo", explicó Ríos, que además consideró que al ver el lugar donde se secuestraron las dosis, una especie de búnker totalmente cerrado, se preguntó si "realmente no estaban preparando instalar una cocina".
Un párrafo aparte le merece a la integrante de Madres en lucha contra el paco la actitud que tomaron algunos vecinos de Empalme Graneros que se pusieron en contra de los operativos, al señalar que "en esos espacios también se da una fragmentación social, de los que están del lado de los que comercializan, que están protegidos, que los ayudan".
El psicólogo Horacio Tabares de la ONG Vínculo, que también se ocupa de esta problemática, indicó que vienen denunciando desde hace un tiempo la existencia de paco en las redes relacionales barriales del conurbano rosarino, "si bien no en la proporción y dimensión que tienen en el conurbano bonaerense, pero existe y no es desatinado pensar que en pocos años vamos a alcanzar ese nivel. Si no se toman medidas, si no se generan dispositivos clínicos y de seguridad, vamos a un proceso de favelización".
Tabares dijo que han caracterizado a la actual situación como "pandemia social de consumo de sustancias, y llegamos a la conclusión de que estamos ante una nueva fase que se caracteriza por algunos de estos indicadores: aparición de cocinas de paco, generación de una nueva figura conocida en Colombia como el sicariato, soldaditos de adolescentes y jóvenes asesinos al servicio del dealer".
Para el presidente de la ONG Vínculo, la aparición de cocinas de paco en una comunidad "corrompe el tejido social porque no se puede realizar sin la complicidad explícita o implícita de fuerzas de seguridad, del sistema jurídico y político. Además es corrosivo, porque compromete a los vecinos de la zona en la medida en que muchas familias que están apretadas por una situación de indigencia, ingresan en la comercialización y en apoyo como forma de estrategia de vida".
Según Tabares, "lo peor que podemos hacer en estas circunstancias es banalizar esta situación. Esto no tendría que pasar desapercibido a los poderes políticos, tanto nacional, provincial como municipal. Y en este sentido existe un dato elocuente: el presupuesto destinado por la Municipalidad para el problema de la droga dependencia es de 130 mil pesos anuales, esto no se corresponde con la gravedad del problema. Por eso planteamos, de manera urgente, la formación de recursos humanos especializados para la prevención y también para la clínica, habida cuenta que el consumo de paco provoca un deterioro muy rápido de las condiciones de vida para los jóvenes que la consumen".
El sacerdote de barrio Ludueña, Edgardo Montaldo, destacó la importancia de los movimientos de madres que luchan contra el paco: "Creo que el pueblo está trabajando tremendamente y sin embargo conseguimos tan pocas respuestas y seguimos perdiendo pibes por esta epidemia".
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.