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"Mis hijos van a salir en libertad porque son perejiles". Con esta frase Roberto Santoro, el padre de los tres hermanos detenidos acusados de ser los supuestos autores de tres crímenes de ancianos en barrio Parque sostuvo ayer mediodía que sus hijos son inocentes. En la puerta del comercio en el que trabajaban los jóvenes detenidos, y que según el juez de instrucción Juan Donnola lo usaban para seleccionar sus víctimas, se vivió un tenso cruce entre Santoro, y Leda Giménez, la hija de una de las ancianas asesinadas: "Tus hijos mataron a mi mamá", "son monstruos" que "trajeron la desgracia al barrio y me voy a encargar de que te vayas".

Con lágrimas en los ojos, el titular de una conocida verdulería ubicada en Francia y Riobamba, dijo que "la justicia va a demostrar que son inocentes, porque ellos son sanos, son perejiles". "Sé que van a salir en libertad. Los objetos encontrados capaz se los puso alguien, no sé", comentó el padre, herido por la movida en el barrio que busca que deje la zona.

Frente a las cámaras de Canal 5 confesó que "si hubiese sabido (de lo que los acusan) soy el primero (en entregarlos)" manifestó el padre de los jóvenes, de 33, 25 y 22 años, respectivamente. Con más de treinta años de actividad en el barrio, el verdulero dijo que "la gente sabe lo que soy, me está apoyando, mis hijos van a salir en libertad porque yo sé que son inocentes".

Los jóvenes se encuentran detenidos, implicados en los homicidios de Susana García de Giménez, ocurrido hace once días en Riobamba 3036; el de Olga Osello, degollada el miércoles último en Viamonte al 1500 y el de José Ramón Savini, apuñalado en su casa de Zavalla el 13 de mayo.

Mientras el hombre exteriorizaba toda su tristeza y su congoja ante las cámaras de TV, apareció en escena Leda Giménez, hija de Susana García de Giménez, asesinada hace unos días en su vivienda de Riobamba 3036. La mujer se dirigió con dolor hacia Santoro: "¿A quién criaste Roberto? Te tenés que ir del barrio, tus hijos mataron a mi mamá".

Allí comenzó un desgarrador diálogo entre dos personas: una que sufrió la muerte de una madre y la otra que soportaba ver cómo tres de sus cuatro hijos son indicados como integrantes de una banda de asesinos seriales.

"Del año 40 hace que estamos en el barrio. Mi mamá y mi abuela venían todos los días a comprar a esta verdulería", contó la mujer, quien además informó que en la comisaría de la zona reconoció objetos como perfumes, cremas y un teléfono celular que eran propiedad de su madre.

Lo cierto es que de los tres hermanos detenidos, el menor Federico, no habría tenido participación ni conocimiento de los asesinatos. En cambio, sus hermanos mayores estarían seriamente involucrados ya que se les encontró todo tipo de elementos que pertenecían a sus víctimas. Además, el juez de la causa tiene en su poder escuchas telefónicas que comprometen seriamente la situación de los sospechosos.