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"Negligencia o intencionalidad", catalogó ayer el intendente Miguel Lifschitz al caso de los falsos sueros del Laboratorio de Especialidades Medicinales (LEM), suministrado a tres pacientes del Hospital Roque Sáenz Peña. Además apuntó a que dos de los profesionales habrían sido separados del cargo. "La investigación continúa y un empleado fue desplazado de sus funciones al igual que el supervisor técnico del área", dijo. Más tarde, el secretario de Gobierno, Fernando Asegurado, indicó que "hay dos personas que están más complicadas", y que "se va a analizar la posibilidad de correrlos del cargo mientras se investiga, pero esto no está confirmado. Pudo ser un malentendido". El secretario de Salud Lelio Mangiaterra, indicó que ayer se entregó el informe de la investigación del LEM ante la Justicia y que a partir de ahora se sabrá qué medidas tomar, pero "hasta ahora no se determinaron los culpables". El funcionario negó que el reclamo de los empleados del laboratorio a la Comisión de Salud del Concejo haya tenido vinculación con lo acontecido. Asegurado aclaró que con los dichos de Lifschitz "hubo un malentendido". Aunque admitió que "hay dos personas que son las que producen dentro del laboratorio, que están más complicadas, y lo que iba a hacer el LEM era iniciar un proceso como de corrimiento del lugar de trabajo hasta que avance la investigación".

Todo indica que la hipótesis que cobra más fuerza es que haya sido un hecho intencional o de sabotaje, luego que anteayer se supiera que el laboratorio municipal firmaría, en pocos días, un convenio con el Ministerio de Salud provincial, para vender suero a todos los efectores públicos de la provincia de Santa Fe, a un precio inferior -en un 50 por ciento a del mercado privado. De todos modos, las autoridades continúan tocando el tema con cautela, y presentaron los informes de la investigación -tanto del LEM como de la Dirección municipal de Investigación Administrativa , en manos del juez de Instrucción Luis María Caterina para que las averiguaciones se realicen desde el ámbito judicial y que sea el magistrado del caso quien determine qué ocurrió con el lote 1407. Se trata de la sexta y última partida de la producción del turno mañana, que se fabricó el 18 de octubre pasado, al que le faltaron las sales que componen el suero fisiológico.

Mangiaterra remarcó que el hecho de "que trabajen entre seis y siete empleados por turno, no significa que sean sospechosos. No hacemos presunciones hasta que el juez vea qué se firmó, quién lo hizo, y de qué manera", durante el proceso de producción y control de calidad.

Por otro lado, el concejal justicialista Diego Giuliano, denunció ayer que el equipamiento del LEM está "obsoleto", y que eso pudo ser una dificultad para el control de la partida que fue al hospital Roque Sáenz Peña, donde tres pacientes fueron afectadas. El argumento de Giuliano es que "hace dos meses", los empleados del LEM se presentaron ante la Comisión de Salud para plantear que "no contaban con los elementos suficientes para hacer los controles de calidad que se debían hacer".

Mangiaterra negó que haya algún tipo de impedimento para el normal funcionamiento del laboratorio. "Los empleados de LEM me habían dicho que iban a ir a la Comisión de Salud del Concejo, pero lo que ellos querían tratar era un tema gremial, que no tiene nada que ver con lo que pasó con los sueros. Son cuestiones que se pueden discutir, pero no tiene que ver con un hecho doloso. No se necesita ninguna aparatología innovadora para ponerle sal al agua destilada. No faltaron aparatos ni nada que pueda incidir en el problema de los sueros", aseguró.