La política de Derechos Humanos de la Argentina "está siendo un ejemplo". Lo afirmó el magistrado Baltasar Garzón. En una efímera visita a Rosario, el español participó de un seminario conferencia sobre la Corte Penal Internacional en una actividad organizada por el postgrado de Derecho Penal y la Cátedra de Derecho Constitucional 2 A de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Antes de su ponencia, Garzón recibió de parte del gobernador, Hermes Binner, la condecoración de Huésped de Honor. El decano del claustro educativo, Ricardo Silberstein, le trasladó la decisión del Consejo Directivo de la Facultad de adherir a "su compromiso por la defensa de los Derechos Humanos". Rosario también "es un ejemplo", aseguró y desarrolló: "En particular, por haber sido el lugar donde se dictó la primera sentencia con la contundencia que fue impuesta para demostrar que justicia, verdad, memoria, democracia y libertad se pueden conjugar juntos y que es la única forma de garantizar la seguridad de todos los ciudadanos".

Diez minutos después de las 10 de la mañana, el sonido de las sirenas policiales acabó con la calma de esa zona céntrica. El móvil policial Chevrolet Corsa 2943 se encargó de abrir el paso para la llegada de la camioneta que trasladaba al suspendido juez de la Audiencia Nacional española y a una comitiva de casi diez integrantes. En el primer piso del edificio, en una oficina que da a calle Santa Fe, lo aguardaban Binner, Silberstein, el diputado nacional por el Frente para la Victoria, Agustín Rossi, el juez de la Corte Suprema de la Provincia, Daniel Erbetta y la jueza que integró el tribunal de la causa Guerrieri, Beatriz Caballero de Baravani, entre otras autoridades.

Garzón pidió disculpas por el retraso de su llegada. "Había mucho tráfico y nos topamos con dos accidentes", alegó. Luego, Binner lo destacó como Huésped de Honor durante las horas que permaneció en la ciudad. La distinción obedeció a su "lucha constante contra el terrorismo organizado" y por ser "consecuente en la idea de defender los Derechos Humanos". El gobernador le regaló el libro "Hacia allá y para acá", escrito por el jesuita Florián Paucke, acerca de la vida de los aborígenes dentro y fuera de las reducciones jesuíticas. Silberstein le entregó la adhesión del Consejo Directivo de la Facultad que comanda, órgano que se mostró "hondamente preocupado de que se lo juzgue".

Después de las condecoraciones, Garzón agradeció el premio nacional de Derechos Humanos Azucena Villaflor, en honor a una de las fundadoras de la organización Madres de Plaza de Mayo que fue secuestrada y asesinada durante la última dictadura militar, que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner le entregó el viernes. "Fue un momento muy intenso, estar con las víctimas, con Madres, Abuelas, Familiares y con personas que valoran la lucha por los Derechos Humanos en lo que merece", rememoró el actual fiscal adjunto de la corte penal internacional.

En diálogo con la prensa, celebró los juicios por crímenes de lesa humanidad que se realizan en Rosario. "Los juicios deben de continuar, las personas que han cometido hechos atroces, crímenes contra los ciudadanos en forma masiva, deben responder ante la justicia con todas las garantías", entendió.