María Belén, de 21 años, murió después de haber deambulado más de cinco horas arriba de una ambulancia, durante la madrugada del domingo pasado, por no encontrar lugar de internación en efectores públicos ni privados. La chica había consumido psicofármacos para provocarse la muerte, y su madre, "desesperada", llamó al servicio de emergencias que intentaba salvarle la vida yendo de sanatorios a hospitales en busca de una cama, que le negaron una y otra vez, aún teniendo cobertura social. "Uno de los sanatorios nos dijo que no atendían a suicidas", se quejó Gloria, que hoy se reunirá con un abogado para iniciar una demanda por abandono de persona. Su hija falleció en la sala de terapia del Hospital Provincial, donde llegó "sin signos vitales", después de haber hecho dos paros cardiorrespiratorios. "Es tremendamente desesperante ver que tu hija se muere sin asistencia médica. Estoy destruida", dijo la mujer. Por su parte, el secretario de Salud Pública municipal, Lelio Mangiaterra, lamentó que la "dificultad" en que los efectores privados atiendan un caso de salud mental.

El tema despertó preocupación. Mangiaterra aseguró que la paciente "llegó al Hospital de Emergencias (Heca), donde tampoco había cama, después de tres o cuatro horas de andar circulando en una ambulancia de servicio privado por otros efectores privados, porque tenía obra social". Para los privados es "como si esos pacientes fueran habitantes de Marte", ironizó el funcionario, y remarcó que "ya no era una paciente psiquiátrica, porque lo que necesitaba era asistencia respiratoria". Además, destacó la importancia de "cumplir con la ley recientemente sancionada de salud mental que, con algunos problemas, ya se está implementando en el sector público".

Gloria aseguró que el argumento en los efectores privados donde intentaron internar a María Belén fue que se trataba de un caso de salud mental. Cuando apareció una cama en el Hospital Provincial, a las 6 de la madrugada, ya era demasiado tarde.

No era la primera vez que la joven intentaba quitarse la vida. Gloria reconoció, en diálogo con Rosario/12 que "ya lo había hecho hace un par de meses atrás, pero la atendieron, le hicieron un lavaje de estómago y se salvó", dijo. En esta oportunidad, no fue posible. La mujer relató que su hija "estaba en tratamiento psicológico" y que el sábado por la noche consumió una "importante cantidad de psicotrópicos", que horas después le provocaron la muerte.

El representante del sistema Emerger, Alberto Dadidovich, hizo la crónica del recorrido. "Después de insistir en dos sanatorios, con ayuda de la gente del Hospital Carrasco, la chica bajó en el San Roque donde le pusieron una sonda gástrica, pero no había lugar para dejarla, así que la llevamos hasta el Provincial donde también estaban todas las camas ocupadas. De ahí fuimos al Centenario y tampoco había lugar. En el Heca pasó lo mismo. Ante ese problema, a través de una operativa entre Emerger y el Sies se consiguió que la atendieran en el Carrasco. Allí la intubaron, porque estaba necesitando asistencia respiratoria. Luego el Sies la derivó al Heca".

El médico consideró que "si hubiera tenido un respirador, en una sala de terapia, se habría mejorado o establecido, porque el consumo en esas cantidades la deprimen con el correr del tiempo y necesita asistencia respiratoria".

Gloria relató que "supuestamente estaban colapsados todos los servicios. Recién a las 6 de la mañana, cuando mi hija ya estaba en coma irreversible, la atendieron" en el Hospital Provincial, donde llegó sin signos vitales. "A pesar de la gravedad de mi hija, desde el Carrasco decidieron trasladarla al Provincial, donde horas antes le habían negado la atención, y mágicamente apareció una cama", se quejó Gloria.