A todo bombo y bombas, con la marcha peronista cantada por Hugo del Carril atronando avenida Pellegrini, anoche abrió El Justicialista, un restó bar montado como para ser una unidad básica gastronómica. La inauguración, lejos de ser la de un boliche más, fue un acto partidario protagonizado por dirigentes que anoche dieron su apoyo al emprendimiento con discursos que combinaron arenga política y promoción del negocio inaugurado.

Todo ocurrió sobre el escenario montado en la vereda, y ante un gentío con carteles sindicales que copó la avenida, entre Italia y España.

Fue el titular del Sindicato de Dragado y Balizamiento, y miembro de la cúpula de la CGT, Juan Carlos Schmid, quien llamó "a llenar este lugar de contenido político". A su lado estaban los gestores del bar temático: Enrique González, Sabina Barrios, el titular del Sindicato de Recolección y Barrido, Marcelo Andrada, y otros dirigentes que apadrinaron la ocasión como el diputado nacional Gustavo Marconato, la senadora Roxana Latorre, el concejal Diego Giuliano, la dirigente del sindicato Norte del Pami, Claudia Indiviglia, y el secretario general de la CGT Rosario, Rubén López, quien convocó a que "todos los compañeros apoyen la iniciativa de estos militantes".

Pero González y Barrios aclararon que "la casa no se reserva derecho de admisión". Y la señal es una gigantografía del abrazo de Perón y Balbín que domina el recibidor del local.

Además del escudo del PJ situado en la fachada, los bustos del General y de Evita custodian el ingreso, entre imágenes caras a la iconografía justicialista como el retorno del '73 en Ezeiza y diarios de época sobre los gobiernos del líder histórico. Nada evoca el período menemista. La decoración salta en la historia hasta una foto enorme de Néstor Kirchner y Cristina abrazados. No obstante, anoche faltaron referentes del sector de Agustín Rossi. "Para un compañero no hay nada mejor que otro compañero", parafraseó Marconatto, para postular el reducto como un espacio de unidad partidaria.

Barrios y González, como caras visibles del negocio, contaron que se conocieron militando en la última campaña de Rafael Bielsa como precandidato a gobernador. "Vimos la necesidad de encontrar un lugar para que los compañeros se puedan reunir y debatir, saliendo del formato de la básica, con algo más novedoso, y lo hacemos acá, en Rosario, que fue cuna de la rebelión y que sigue siendo la capital del peronismo", dijeron.

González aseguró que el viernes 16 recibirán al ministro de Economía, Amado Boudou; y que el 30 vendrá el líder de la CGT, Hugo Moyano.

En el salón del fondo, donde anoche se proyectaba un documental sobre la resistencia del movimiento obrero, piensan organizar conferencias sobre política, literatura y filosofía. Todo abonado por una carta de comidas sencillas y tradicionales: ojo de bife a caballo, guiso de lentejas, cazuela de mondongo, puchero de campo, entre otros platos. Y los postres también: queso y dulce, peras al borgoña y el inefable panqueque con dulce de leche denominado "No positivo".

La idea, explicó Barrios, es evocar la cocina popular de los años en los que se gestó el movimiento justicialista. La referencia temática estará reflejada en el nombre de las picadas: "Juan Domingo", "del Sindicalista", "de la Resistencia".

La ocasión sirvió al sector convocado ayer para ratificar su identificación con el gobierno y aventar otras lecturas. Schmid llamó a "no dejarse confundir cuando la oposición y los grandes medios de prensa hablan de la distancia de la CGT con el gobierno". "Fue Hugo Moyano quien dijo que después de Perón, el que más le dio a los trabajadores fue Néstor Kirchner. Cuando Magnetto, Biolcati y la Bolsa festejan, nosotros debemos ponernos de pie. Hemos regresado para hacernos cargo del futuro. Esta vez no podrán robarnos la alegría", concluyó.