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Sábado, 10 de diciembre de 2011

CIUDAD › LA NACIóN APORTARíA 8 MILLONES DE PESOS, Y LA UNR 4,5 MILLONES MáS

Un laboratorio made in Rosario

La idea es conseguir apoyo económico estatal para establecer un plataforma de diseño de fármacos en fase pre clínica que sirvan para tratar enfermedades como la de Alzheimer, Huntington y el Mal de Parkinson, entre otros.

 Por Luis Bastús

Un grupo de investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular (IBR) presentó un proyecto ante el gobierno nacional y la Universidad Nacional de Rosario para instalar en el predio científico y tecnológico de La Siberia una plataforma para diseñar medicamentos contra enfermedades neurodegenerativas. Si esta iniciativa se impone, los científicos rosarinos conseguirán apoyo financiero por más de 12 millones de pesos provenientes de la UNR y del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. En Latinoamérica no existe un centro como el que ha sido propuesto, mucho menos con financiación estatal.

El jefe del laboratorio de neurobiología estructural del IBR, Claudio Fernández, reveló a Rosario/12 que la idea es conseguir apoyo económico para establecer en el Polo Científico y Tecnológico, junto al predio del Conicet de Ocampo y Esmeralda, un laboratorio de diseño racional de fármacos en fase pre clínica que sirvan para tratar enfermedades como la de Alzheimer, Huntington y el Mal de Parkinson, entre otras. Esa etapa implica la fase previa a la prueba en seres humanos. "Diseñar un fármaco en este estadío implica un desarrollo que puede insumir entre cinco y ocho años hasta llegar a un producto de consumo humano. Lo valioso es que hoy no existe un lugar así en Latinoamérica. Hasta ahora, la industria farmacéutica local debe buscar estos desarrollos en el exterior", señaló Fernández, quien dirige en el IBR un grupo de siete becarios del Conicet que se abocaron en los últimos dos años a planificar esta plataforma de diseños farmacológicos.

Este bioquímico y farmacéutico doctorado, de 44 años, era jefe de grupo en el prestigioso instituto Max Planck, de Alemania, cuando aceptó regresar al país para ponerse a trabajar en el laboratorio de resonancia magnética nuclear (RMN) que el Conicet inauguró en 2006. Fue desde allí que en 2009 descubrió cómo se produce el Mal de Parkinson, lo cual abrió todo un horizonte en el tratamiento de esa enfermedad. El 20 de setiembre emocionó a la presidenta Cristina Fernández, durante la inauguración del edificio del IBR, al regalarle la foto de sus hijos Iván e Irina, como síntesis de lo que para él significa haber podido regresar a su país.

Tres semanas más tarde, consiguió que la Universidad de Goettingen y la UNR firmaran un convenio para promover investigación conjunta entre ambas sobre enfermedades neurodegenerativas. Ese acuerdo bilateral fue el primer paso hacia la posibilidad de que se cree en Rosario esta plataforma de diseños farmacológicos postulado por Fernández y su equipo.

"Si nos aprueban el proyecto, el Ministerio aportará 8 millones de pesos, y la UNR ya anticipó su disposición a financiar la idea con 4,5 millones más. Con eso podríamos arrancar, y si prospera se supone que esto se autofinanciará, y será como contar con una especia de Instituto Max Planck en Rosario", se entusiasmó Fernández. De todos modos, sabe que tendrá que esperar seis meses hasta conocer el veredicto del jurado del concurso. "Es un concurso abierto en el que competimos con otras iniciativas, pero tengo la convicción de que nuestro trabajo es impecable, el grupo es el mejor. Tengo mucha confianza en conseguir ese apoyo", dijo Fernández. Y recalcó su satisfacción por el hecho de que "el Estado destine recursos a fomentar la I+D, ya que la inversión privada en este campo no existe".

Para el groupleader del laboratorio, su emprendimiento "articula lo público con lo privado, para prestarle servicios al desarrollo de la industria farmacéutica local". Luego, imaginó, deberá activarse un círculo virtuoso que estimule la participación de los laboratorios privados en la generación de conocimiento. Mientras tanto, el mentor de la iniciativa objeta la actitud del sector privado. "Hasta ahora, muchos laboratorios farmacéuticos están demasiado ocupados produciendo medicamentos genéricos, ganando cifras impresionantes, casi sin invertir en investigación y desarrollo. Sólo algunos encontré serios y dispuestos a invertir, pero no son la mayoría. Nuevamente es el Estado argentino el que apuesta e invierte. La sociedad, con sus impuestos, podrá hacer posible este emprendimiento, si es que ganamos el concurso".

El plan concebido por los científicos rosarinos contempla la repatriación de otros tres grupos de investigación argentinos que hoy hacen carrera en el exterior. Uno se especializa en RMN, otro en microscopía multiparamétrica, y el tercero en bioensayos celulares.

Fernández contó que su proyecto apunta a desarrollar medicamentos contra enfermedades neurodegenerativas, pero adelantó que en el futuro la intención es avanzar sobre otras enfermedades como el cáncer y la diabetes.

"Esta nueva política en ciencia y tecnología -avaló Fernández- atrae la vuelta al país de grupos científicos como el nuestro, y eso hace posible que estas iniciativas ahora sean viables en nuestra patria. Antes hacíamos lo mismo, pero para otros países, en lugar del país que nos formó".

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El jefe del laboratorio de neurobiología estructural del IBR, Claudio Fernández.
Imagen: Alberto Gentilcore
 
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