En la semana del debut de la nueva tarifa del transporte urbano, el sistema no sufrió una merma en la cantidad de pasajeros transportados pese al aumento del boleto, pero sí tuvo alteraciones en las modalidades de pago utilizadas. En los primeros días se duplicó el número de usuarios que abonó mediante "cambio justo", llegando a ser alrededor del 45 por ciento de la totalidad de los que se subieron a las distintas líneas. Esa tendencia, atribuida a las dificultades para conseguir inicialmente las nuevas tarjetas magnéticas, comenzó a revertirse el jueves, tras lo cual volvió a situarse en los parámetros tradicionales. Desde que entró en vigencia el nuevo cuadro tarifario, las autoridades municipales detectaron una gran demanda de tarjetas de $5,40 con seis viajes a precio promocional (90 centavos), en niveles muy superiores a los solicitados hasta fines de marzo en el caso de las tarjetas de $8,40 de 12 viajes con descuento.

La secretaria de Servicios Públicos, Clara García destacó que tras las primeras conflictivas 48 horas con los nuevos valores del transporte, "el sistema de abastecimiento de tarjetas magnéticas desde el Banco Municipal a las distintas bocas habilitadas y a los quioscos se normalizó y no hubo mayores inconvenientes" para conseguir los plásticos.

Las dificultades con las que se toparon los usuarios del sistema para conseguir las tarjetas tuvo un efecto inmediato: entre lunes y miércoles se duplicó la cantidad de pasajeros que canceló el viaje abonando con la modalidad del cambio justo (a un peso). Pasó de algo del 20 por ciento habitual a cerca del 45 por ciento en algunas unidades, como lo reconoció el empresario Raúl Beltrame, propietario de la firma Cotal (que tiene a su cargo las líneas 112, 131, 132 y 147).

La diferencia entre el precio convencional (95 centavos) y el viaje a un peso con cambio justo se la queda el propietarios del colectivo en cuestión. Claro que también los empresarios del sector "padecen" la tarifa promocional a 90 centavos: perciben 5 centavos menos que la stándar.

A mediados de semana, cuando se normalizó la distribución de las tarjetas en los barrios y en el centro de la ciudad, la tendencia antes mencionada comenzó a revertirse: los usuarios dejaron de pagar con cambio justo -pasó de casi el 45 por ciento al 25, según datos oficiales- y se inclinaron por la tarjeta con tarifa promocional.

"En los últimos días de la semana volvimos a los valores habituales de pagos con cambio justo en proporción con la utilización de las tarjetas magnéticas -remarcó García en diálogo con Rosario/12-. Lo que si notamos es que hubo un incremento en las tarjetas magnéticas con tarifa promocional, por encima de los niveles que teníamos con el boleto a 75 centavos. Lo que ocurre es que estas tarjetas son de 6 viajes y para quienes utilizan el transporte para trabajar se agota en tres días".

García dijo no tener temor de que la tarjeta magnética deje de ser utilizada y por consiguiente el municipio no cuente con información esencial sobre las características del sistema. "Los números de los últimos días de la semana demuestran que la gente se inclina por la tarjeta por la comodidad y los descuentos", apuntó.