Sábado, 4 de febrero de 2012 | Hoy
CIUDAD › EL VICEPRESIDENTE BOUDOU Y EL GOBERNADOR BONFATTI EN EL CAMPO DE LA GLORIA
Bajo un sol impiadoso, se realizó el homenaje a los 199 años del Combate de San Lorenzo. "Hoy se bastardea la pelea contra el colonialismo, y aquí se peleó contra él", dijo el vice. "El enemigo común a vencer es la exclusión", dijo el gobernador.
Por Luis Bastús
Al margen del factor sorpresa, el general San Martín habrá elegido la madrugada para cargar contra la flota realista con el fin de esquivar el solazo que ayer a la tarde hizo sudar parejo bajo el traje al vicepresidente Amado Boudou, al gobernador Antonio Bonfatti y a la pléyade de funcionarios de todo palo y soldados que encabezaron el homenaje a los 199 años del Combate de San Lorenzo, en el Campo de la Gloria.
Boudou arribó al aeropuerto de Fisherton acompañado por su entorno de protocolistas y custodios que despejaron el camino de periodistas durante las tres horas que duró su estadía en la ciudad histórica. "El ejemplo que aquí dieron los Granaderos debe servirnos como lección de que cuando a veces nos parece que hay luchas perdidas de antemano, los sueños nos animan a emprenderlas porque hay batallas que vale la pena darlas", dijo el titular del Senado, sin hacer referencia explícita a la coyuntura.
Antes de eso, estuvo en el Convento San Carlos, donde fue declarado ciudadano ilustre, y rindió homenaje en el monumento a los caídos en el combate que frenó la avanzada realista por el Paraná.
"Hoy se bastardea la pelea contra el colonialismo, y aquí se peleó contra él, contra el saqueo. Que nos sirvan estos simbolismos hoy, para seguir soñando por un futuro común", dijo, impresionado tras asistir por primera vez a la carga caballería del Regimiento de Granaderos que evoca la única batalla que San Martín libró en suelo patrio.
"No alcanzará esta gesta mientras haya un solo hermano sin trabajo, pero que no nos quiten el derecho a soñar una Argentina mejor todos los días", dijo el vicepresidente, y se retiró raudo, sonriente pero hermético, durante el desfile de instituciones que cerró el acto, un rato antes de que la iluminación del Campo de la Gloria se interrumpiera por unos minutos que incomodaron al gobernador y a los ministros que se encontraban en el palco.
Los militantes de La Cámpora, que habían llenado toda una tribuna, quedaron lejos del escenario. Debieron conformarse con saludar a Boudou de prisa y a lo lejos.
Ayer en el palco transpiraron juntos la mayoría del gabinete provincial y legisladores justicialistas, socialistas y radicales. En las primeras filas estuvieron Hermes Binner, Omar Perotti, María Eugenia Bielsa y Mónica Fein.
Funcionarios municipales planearon el acto del año que viene, cuando se cumplan 200 años y descuentan venga la Presidenta. Para ello, el jefe del bloque de diputados del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, adelantó que el martes presentará un proyecto de ley para declarar al 3 de febrero de 2013 como feriado nacional inamovible por esa única vez. Como lo será el próximo 27 de febrero. Para ello, voluntarios juntaron firmas entre los asistentes al acto con ese objetivo.
Bonfatti ensayó un análisis de las claves de la victoria sanmartiniana y las aplicó al presente y a la gestión provincial. Dijo que los méritos del Libertador estuvieron dados por su capacidad de "vincular el conocimiento del territorio con el desarrollo de una estrategia colectiva, y la confianza para implementar ese plan". Y expresó su propósito de guiarse por esas máximas para gobernar Santa Fe. En tren de paralelismos, comparó la flota española de ayer con "la fragmentación, la exclusión social, la violencia, la falta de oportunidades" como "el enemigo común a vencer".
El gobernador convocó "a reflejarse en los héroes de San Lorenzo, pero también en los ex combatientes de Malvinas, cuya lucha hoy emerge como una causa justísima que ya reivindicaba Alfredo Palacios en el '34". Luego del arribo de cuatro paracaidistas de la 4ª Brigada del Ejército, el intendente Leonardo Raimundo recordó que el bautismo de fuego de los Granaderos "fue breve, pero bastó como un acto de fe para que comenzara la gesta sanmartiniana que significó la liberación de Latinoamérica". "San Lorenzo era un rancherío, pero en ese momento era el país. Y aquí nuestros soldados encontraron una identidad que todavía era difusa, y hallaron la forma de unirse por un proyecto común. Eso debe convocarnos en el Bicentenario a todos, con tolerancia y respeto", exhortó.
El festejo mayor de San Lorenzo casi se empaña al final, por una discusión entre un granadero y un gaucho de una agrupación tradicionalista que desenvainó su cuchillo y amenazó al soldado, a escasos metros del palco central.
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