La casa del abogado Fabián Casarini, quien está acusado de asesinar en su casa de Montevideo 1629 al joven Andrés Arduvino, fue ayer escenario de nuevas pesquisas de parte de la Justicia provincial que busca determinar si las rejas de la propiedad pudieron ser violentadas por el muchacho para ingresar. En tanto, la fiscal del caso, Cristina Herrera, confirmó que se trabaja en dos hipótesis, de acuerdo con las versiones contrapuestas de Casarini y la pareja de Arduvino.

La versión suministrada ante la Justicia por el abogado señala que las rejas --presentan la ausencia de un barrote-- fueron cortadas mientras que la concubina de Arduvino sostuvo que la víctima entró a la casa por la puerta y después ella misma lo asistió para egresar de la vivienda herido. En el lugar, una de las defensoras de Casarini, Marta Macat, señaló: "Yo no tengo ninguna duda, esta reja la pudo haber sacado solo Popeye después de comer espinaca".

Consultada al respecto, la fiscal expresó que "se están realizando medidas porque existen dudas en las versiones". Herrera contó que, mientras tanto, se están esperando los resultados de las pericias. La fiscal negó que haya hablado de "legítima defensa" de parte del letrado implicado y consideró que antes de la declaración del profesional "había una sola versión de los hechos porque sólo habían pasado 48 horas del hecho". Luego, agregó: "Después tuvimos la otra versión que no es la misma de la concubina y se abren así dos hipótesis y hay que empezar a investigar para los dos lados".