Jueves, 19 de abril de 2012 | Hoy
CIUDAD › UN OBRERO MURIó AL QUEDAR SEPULTADO POR DESMORONAMIENTO
Un obrero murió y otro resultó herido al quedar sepultados por el desmoronamiento de una profunda zanja de un tendido cloacal en la que trabajaban ayer a la tarde, en Venezuela y Chazarreta, zona oeste. Hace menos de un año, tres trabajadores perdieron la vida en situaciones similares. El sindicato de la construcción Uocra denunció que la excavación se estaba realizando sin tomar los recaudos necesarios para evitar lo que sucedió.
Doroteo Riquelme, paraguayo de origen, 32 años, y Felipe Bertoni, 42, habían descendido con una bomba extractora de agua a más de 5 metros de profundidad con la misión de desecar la fosa inundada que dos retroexcavadoras abrieron sobre calle Venezuela, contra la vía del ferrocarril, detrás del hipermercado de Circunvalación y Eva Perón, adonde la contratista Obring SA está conectando un caño cloacal que viene desde Funes y que allí empalma con la red oeste de la ciudad. La obra es ejecutada por cuenta del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa), dependiente del Ministerio de Planificación Federal, con un presupuesto de 65 millones de pesos.
En eso estaban los operarios cuando una de las paredes de tierra cedió de repente y los aprisionó sin tiempo a reaccionar. Media docena de compañeros de los zanjeros rescataron en minutos a Bertoni, ya inconsciente aunque con vida. Luego, bomberos zapadores sacaron a Riquelme pero ya sin vida, y de nada valió el intento de médicos del Sies por reanimarlo.
Bertoni fue internado en el Hospital Clemente Alvarez, donde anoche permanecía delicado pero estable, con traumatismos varios. Este trabajador reside en Pérez. Su compañero muerto vivía con su esposa e hijos en Vélez Sarsfield al 7200.
Sixto Irrazábal, titular de la filial Rosario de la Uocra, señaló falencias que ahora la Justicia deberá corroborar o no. "Estas zanjas de profundidad deben cavarse en forma de V, para evitar derrumbes; y si no, deben entibarse", dijo, en alusión al amurallamiento provisorio con placas fenólicas y puntales que recomienda el manual de tareas. Nada de eso había. Bajo la costra del pavimento, junto a las orugas de una máquina vial, ayer era evidente el socavón de la tierra que se desmoronó sobre los operarios. Miembros de la conducción gremial que se quedaron junto al obrador, mientras los obreros y el capataz de Obring declaraban en la seccional 17ª, comentaban que el agua dentro de la fosa habría generado una fisura que resultó fatal al no existir las medidas de apuntalamiento correspondientes. Aseguraron que como gremio ya habían denunciado deficiencias de seguridad "hace cinco meses", cuando el tendido cloacal se encontraba en Wilde y San Lorenzo. "En aquel momento, bajaban la bomba de agua sin trípode, a mano", acotó uno de los delegados que se dieron cita tras el derrumbe.
Tanto los representantes obreros, como el inspector de Higiene y Seguridad que anoche trabajaba por mandato del Ministerio de Trabajo provincial, repararon en la cercanía de la vía ferroviaria con el zanjón. Por allí el tren pasa -dijeron los vecinos- unas tres veces al día, y es posible que genere una vibración de riesgo a considerar sobre la estabilidad de una zanja de más de cinco metros de profundidad, de paredes perpendiculares y sin el entibado que señalaron los entendidos.
"Ya hemos pasado por estas tragedias, y no sorprende porque a las empresas no les interesa el trabajador, y pareciera que ponen a cargo gente que no está seriamente capacitada para llevar adelante la obra", protestó Irrazábal.
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