Martes, 18 de septiembre de 2012 | Hoy
CIUDAD › LA JUSTICIA CLAUSURó DOS PABELLONES Y LA ENFERMERíA DEL IRAR
Para la jueza de Menores Nº 1, María del Carmen Musa, "es necesario crear otros espacios de contención y alojamiento alternativos al encierro". Además ordenó que los chicos reciban 30 minutos de luz solar por día y prohibió el uso de esposas para traslados internos.
Por Lorena Panzerini
La Justicia de Menores ordenó clausurar dos pabellones y los sectores Ingresos y Enfermería del Instituto de Rehabilitación del Adolescente (IRAR) luego de un hábeas corpus presentado por cuatro asesoras de menores. En la misma resolución, la jueza de Menores Nº 1, María del Carmen Musa, requirió al gobernador Antonio Bonfatti que en un plazo de 180 días ponga en funcionamiento "tres hogares para el alojamiento de una decena de adolescentes (por cada uno) con idéntica modalidad a la del Hogar Granja Casajoven", que funciona en General Lagos, con régimen "semi abierto" y "seguimiento atento" para los jóvenes alojados. Además
el Ejecutivo debe adjudicar los fondos para la compra de mobiliario y la contratación de personal para la atención de 12 adolescentes en Casajoven (donde sólo funcionan 8 plazas), como así también para la creación de tres hogares. "No se trata de inventar un modelo; sino de replicar lo que ya existe y funciona bien", instó la magistrada, quien recordó palabras del gobernador: "Si podemos darle respuestas a los niños y adolescentes, le estamos dando respuestas a la sociedad en su conjunto".
Tras una visita en las instalaciones del Irar el 1º de agosto pasado, el equipo de asesoras de menores de la Justicia interpuso un hábeas corpus en favor de los alojados, ante las "pésimas" condiciones del lugar donde hay jóvenes de entre 16 y 18 años, en conflicto con la ley penal. Las funcionarias plantearon que "los derechos de los menores se encuentran vulnerados por las deficiencias constatadas, afectando su integridad psicofísica. En tales condiciones no pueden permanecer allí".
Durante la recorrida de personal del Juzgado, se constató "materia fecal y restos de orina en pisos y paredes", durante la cena, las raciones son desiguales, y la comida no está bien cocida. Para la magistrada, "es necesario crear otros espacios de contención y alojamiento alternativos al encierro".
La jueza describió que el lugar no se diferencia de una cárcel, y recordó que el gobierno provincial se propuso cerrarlo: "Está impregnado del gris de adentro. En el afuera no se respira ese mal olor crónico y tan persistente". La magistrada habló de una co-gestión "inconciliable" dentro del instituto, porque "la Dirección actúa en la órbita del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos; mientras que el Servicio Penitenciario lo hace en la esfera del Ministerio de Seguridad. Pertenecen a dos lógicas de trabajo diamentralmente opuestas".
Los informes de las áreas intervinientes dan cuenta de que "en este momento en el Irar mandan los chicos" por los "incendios, robos entre ellos y `aprietes' para conseguir droga". Un joven egresado planteó --según la resolución-- que "un oficial le pidió la ropa deportiva del Barcelona para devolverle la marihuana que el chico había traído de un permiso, proponiéndole hacer un negocio".
Musa planteó que "no puede buscarse auxilio en la experiencia de otros mecanismos similares, porque el Irar es el único que opera con esta modalidad en la provincia". Los muchachos que conocieron el pabellón juvenil de la cárcel de Las Flores "afirmaron que si esto (por Irar) fuera como Las Flores, nadie se quejaría y los problemas de convivencia se aplacarían".
Los adolescentes que habitan el instituto "tienen derecho a recibir un trato acorde con el fomento del sentido de su dignidad para que logren asumir una función constructiva en la sociedad. Pareciera que (el Irar) no está operando de ese modo". La jueza apuntó a "enseñar a convivir para que (los chicos) logren abandonar, con esfuerzo, la práctica de descerrajarse balazos y puntazos ante la menor frustración".
La magistrada decidió la clausura de los espacios mencionados hasta que se realicen obras de habitabilidad. Le dio 30 días a la Dirección de Justicia Penal Juvenil para que cumpla el plan de obras; y 75 días para la realización de baños. Pidió fotografías e informes semanales sobre las obras; desinfección y desratización y ordenó que los chicos reciban 30 minutos de luz solar por día, actividad física diaria, prohibió el uso de esposas para traslados internos y ordenó escolarización durante dos horas diarias.
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