Sábado, 20 de octubre de 2012 | Hoy
CIUDAD › LA MUNICIPALIDAD CLAUSURó "ESPERANTO" POR ACUMULACIóN DE FALTAS.
La Justicia Municipal de Faltas ordenó la clausura del local nocturno por cuarenta días. Es por las cinco faltas que habría cometido en dos meses, incluida la tergiversación de rubro. "Hay saña con el negocio", se quejó el titular de la franquicia.
Por Lorena Panzerini
Por cuarenta días, Esperanto deberá permanecer cerrado por orden de la Justicia Municipal de Faltas, ante las infracciones cometidas. La Dirección de Inspecciones Municipal cumplió ayer al mediodía la orden de colocar la faja de clausura sobre la puerta de vidrio. El bar nocturno de Presidente Roca y Zeballos registró al menos cinco faltas en dos meses, incluida la tergiversación de rubro. "Es abusivo y una saña con Esperanto", se quejó ayer Hernán Capucci, titular de la franquicia; quien agregó que "se deja sin trabajo a más de 90 empleados, por tres o cuatro vecinos que nunca quisieron dialogar". Cuando los agentes de la Dirección de Inspección llegaron al mediodía con la orden de clausura, estaba a punto de desarrollarse un desfile dentro del local. "Estaba programado hace más de 25 días con una marca de ropa reconocida de Fisherton", explicó Capucci sobre la actividad, organizada por una compañía aseguradora para las mujeres de los empleados en el Día de la Madre, que debió interrumpirse. Si bien la suma de clausuras llevaría a un eventual cierre definitivo, desde Inspección aclararon que la decisión "siempre es judicial".
Luego que esta semana un vecino diera a conocer públicamente imágenes que registró de adentro del local --habilitado como bar con amenización musical--, donde se corrían las mesas para bailar; y que el concejal radical Jorge Boasso hablara de connivencia municipal, se tomaron cartas en el asunto.
Por su parte, a mitad de semana, el responsable del bar emitió un comunicado en el que anunció que se iniciaron obras para atenuar los ruidos que molestan a los vecinos, y que este fin de semana el local permanecería cerrado. Capucci dijo también que se acataría la decisión municipal sobre las faltas denunciadas. Sin embargo ayer, cuando se indicó que serían cuarenta días de clausura, aseguró que la Municipalidad "comete un exabrupto".
Por su parte, el director general de Inspección Municipal, Gregorio Ramírez, indicó que "el lugar no funcionaba como bar, porque había gente bailando, además de mesas y sillas en lugares donde no corresponde". Al mismo tiempo, Ramírez indicó que Esperanto no es el único lugar donde se realizan controles. "Clausuramos trece locales nocturnos en tres meses", señaló; y aseguró que --si bien es una decisión de la Justicia de Faltas-- los días de clausura están dentro de los parámetros normales, porque puede ser de hasta 90 días.
En solo ocho fines de semana, los agentes de Inspección Municipal labraron cinco actas contra el local nocturno: tres por tergiversación de rubro, y dos por no cumplimentar con la disposición de mesas y sillas de acuerdo a la capacidad del salón, donde el mobiliario era retirado a un rincón para que las personas bailaran.
Los responsables tuvieron 48 horas para hacer su descargo frente a la jueza de Faltas Jorgelina Genghini, pero no se presentaron. Por su parte, el subsecretario de Prevención y Seguridad Ciudadana, Luis Baita, consideró que las faltas del bar "fueron reiteradas y graves". Al mismo tiempo, recordó que antes de habilitar el local como bar con amenización musical --luego que los vecinos frenaran la apertura del boliche que pretendían los empresarios--, la Municipalidad advirtió que iba a ser rigurosa con los controles.
Capucci reconoció que las reformas planeadas para este fin de semana apuntan a mejorar los "inconvenientes de insonorización" que plantearon vecinos "con buena onda" directamente con él. Paralelamente al conflicto por el baile dentro del bar, Capucci reconoció la posibilidad de un eventual traslado a la zona norte frente al río. "Todo esto es muy abusivo. Desde le primer día que pretendíamos abrir una discoteca tuvimos trabas, nos difamaron, tomaron en consideración la queja de tres o cuatro vecinos, y ahora hay 90 familias sin trabajo. Nosotros no podemos pagar por cuarenta días que vamos a estar cerrados, tendrán que salir a buscar trabajo, no sabemos cómo lo van a resolver. La cantidad de días es un exabrupto, porque se escucharon las quejas de cuatro vecinos, sobre un total de 600", criticó Capucci.
Para el empresario, el conflicto "se transformó en una guerra política y nosotros no somos parte. Siempre estuvimos en un ida y vuelta de la cuestión política. Solamente a nosotros no hicieron todo tan complicado en Rosario. Estamos viendo con los abogados cuál es la alternativa para que no se pierdan las fuentes de empleo y un negocio tan lindo para la ciudad. Esperanto suma al trabajo, suma a la ciudad. Hacemos algo lindo y lo clausuran. No sé qué quiere la Municipalidad. Esperanto recuperó una zona donde ahora hay más comercios y las propiedades se revalorizaron. Hay muchísimas problemáticas en la ciudad y la municipalidad se ocupa de Esperanto".
Los vecinos se manifestaron "satisfechos" con la clausura, pero también "asombrados" por el tiempo que estará cerrado, y aseguraron que ya venían haciendo presentaciones porque "la única alternativa --que ven posible-- es la relocalización del local", dijo Claudio Andreani.
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