La desarrolladora inmobiliaria del barrio residencial Tierra de Sueños 3 consiguió de la Municipalidad de Roldán un año más de plazo para ejecutar una decena de obras que desde 2009 -cuando arrancó- debería haber hecho. La gracia, aprobada esta semana por el Concejo local, echó nafta al fuego del malestar que ostentan quienes compraron lotes en ese emprendimiento y no saben cuándo podrán escriturarlos, aunque la firma lo había prometido para noviembre del año pasado.

"Ahora aprobaron un convenio nuevo con el que Aldic tiene un año más para poner el agua, la luz, el gas, el dispensario, el acceso... Ya deberíamos haber escriturado el año pasado, pero ahora tenemos que esperar un año más para ver si esto termina en una estafa o no", exclamó Romina Acosta, una de las titulares de los 2.500 lotes del barrio que la empresa del pastor Alberto Di Carlo vendió sobre el kilómetro 312 de la autopista a Córdoba.

El convenio referido es un anexo del acta acuerdo que Aldic firmó con ese municipio en agosto de 2009, pero que ante la falta de varias obras de infraestructura hubo que actualizar y justificar. El intendente José Pedretti envió este agregado al Concejo, que lo aprobó el jueves pasado. Se hizo para encontrarle una salida hacia adelante a la cantidad de obras pendientes que el municipio exige para otorgar el final de obra. De esta manera, lo que la empresa consiguió también fue el OK formal para hacer negocios con la segunda parte del proyecto: 1.500 lotes más en otras 100 hectáreas linderas a las 165 hectáreas de la primera etapa. Estos ya se venían vendiendo pero sin el sustento jurídico que le dio el documento aprobado esta semana.

Luego de un escrache que los propietarios hicieron frente a las oficinas de Aldic, en el centro rosarino, en junio pasado, el jefe municipal había explicado: "No puedo firmar un final de obra para un desarrollo que está sin terminar. A Tierra de Sueños 3 le faltan varias obras, no una sola. Entiendo que no actuó de mala fe, pero se adelantó a poner una fecha de entrega que no pudo cumplir".

Lo que encrespó a los compradores de Tierra de Sueños 3 es lo que interpretan como una dispensa "para que la empresa siga haciendo negocios con nuestros ahorros", señalan. A cambio, Aldic promete donarle al municipio roldanense una serie de equipos como dos tractores usados, cuatro camiones de carga y regadores, y otras herramientas.

El Concejo consintió fijar el 10 de diciembre de 2013 como fecha para que Aldic presente terminadas una serie de obras de infraestructura -algunas en ejecución y otras sin empezar- que, en total, suman 8.125.390 pesos, a saber: Redes de gas natural ($1.011.042), Energía eléctrica ($902.600), Agua potable ($809.000), Movimiento de suelo y compactación de calles ($450.000), Forestación de espacios públicos ($96.000), Galpón para maestranza ($210.000), Dispensario ($264.634), Destacamento policial ($441.057), Oficina municipal ($441.057), Escuela primaria de 14 aulas y galería ($ 3.500.000), Imprevistos ($441.057). Además, la empresa se comprometió a construir una vía de acceso por la autopista y circulación interna.

Como garantía ejecutable por la Municipalidad, en caso de que Aldic incumpla con esas obras en el plazo previsto, la firma contrató un seguro de caución de 5 millones de pesos y dispuso ocho lotes de los dos desarrollos precedentes, Tierra de Sueños 1 y 2, a los que tasó en 4,5 millones, a un promedio de $562.500 cada uno. A los portavoces del malestar de los propietarios les parece que esa cifra excede el valor real de los terrenos hipotecados. Así y todo, en el Concejo no objetaron el trato y le dieron curso.

"Nos preocupa ver que ahora van por un hotel sobre el río, en Arroyo Seco, y hasta bancan la campaña de (Bernardo) Griffa a presidente de Ñuls, y en Tierra de Sueños de Puerto San Martín ya no es Aldic la que aparece sino otra razón social la que está vendiendo los terrenos allí, pero en nuestro barrio ya no ponen un peso", desconfió Acosta, en alusión a Corporación de Tierras SA. Esta empresa, en los papeles, es nueva en el negocio de las urbanizaciones privadas. Se constituyó el 28 de enero de 2011, con un capital social de 100.000 pesos. Su presidenta es María Alejandra Borghesi, la esposa del empresario Di Carlo, quien también es, a su vez, director suplente en esta nueva sociedad.

"¿Por qué no hicieron las obras, si la plata ya la cobraron hace dos años? Siguen haciendo negocios con nuestros ahorros", concluyó la joven propietaria que, como muchos, ve incierto el sueño de la casa propia. "Encima, ahora que se hizo el último sorteo del plan Procrear, salí favorecida pero como no tengo la escritura por culpa de esta situación temo que se me venzan los plazos y pierda esa oportunidad", lamentó.