Un grupo de entre 20 y 30 personas, entre familiares y allegados de un hombre que fue trasladado el miércoles a la noche al Hospital Roque Sáenz Peña con múltiples heridas de bala, protagonizaron violentos incidentes cuando fueron informados del fallecimiento de la persona. "Una situación impredecible en términos de la reacción de tantos familiares o gente que no tenía una relación tan directa con la víctima", indicó Leonardo Caruana, secretario de Salud municipal. "Esto nos obliga a repensar algunos protocolos de intervención, circuitos de circulación de la gente, accesos, que es lo que vamos a problematizar nuevamente con nuestros equipos, con el Ministerio de Justicia, y con las áreas de Seguridad", agregó el funcionario en diálogo con Rosario/12. "Ya no se puede trabajar tranquilos en ningún lado. No se puede estar atendiendo a la gente que lo necesita. Había pacientes que estaban para ser atendidos que ante este problema, desesperados, no sabían para donde escapar", planteó Sandra Maiorana, secretaria Gremial de la Asociación Médica de la República Argentina (Amra).

Los episodios de violencia ocurridos en la noche del miércoles en el Hospital Sáenz Peña fueron protagonizados por familiares y allegados de Javier Gómez, un joven de 32 años, quien fue trasladado desde barrio Las Flores al efector con múltiples heridas de balas. Cuando los médicos informaron del deceso de Gómez se desató la violencia. Hubo rotura de vidrios, puertas y muebles, mientras que a un vigilador privado lo agredieron físicamente. De inmediato acudieron al lugar móviles de las seccionales 11ª y 15ª, del Comando Radioeléctrico y del Cuerpo de Guardia de Infantería, quien lograron controlar la situación.

"Fue una situación bastante desagradable. Temí que todo se desmadrara. Uno hace muchos años que está en esto, pero hay que gente que no. Hay muchos médicos jóvenes. En ese momento pensé más en integridad de ellos que en la mía, porque soy el jefe de ellos. Lo que pasa es como que ya nos estamos acostumbrando a estas cosas y las tomamos con una naturalidad que no es buena", señaló en declaraciones a La Ocho, Javier Fernández, jefe de guardia del Hospital Roque Sáenz Peña.

Por su parte, el secretario de Salud municipal aseguró que funcionó el protocolo de seguridad que incluye a Control Urbano, seguridad privada y policía, quienes llegaron rápidamente al efector. "No es un hecho habitual, se generó una incorporación de gente en una sala de espera, y la desesperación de la familia por esta persona que la traen con heridas de arma de fuego graves e ingresó fallecida. Más allá de los soportes que tenemos, se genera una situación que hace muy complejo el trabajo para los equipos sanitarios de una guardia", precisó Caruana.

Para la secretaria Gremial de Amra, "este momento excede en todo. Habría que plantear a nivel de Gobernación qué se va a hacer con este tema. Esto ocurre en muchos lugares de la ciudad, quizás no con esta magnitud. Los robos y la violencia están en todas partes. Si la policía no hubiera actuado como actuó no se en qué condiciones estaríamos hoy (por ayer). Los médicos ni siquiera alcanzaron a dar un informe". En este marco, Maiorana consideró que debe tomar intervención el gobierno provincial para ver qué programa de emergencia se aplica para la ciudad y la provincia.

"Ya no sabemos qué más hacer para poner en práctica la ordenanza de seguridad hospitalaria, es la impotencia que a veces se tiene desde el Concejo Municipal sobre cuestiones que son avaladas por el oficialismo", indicó el concejal Diego Giuliano (Encuentro por Rosario). "Hay un catálogo de las cosas que se debían hacer, un monitoreo de las salas de guardia, establecer un protocolo policial para ver cómo se reaccione ante una situación de violencia en un efector público", agregó el edil.