A casi tres años de la muerte de Vanesa Celma, la causa judicial continúa en la etapa de instrucción sin imputados. El expediente está caratulado como "incendio seguido de muerte", pero desde el núcleo más cercano a la víctima insisten con que la jueza Mónica Lamperti investigue con perspectiva de género, porque la madre de 27 años murió tras quedar en llamas, luego de una discusión con su pareja. El viernes pasado, el Programa Género y Sexualidades de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario y el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM) presentaron a la magistrada un amicus curiae (amigos del tribunal): una opinión fundada por parte de organismos -﷓gubernamentales y no gubernamentales﷓- especializados en el trabajo sobre la promoción de los derechos de las mujeres y en la incidencia para la eliminación de la violencia de género. En el escrito, las representantes consideraron que "la calificación del hecho como `incendio' es una forma de desconocer las condiciones de violencia de género que padeció Vanesa, como tantas mujeres en el país. Estamos convencidas --continuaron-- de que, desde una mirada que devele la desigualdad de género en esta relación de pareja, la investigación judicial se acercará en forma veraz a las causas que desencadenaron su muerte".

Una discusión con el padre de su hijo, frente al pequeño de cinco años y embarazada ella de ocho meses, dejó a Vanesa internada en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez, en junio de 2010, con serias quemaduras en todo su cuerpo. Allí tuvo a su beba días después. Pero permaneció hospitalizada durante cuatro meses. Estuvo entre la terapia intensiva y la sala de quemados. Aunque nunca dijo a la familia lo que había sucedido --no era la primera vez que callaba--, la muchacha suplicaba que no la dejaran sola. Tenía miedo. Cuando Omar Díaz iba a verla al hospital le repetía lo que le dijo mientras los médicos la cargaban en la ambulancia aquella noche: "Mirá lo que te hiciste", culpándola. Vanesa estaba aterrorizada, y una noche habló con una enfermera y le contó todo. A fines de octubre le dieron el alta, pero una semana después sufrió un cuadro de deshidratación y volvió al hospital. Falleció el 22 de noviembre.

Tanto el Programa de Género como Cladem presentaron el escrito en el Juzgado de Instrucción 12º, a la espera de que sea tomado en cuenta el planteo ampliamente fundamentado. Es que ambos tienen "especial interés en la resolución de la causa. Según entendemos, Vanesa Celma fue víctima de violencia de género, violencia que tuvo directa relación con su muerte", dice el escrito que el viernes recibió en mano la secretaria del juzgado, Andrea Peralta, quien atendió personalmente a las mujeres de Cladem y del Programa. Con ello, se busca establecer "un adecuado proceso de justicia y reparación de los daños causados".

Entre las conclusiones del texto de veinte carillas, el Programa y Cladem plantearon que "tanto la violencia contra la mujer como la impunidad en el juzgamiento de los crímenes basados en el género, constituyen una grave vulneración a los derechos humanos y la misma es repudiada por los organismos de derechos humanos de Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos a los que pertenece el país". Además, señalaron que "las circunstancias que rodean a la muerte de Vanesa constituyen un caso de violencia de género siendo ésta una línea de investigación que debería ser agotada". Y aconsejan: "Resulta necesario incorporar a la causa una perspectiva de género, asociando el hecho en investigación 'la muerte de Vanesa' con la historia de agresiones por la que atravesaba la víctima, desde hace años, en su relación de pareja. De esta manera, se podrá comprender que, en la historia de la víctima, la violencia de género por ella silenciada y negada frecuentemente, tomó cuerpo y palabras, a partir del hecho desencadenante de su muerte, aportando claridad, significado y contribuyendo a elaborar un decisorio que se asemeje lo más posible a la verdad material de los hechos para que no quede vestigio de impunidad alguna".

Si bien éste es el primer amicus curiae en la causa, el del Programa y Cladem no es el primer pedido de que la investigación sea abordada desde la perspectiva de género. Eva Domínguez, cuñada de la víctima, se puso al hombro el reclamo de justicia por la muerte de Vanesa. La familia ahora está al cuidado de sus dos hijos.

La presentación subraya que el amicus curiae es "un provechoso instrumento destinado, entre otros objetivos, a permitir la participación ciudadana en la administración de justicia". La figura constituye un medio procedimental no prohibido de ejercicio de la libertad de expresión y del derecho a peticionar ante las autoridades, debiendo ser admitida conforme criterios de la jurisprudencia y de la reglamentación citada".