Miércoles, 23 de octubre de 2013 | Hoy
CIUDAD › DENUNCIAN GOLPES, TORTURAS Y UNA ACUSACIóN FALSA A DOS ADOLESCENTES
La mamá de uno de los dos chicos de 17 años golpeados el lunes al mediodía, tras ser detenidos en República y Cabal, contó que los efectivos de Automotores, de civil, "venían con escopetas". La justicia investiga los apremios.
Por Lorena Panzerini
"A mi hijo no lo mataron porque los vecinos se les tiraron encima a los policías de civil que le pegaban, mientras él gritaba preguntándome dónde tenía el tiro". Las palabras salían agitadas de la boca de María, quien relató la golpiza que sufrieron el lunes al mediodía su hijo y un amigo, ambos de 17 años, en Empalme Graneros. La acusación apuntó a "personal de Automotores que estaba de civil". La mujer habló de un Duna gris, con al menos tres hombre a bordo, que siguió a los chicos mientras circulaban en moto por República y Cabal. "Venían disparando con escopetas y dijeron que eran balas de goma. Decían que la moto era robada y que la usaban para delinquir; pero la moto es de mi marido y la usa para trabajar", arguyó la madre, todavía dolida por el homicidio del menor de sus hijos, Kevin Tolosa, en abril de este año (ver aparte). Los jóvenes quedaron detenidos en el Instituto de Recuperación del Adolescente (Irar), acusados de robo calificado y portación de arma. Ayer denunciaron la paliza y aseguraron que "les pasaron corriente en la comisaría 20º, y que el arma está puesta". La jueza de Menores, Carolina Hernández, envió copia del sumario a la Justicia Correccional para que investigue el accionar policial.
En el marco de otra denuncia por un hecho de violencia institucional, la abogada Daniela Asinari asistió a los jóvenes --con antecedentes por hechos menores- y confirmó que recibieron "golpes y corriente eléctrica". Al llegar a Tribunales, Daniel tenía el rostro completamente inflamado y prácticamente no podía abrir su ojo derecho. El chico relató ante la jueza que se desmayó poco después de parar la moto y tirarla al piso, cuando advirtió el sonido de los disparos desde atrás, y vio que también lo esperaban hombres al frente. "El pensó que le habían dado; y no se acuerda más nada", dijo la letrada.
Leonel tenía los labios hinchados y una oreja completamente negra por los hematomas. Ayer relató cómo lo sacaron "de los pelos de la casa de una vecina donde corrió a esconderse. También dijo cómo les pegaron a él y a Daniel".
María y Oscar --padre de Leonel-- relataron la secuencia del hecho que terminó con sus hijos hospitalizados, más de tres horas después del hecho, y luego presos. "Policías de la brigada de Automotores, vestidos de civil, en un Duna gris, los empezaron a seguir porque decían que esa moto era robada y que hace tiempo la estaban buscando. Ellos venían de la casa de la abuela de Daniel", señalaron. María dijo que la moto es de su esposo, y que "la usa para trabajar desde que le quemaron la camioneta para que dejemos de pedir justicia por la muerte de mi otro hijo".
Cuando la mujer llegó a la esquina de República y Cabal, alertada por los vecinos, encontró a su hijo "todo ensangrentado". "Nos querían sacar y yo me tiré encima de Daniel que me preguntaba dónde tenía el tiro, porque el decía que le habían dado. Los policías dijeron que eran balas de goma. Nos insultaban, mientras les pegaban, y nos repetían que hacía tiempo estaban buscando esa moto. De ahí nos dijeron que eran policías y que se los llevaban a la 20º, y los tuvieron hasta las seis de la tarde, todos golpeados sin que los vea un médico".
Más tarde, los trasladaron al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca), y cerca de la una de la madrugada llevaron a Leonel al Irar; y a Daniel, a la comisaría 20º. "¿Qué médico les puede dar el alta a esa hora?", reclamó la mujer; que lamentó: "Es un dolor inmenso ver a un hijo así, porque ni yo les he pegado".
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