Poco después de que acribillaran a Luis Roberto Medina y su compañera Justina Pérez Castelli, en el acceso sur de Rosario, la Justicia intervino para organizar la investigación. Es que durante las primeras horas del hecho, la ausencia de la jueza de turno, María Luisa Pérez Vara, llevó a ordenar la intervención de su par Raquel Cosgaya. Pero a mitad del domingo definieron que Alejandra Rodenas se encargaría de la instrucción, desde el lunes (por ayer). Es que con el pase de jueces al nuevo sistema procesal penal, una acordada de la Corte Suprema santafesina estableció, semanas atrás, que Rodenas tomara en febrero las causas del juzgado de Pérez Vara (como se hizo con las causas de otros jueces que pasan al nuevos sistema), pero la magistrada decidió comenzar a trabajar el expediente desde ahora, incluso durante la feria judicial de enero, en la que estará de turno durante la primera quincena. En tanto, el fiscal Carlos Covani solicitó una serie de medidas al juzgado, en relación a la causa.

Fue un domingo atípico para la Justicia local, que apenas se anotició del feroz doble crimen comenzó a organizarse sobre la continuidad de la investigación, ya que la policía no lograba comunicarse con el teléfono del turno, en manos de Pérez Vara. Más tarde, cuando lograron la comunicación, la jueza de turno se reportó enferma. Algunas versiones, deslizaron que la Corte evaluaba realizar un sumario debido a que no estuvo en la escena del atroz homicidio, cometido al amanecer.

Los contactos se iniciaron antes del mediodía desde el Colegio de Jueces Penales de Rosario, con las magistradas intervinientes; mientras que en el Ministerio Público Fiscal hubo comunicaciones con el procurador Jorge Barraguirre, la fiscal de Cámaras, María Eugenia Iribarren, y Covani, como fiscal de la causa.

En los primeros pasos de la pesquisa, ayer se dio a conocer el contenido de la comunicación que alertó al 911. Se trata de un automovilista que transitaba por el carril del otro lado del guardarrail de circunvalación y vio la escena del ataque. "Hay un vehículo desde el cual están disparándole a otro, y lo tiró a la banquina", dijo la voz masculina tras establecer el lugar de referencia. Cuando el operador le consultó sobre las características del auto, el hombre respondió que no sabía, porque se agachó y siguió su camino.

El expediente está caratulado como "NN sobre homicidio agravado", con Medina y Pérez Castelli como víctimas. Ante la cantidad de hipótesis en la causa, ayer Covani solicitó una serie de medidas al juzgado, entre las que pidió que la policía se constituya en el hotel Pullman, del Casino City Center, donde los fallecidos estuvieron alojados (en la habitación 241) desde el 27 de diciembre, para establecer si Medina estuvo con más personas además de la joven con quien fue asesinado; registrar la existencia de cámaras de vigilancia que puedan haber registrado el paso del vehículo Citroën DS3 o del auto agresor, aunque según se indicó los primeros videos de la zona de la Fluvial arrojaron resultados negativos; que la sección Balística de la Unidad Regional II remita un informe preliminar que determine la cantidad de armas intervinientes en el hecho, con una vaina de cada arma que hayan identificado; que se perite el vehículo secuestrado, para determinar el recorrido a través de la computadora de a bordo (pericia que ya está en trámite desde ayer); y que habida cuenta de las crónicas periodísticas sobre las vinculaciones de Medina con el narcotráfico se libren oficios a la autoridad policial y a la Justicia Federal para que informen si era objeto de investigación, y de ser así, que se remitan los datos colectados, también si hay escuchas de teléfonos intervenidos. Además, pidió que se habilitara feria judicial para la investigación que recién comienza.

Temprano, Covani señaló que hasta que lleguen los resultados de las pericias, "las hipótesis son todas". Y sostuvo: "Está claro que fue un homicidio premeditado con toda la intención de lograr ese resultado. La investigación está en etapa de inicio", dijo. Ayer se estaban peritando algunos elementos encontrados en el hotel donde estaban alojadas las víctimas: una notebook, un celular, llaves de vehículos, una cámara de fotos y tarjetas de memoria; nada de droga, ni armas.