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La Cámara Penal de Rosario confirmó ayer la pena de 6 años y medio de prisión para Emanuel Suárez, uno de los implicados en el homicidio de Roberto "Pimpi" Caminos, cometido en marzo de 2010. El acusado había sido absuelto en diciembre de 2011, cuando René Ungaro y Carlos "Betito" Godoy fueron condenados como autores del hecho, a 11 años de cárcel. Sin embargo, la apelación de la querella y la fiscalía llevó a que otro tribunal dictara una nueva sentencia sobre su participación en el crimen. En diciembre de 2013, los jueces Julio García, Alberto Rizzardi y Alejandro Negroni lo encontraron culpable y fijaron la pena que ayer fue ratificada, por haber sido encontrado "partícipe secundario" del homicidio el ex líder de la barrabrava de Ñuls.

Según expresa el fallo de los camaristas Otto Crippa García y Adolfo Prunotto (Guillermo Llaudet se abstuvo), el imputado "pretendió buscar coartada", diciendo que había estado "toda la noche (del 19 de marzo de 2010) en la casa de calle Teniente Agnetta sin casi moverse de allí". Sin embargo, un testigo lo ubicó "presupuestamente, en `el boliche'", donde se reunieron los acusados antes de ir hasta el bar Ezeiza, donde estaba Caminos aquella noche.

Y agrega: "Nada dice la defensa (en sus agravios orales) sobre las versiones brindadas por Suárez con detalles y circunstancias no conocidas al momento de sus relatos, donde explica cómo se planificó y ejecutó el suceso y quiénes lo hicieron, versiones de las que obviamente se excluye". Para la Justicia, resulta difícil que Suárez supiera esos detalles sin haber estado con los atacantes.

En su momento, la fiscal María Eugenia Iribarren, planteó que Suárez "aportó información fundamental para consumar el homicidio", ya que según las pruebas, mantuvo comunicación prácticamente toda la noche con Godoy, para aportar datos sobre dónde estaba Caminos. La resolución, expresa: "Al haber estado durante la madrugada en las inmediaciones del lugar donde ocurrió el atentado y muerte --como mostraron las antenas de telefonía--, no hay ni emerge ninguna otra hipótesis", para la sentencia.

Sobre fines de mayo pasado, en la audiencia de apelación oral, el acusado, de 28 años, afirmó: "Soy inocente de todo lo que se me acusa. Lo sigo sosteniendo". En tanto, la fiscal y los querellantes Gabriel y Rubén Navas, pidieron que se confirme la sentencia. Ayer, quedó claro que para los camaristas no fueron convincentes los argumentos de la defensa ni del imputado.

A "Pimpi" Caminos lo mataron el 19 de marzo de 2010, alrededor de las 5:25 de la madrugada, cuando se encontraba en la vereda del bar Ezeiza, de Zeballos y Servando Bayo. Un hombre bajó de un auto, se acercó y le disparó cinco veces. Según determinó la Justicia, casi dos años después, Ungaro y Godoy "planificaran una acción criminal que estaba concebida con la finalidad de ultimar a Caminos".

En aquel momento, la Justicia tuvo en consideración las comunicaciones telefónicas entre los tres imputados. De los informes de las empresas surgió que, si bien las llamadas se dieron sucesivamente durante toda la madrugada, "en la franja horaria donde aconteciere el hecho delictivo entre las 4.36 y 5.38, no hay comunicaciones efectuadas en los teléfonos cuyos usuarios son Emanuel Suárez, Carlos Godoy y René Ungaro", se expresó en el fallo de primera instancia que condenó a Suárez, y que ayer fue ratificado por la Alzada.

Además, en esa resolución de fines de 2013, se dio cuenta de que dos testigos señalaron que "esa noche Suárez se desplazaba en una moto Crypton color bordó, utilizada para recorrer distintos lugares". El recorrido iba de la zona del bar Ezeiza; el local nocturno Bonita (donde estuvieron Ungaro y Godoy) y un domicilio particular" de una de las testigos. Y se agregó: "De los dichos de Suárez, se puede inferir el conocimiento precedente que éste tenía de la empresa criminal montada por Ungaro y Godoy, el lugar donde se iba a consumar el hecho, y atento al medio de movilidad con que contaba debía actualizar la información que previamente habían relevado sus cómplices y así lo realizó".