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Inspectores del Ministerio de Trabajo, junto con el gremio de la construcción y cámaras patronales, lanzaron ayer el operativo anual de fiscalización sobre obras en marcha, en busca de irregularidades sobre asuntos de higiene y seguridad laboral, y sobre empleo en negro. Estas inspecciones conjuntas se hacen desde 2012, cuando el nivel de infracciones alcanzó al 78 por ciento de las obras fiscalizadas, y la comisión dispuso la suspensión de 111 obradores por no contar con las condiciones de seguridad e higiene adecuadas. Desde la Uocra observan a priori que el cumplimiento de normas de seguridad mejoró, pero que la evasión de aportes patronales y trabajo en negro persiste, sobre todo en el caso de los pequeños contratistas que reclutan albañiles para edificar viviendas en countries y loteos de la zona.

El procedimiento transcurrirá hasta el 15 de agosto, a un ritmo diario de unas 15 obras, a cargo de inspectores en higiene y seguridad, y asuntos previsionales e impositivos, acompañados por representantes de la Unión Obrera de la Construcción, seccional Rosario, de la Cámara Argentina de la Construcción, y de la Asociación de Empresarios de la Vivienda.

Las prioridades son "detectar y actuar ante situaciones irregulares en materia de condiciones y medio ambiente de trabajo y registración laboral", señaló el ministro de Trabajo, Julio Genesini, quien ayer se reunió con los otros miembros de la comisión tripartita para acordar los términos del mega operativo para contar con un nuevo diagnóstico acerca de cuánto cumplen los empresarios de la construcción con las normas laborales, y compararlo con los resultados obtenidos en 2012 y 2013. "Nos daremos una tarea de concientización sobre la necesidad de trabajar en condiciones seguras", adelantó Genesini.

Los fiscalizadores empezarán por obradores ubicados en el área central de Rosario, y luego avanzarán sobre los de la periferia y localidades vecinas. También anunciaron que irán con el mismo afán a Casilda, Venado Tuerto, Villa Constitución y San Lorenzo.

Sixto Irrazábal, titular de Uocra Rosario, repasó la mejora que evidenció el control realizado el año pasado en comparación con el del 2012, y explicó que "ahora se podrá avanzar en cuestiones más finas de la seguridad, en exigir mejor calidad y capacitación. Que las barandas estén firmes, construidas con mejor madera, mejor calidad de cinturones, el cuidado de las herramientas de trabajo para que no propicien accidentes".

Pero también pondrán la lupa sobre la registración de los trabajadores y el cumplimiento con los aportes previsionales. "El mayor problema lo tenemos en los countries y loteos, donde los empleadores son monotributistas que arman una empresa chica para ejecutar una obra y luego desaparecen, y trabajan con un alto nivel de negreo. También persiste la maniobra de declarar menos horas de trabajo, con lo que se ahorran aportes y perjudican al trabajador en provecho propio. Esto se agrava más en los momentos más ajustados de la economía", reveló el titular del sindicato que representa a unos 17.000 obreros de la construcción.

"Cabe recordar que a partir del 2012, cuando se realizó el primer operativo conjunto y se tuvieron que suspender casi el 80 por ciento de las obras", recordó el ministro Genesini. Aquella vez, tuvieron que suspender 111 obras.