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En Rosario nunca más el olor a gas será un detalle intrascendente de la cotidianidad, después de la catástrofe del 6 de agosto en Salta 2141. Lo confirmó el susto de los vecinos de Tres de Febrero al 800, cuando el lunes escucharon en toda la cuadra aquel fatídico zumbido de una fuga de gas en el caño troncal alrededor del cual operaba una cuadrilla a las órdenes de Litoral Gas en esa cuadra.

La zozobra cundió frente a la torre del 818 de esa calle. Ese edificio está sin suministro desde hace dos meses, porque la empresa decidió cortarlo hasta realizar una reparación.

Un grupo de operarios trabajaba dentro de la zanja que habían abierto en la vereda. Reemplazaban un tramo de un conducto que resultó averiado por accidente. El fluido comenzó a escapar con el mismo silbido sordo que precedió al fatídico estallido de calle Salta, y en las inmediaciones el olor desató la angustia de vecinos y comerciantes. "Yo vivo en el segundo piso y ya en el palier se sentía olor a gas. Se ve que no aprendieron nada de lo de calle Salta", se quejó una consorcista sobre lo ocurrido. "Escuché el zumbido y me encerré en el baño", resumió el empleado de la cochera lindera.

Luego, los testimonios se multiplicaron en redes sociales y en las radios: "En todo momento pensé en calle Salta. Podría haber sido una tragedia", dijo otra mujer a Radio Dos. "Retiran a dos tipos que no saben cómo hacer un pozo, y ponen a otros dos tipos que tampoco saben", protestó. Es que ayer la empresa contratista de Litoral Gas cambió a los obreros de la cuadrilla y, según refirieron, el olor a gas persistía.

Después de la tragedia de Salta 2141, cada vez que hubo una pérdida de gas en la red despertó la alarma del vecindario afectado. Sucedió el 8 de abril pasado en la galería Mercurio, de Sarmiento al 900, y el 7 de julio en una obra en construcción de Zeballos y Pueyrredón.