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Una caja de fusibles sin tapa, sobre la vereda de avenida Pellegrini al 1200, en Rosario, causó serias heridas en un niño de 5 años que el lunes a la noche jugaba a pocos metros de su familia, reunida en festejo de cumpleaños. El nene se recuperaba ayer en la unidad de terapia intensiva del Hospital de Niños "Víctor J. Vilela", con quemaduras de grado B en sus brazos, cuello y cabeza. "Gracias a Dios no fue nada más, me lo podría haber matado", señaló la mamá. Por otro lado, vecinos aseguraron que esa instalación hacía tiempo carecía de su correspondiente tapa de seguridad, y cargaron su responsabilidad sobre la Empresa Provincial de la Energía (EPE).

El accidente sucedió hacia las 23 del lunes último, en la vereda norte de Pellegrini casi Mitre. Los padres de Mateo y otros familiares departían en una mesa del bar de esa esquina, mientras el niño jugaba con un autito, junto a sus hermanos y primos en la vereda. "En un momento, estábamos afuera fumando, y los chicos jugando con los autitos en la pared, y pasó esto con Mateo", contó la mamá, Sabrina Olivero, en declaraciones a las radios matutinas que amplificaron lo ocurrido debido a la falla de seguridad en la instalación eléctrica que por milagro no produjo una tragedia peor.

Si bien las circunstancias del incidente están sujetas a investigación, la familia entiende que el pequeño provocó un cortocircuito al introducir su mano dentro de la caja de fusibles domiciliaria, correspondiente a un inmueble lindero al bar. "No puedo decir si lo tocó o lo agarró con la mano, debe haber rozado porque si hubiese agarrado el cable hubiera quedado más herido, después nos dimos cuenta de que no tenía la tapa que tenía que tener", observó la mujer.

Apenas hizo contacto, el circuito eléctrico explotó sobre la cara del niño. "Salió una llamarada que lo quemó, le dio una descarga y quedó en el piso. La mano es lo más grave, porque es donde recibió la corriente", contó Olivero, ya repuesta del trance inicial que la llevó a correr con su hijo hasta el sanatorio de enfrente, y de allí en ambulancia al Vilela.

"Mateo está bien, con la cara y el bracito muy quemado. Tiene los ojitos hinchados, sin cejas ni pestañas, sin pelo, la cara pelada. Gracias a Dios no fue nada más, me lo podría haber matado", suspiró la mamá.

Respecto a quien pertenecÝa la caja de luz que le faltaba la tapa, Olivero contó que en el momento "la mujer del bar dijo que no tiene conexión con ellos, que eso es parte de la construcción de un geriátrico, la verdad es que nadie vino a hacerse responsable".

Algunos habitantes de la cuadra aseguraron que esa no era la única caja de fusibles sin tapa, y que esa anomalía se mantenía desde hacía tiempo atrás. "A la 1 de la mañana vino gente de la EPE y colocó una tapa provisoria", acotaron.