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Los trabajadores de la comunicación social, ayer en Rosario, hablaron, escribieron y se mostraron a sí mismos para expresar repudio unánime a las amenazas sufridas por el periodista Germán de los Santos, en un acto concurrido por múltiples organizaciones políticas, gremiales y sociales, y convocado por el Sindicato de Prensa Rosario (SPR), cuyo titular, Edgardo Carmona, interpeló "al poder político a que pongan freno a las bandas narcocriminales que quieren dominar el sur de Santa Fe".

En un acto realizado frente a la sede local de Gobernación, se cruzaron múltiples banderas y comunicados de adhesión a la causa, para condenar sin matices la situación que atraviesa el periodista de La Nación y Radio Dos con su familia, luego de que un llamado anónimo a su teléfono móvil lo amedrentara.

Carmona fue el único orador del acto, seguido a un costado del escenario por el secretario de Seguridad provincial, Gerardo Chaumont, quien al final le transmitió el compromiso de rigor con la investigación del origen de las amenazas. El gobernador Antonio Bonfatti recibirá esta tarde a los representantes del SPR.

Mientras tanto, Carmona ayer extendió "el abrazo solidario a este compañero, a su familia, y a la familia de todas las víctimas de estas bandas narcocriminales que quieren dominar el sur de Santa Fe". Exigió "que el pueblo tenga libre acceso a la información, y protección para los trabajadores encargados de ver para contar lo que algunos quieren tapar".

El secretario del SPR advirtió que "no es un problema personal de un periodista: hay que cortar la cadena de miedo, porque ellos quieren silenciar a la prensa para que la sociedad no reaccione y poder hacer sus negocios a gusto en la oscuridad impune, corrompiendo la democracia argentina".

Carmona reclamó a voz en cuello que el poder político "identifique a las bandas, y también a los cómplices en las fuerzas policiales. Hagan estallar los tentáculos de la complicidad policial. ¿Ustedes se quedan tranquilos hoy al despedir a sus familiares cuando salen de casa?", interpeló. Y los manifestantes le respondieron un rotundo "no".